POR: Sergio Clavijo
En 1870, Otto von Bismark instauró una verdadera
“revolución conservadora” a través de dar los primeros pasos hacia el Estado de
Bienestar que surgiría en todo el mundo desarrollado durante el siglo XX. La
forma de hacerlo fue a través de obligar (por vía Constitucional y de las
leyes) a los trabajadores y a las firmas a cotizar una porción de los sueldos
como aportes a la sostenibilidad de cobertura en los servicios de salud y en
pensiones de retiro.
Particularmente en Europa, ese Estado de bienestar
ha sido un gran éxito, logrando la expansión de la clase media y asegurando que
en su vejez se tenga calidad de vida, con esperanzas de vida al nacer que ya
bordean los 80 años (casi 25 años adicionales respecto de lo que pensaba
Bismark).
Sin embargo, si Bismark hoy viera la situación de
abandono que enfrenta la población en edad de pensión (mayores de 57/62 años
Mujer/Hombre) sentiría que su mensaje… no alcanzo a llegar al trópico
macondiano de Colombia. Actualmente existen cerca de 5,5 millones de personas en
edad de pensión y tan solo uno de cada cuatro recibe pensión de Colpensiones
(1,4 millones, bajo un sistema público de reparto, con inequitativos subsidios)
o de las AFPs (200.000 personas, bajo un sistema equitativo, pero aún joven y
que enfrenta el arbitraje regulatorio de los subsidios del sistema público).
En el gráfico adjunto se ve que 2,1 millones de
adultos mayores enfrentan riesgo de indigencia, pues no reciben ningún tipo de
apoyo y otros 1,9 millones son atendidos de manera precaria a través del
programa Colombia Mayor. El drama del adulto mayor en Colombia se agravará,
pues aunque la población no estará creciendo durante 2020-2050, los mayores en
edad de pensión lo harán a ritmos de 3% anual, alcanzando un total de 15,2
millones de personas dentro de 30 años. De no actuarse de forma decidida para
alterar el estatus-quo, entonces cerca de 7 millones de ancianos estarán
totalmente desamparados y 3,2 millones tendrán tan solo apoyos marginales del
Estado para el año 2050.
En vez de impulsar reformas estructurales, los
gobiernos Uribe I-II y Santos I-II optaron por impulsar los sistemas
asistencialistas en Colombia. Si bien el programa Colombia Mayor ha venido
avanzando, aún presenta desafíos en los frentes de: i) cobertura, pues
actualmente beneficia a cerca de 1,5 millones de adultos mayores, lo cual es
equivalente a solo 65% de la población en situación de necesidad en los
estratos más bajos, y ii) montos transferidos, debido a que el subsidio
recibido se ubica por debajo de la línea de pobreza, pues equivale tan solo a
cerca de 5%-15% del SML ($40.000/$737.700 o $75.000/$737.700 por mes),
dependiendo del municipio.
Otro de los programas asistencialistas que se ha
convertido en un “distractor de moda” de la problemática estructural ha sido el
de los BEPs. Dichos BEPs, creados por el Acto Legislativo 01 de 2005 y
reglamentados por el Conpes No. 156 de 2012, buscan promover ahorro adicional
en los estratos bajos (Sisbén 1-3). Esto con el fin de eventualmente llevarlos
a alcanzar los requerimientos mínimos de pensión (1.300 semanas en el RPM y
1.150 semanas o cerca de $199 millones en el RAIS) o simplemente poderles
entregar sumas no vitalicias con subsidios hasta de 20% (en un pasado se habló
de subsidios hasta de 40%). La principal “innovación” de dichos BEPs es que las
sumas entregadas podrán ser dineros inferiores a 100% de 1SML, superando así
limitantes constitucionales en este frente.
Las cifras disponibles nos indican que se han
inscrito a dicho programa 560.000 personas, pero, en realidad, ahorradores solo
han sido 114.000 (20% del total). Más aún, los montos ahorrados dejan mucho que
desear, pues el total tan solo asciende a $16.000 millones, lo cual implica
ahorros de $12.000/mes/persona. Este programa de BEPs actualmente no pasaría
los criterios mínimos de costo/beneficio, luego en este frente también se
requieren cambios profundos en su enfoque, siendo más productivo habilitar
esquemas de “hipotecas reversibles”.
Reflexiones al tema pensiones
No hay comentarios:
Publicar un comentario