lunes, 14 de agosto de 2017

Pensiones y otros casos de inequidad en materia de subsidios

 
13 de agosto 2017 

Pobres


Según el Departamento de Planeación Nacional (DNP) el número de colados en el Sisbén, programa diseñado para facilitar la detección de aquellos colombianos que en verdad requieren ayuda estatal, alcanzó la cifra récord de 653.000 en septiembre del 2015. Pese a las medidas adelantadas para depurar esta base de datos, aún permanecen unos 98.000 individuos con puntajes que no les hace merecedores de ningún subsidio del Gobierno.
Caso 1
Ventajas de vivir en casas de conservación
En Colombia, las familias de más bajos ingresos no son las únicas a las que se les subsidian parte de los servicios públicos que consumen, también muchas de las que viven en estratos 4, 5 y 6 gozan de ese beneficio sin necesitarlo. 

Lo reciben por el solo hecho de habitar en uno de los tantos inmuebles de conservación arquitectónica que están regados por todo Bogotá y el país. Y no son cualquier predio, pues, por lo general están en vecindarios de como La Cabrera.

Los ejemplos de familias que viviendo en esos inmuebles reciben subsidios por el consumo de un servicio público, como el de energía, abundan.

Por ejemplo, en julio, un inmueble de estos situado en el barrio La Cabrera (estrato 6) y cuyo consumo de energía fue, particularmente alto ese mes, 2.720 kilovatios/hora, pago 1’043.034 pesos.

Sin embargo, por ser clasificado como conservación arquitectónica, sus actuales residentes obtuvieron ese mes un subsidio de 26.568 pesos, con lo que al final terminan pagando 1’016.466 pesos.

Si la compañía de energía le facturara a estas personas el costo real que le corresponde a este inmueble por su estrato, sus moradores deberían pagar por el consumo de energía de ese mes 1’251.641 pesos, esto es, una diferencia de 235.174 pesos, pues quienes viven en estrato 6 deben hacer una contribución, que para el caso sería de 208.606 pesos.

Pero, si el inmueble es de estrato 5 –barrio Ingemar– y tuvo un consumo de energía de 305 kilovatios hora en julio, el subsidio fue de 30.452 pesos, por lo que ese mes los dueños del predio pagaron por el servicio de energía de ese mes solo 101.560 pesos. El costo de este, dado el estrato en que está situado, debería ser de 158.414, incluida una contribución de 26.402 pesos.

Incluso si la vivienda está en estrato 4 (barrio Granada), pero goza de esa ‘protección’, recibirá un subsidio de 30.452 pesos si el consumo de energía fue inusual, 1.333 kilovatios, en julio. Así, sus benefactores no pagaron ese mes los cerca de 577.000 pesos que les correspondían sino 546.506.

Caso 2
El sueño de jubilarse con una millonaria pensión
Lograr una millonaria pensión es un sueño que muy pocos colombianos pueden concretar. La razón radica en que con una población trabajadora (más del 85 por ciento) que gana menos de dos salarios mínimos, conseguir una mesada siquiera equivalente al doble de su salario requeriría más que la alineación de todos los astros.

Aunque no hay un estándar, pues deben tenerse en cuenta algunas variables como la edad, el número de hijos y la edad del cónyuge, se estima que para obtener una pensión mínima, el ahorro acumulado en 1.300 semanas de cotización (25 años) debe estar entre 180 y 250 millones de pesos.

Pero, en Colombia hay quienes sin cumplir con los requisitos necesarios vuelven realidad el sueño de una millonaria pensión. Durante varios años, el excongresista Fernando Rueda Franco gozó de un mesada pensional de 18,4 millones al mes, habiendo trabajado en el Congreso solo 49 días. Asumiendo que haya ahorrado el dinero necesario, unos 4.140 millones de pesos, este accedió a un subsidio de 2.790 millones, el cual se financia con más presupuesto o impuestos de los colombianos.
Solo el subsidio destinado a esa pensión serviría para atender con un salario mínimo a 3.720 colombianos vulnerables.

A un trabajador de salario mínimo le tomaría 106 años acumular un ahorro de ese nivel y no menos de 83 años lograr uno de 1.350 millones de pesos. 

Al exparlamentario, el Consejo de Estado le redujo la megapensión a 6 millones, que para un hombre de 62 años le implicaría un ahorro de 1.350 millones.

Caso 3
Maromas para pasar de ‘agache’ en el Sisbén
Quitarse años de escolaridad, reducir sus ingresos mensuales, aparentar vivir en la extrema pobreza e inscribir cédulas de personas fallecidas son apenas una muestra del ingenio de algunos colombianos para colarse en el Sisbén y, de esta forma, obtener, sin merecerlo, parte de los subsidios que otorga el Gobierno a personas muy necesitadas.

Aunque con la expedición del Decreto 441 de marzo del 2017 se endurecieron los controles y requisitos para ingresar a este sistema, a junio pasado se estimaba en 98.000 el número de colados, cifra que siendo elevada, no se equipara a los 653.000 de septiembre del 2015.

Quienes están al frente de la depuración del sistema, dicen que son cientos los casos de individuos que llegan al punto de alquilar habitaciones en barrios de las periferias de la ciudad o de bajo estrato para dar la apariencia de vivir en condiciones de extrema pobreza.

Arriendan cuartos mientras se les hacen las visitas de rigor, pero nunca los habitan, suficiente para obtener puntajes bajos y el pase directo a los subsidios del Gobierno.
Hasta abril pasado, los casos más abundantes seguían siendo los de personas fallecidas, eran 110.275 inscritos por otros ‘muy vivos’ que se quedan con los beneficios. Llegaron a ser 457.000 en el 2015.

Ese puesto hoy lo ocupan quienes ostentan altos ingresos, más de 3,8 millones de pesos al mes, pero con artimañas de toda índole consiguen puntajes tan bajos claves para entrar al Sisbén.

El listado también incluye a quienes disminuyen su grado de escolaridad o los que cambian su casa de urbana a rural sin modificar la dirección.

El Sisbén es clave para entidades como el ICBF, el Sena, el Icetex, los ministerios de Salud, Educación, Agricultura y Desarrollo Rural y Trabajo, así como el Ejército Nacional para otorgar beneficios a las personas que reportan mayores necesidades.

Caso 4
Pilos que no necesitan un empujón económico
“Cualquier persona que obtenga un subsidio del Gobierno sin necesitarlo es algo aberrante, porque con ello le niega la oportunidad de recibirlo a quien en verdad lo necesita”. 

Es lo que reiteran quienes tienen que luchar contra las mafias que buscan colarse en los programas de subsidios que otorga el Gobierno para las personas más vulnerables.

Pues el programa Ser Pilo Paga no es la excepción a la regla y, pese a no tener un número alto de colados –solo dos documentados y denunciados hasta ahora–, lo que demuestra es que quienes buscan despojar a los más necesitados de ayudas no tienen límites.

Según el Ministerio de Educación, a la fecha solo se tienen documentados dos casos de colados en el programa de Ser Pilo Paga, y puestos en conocimiento de la Fiscalía.
Ambos tienen que ver con hijos de funcionarios de elección popular (un concejal del municipio de Cajicá y una exrepresentante a la Cámara por el Departamento de Sucre).

A los dos beneficiarios no se les cuestionan sus capacidades ni logros académicos, pero en cambio sí el hecho de que sus familias, teniendo capacidades económicas suficientes para asumir sus estudios, hayan obtenido puntajes bajos en el Sisbén que los faculta a recibir ayuda del Gobierno. En el Ministerio y Planeación no descartan que pueda haber más colados en este programa.

REDACCIÓN ECONOMÍA Y NEGOCIOS

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