jueves, 5 de diciembre de 2013

El milagro ecuatoriano...

POR: Augusto Vallejo

 Será  maravilloso ver  a Colombia en  manos de un odioso  CORREA
  
En los últimos cinco años  Colombia ha  permanecido estática en el ranking mundial de  competitividad que elabora el World Economic Forum y cuya  última entrega se hizo pública a comienzos de septiembre.  Mientras nosotros permanecimos quietos en el escalafón, en  esos cinco años Ecuador  avanzó 34 puestos. ¡Treinta  y cuatro puestos! Gracias a eso, el país vecino está a  solo dos escalones de nosotros y es muy probable que nos  sobrepase en la clasificación de 2014.

 ¿Qué tiene Ecuador que no tenga Colombia? ¿Cómo hacen  los ecuatorianos para ascender vertiginosamente en el  ranking mundial de competitividad, del puesto 105 al 71,  mientras aquí nos quedamos paralizados en el lugar  69  de la tabla? ¿Cuál es la fórmula del éxito que encontró  Ecuador? ¿O es que aquí no hicimos nada en cinco años?

 En el caso del Ecuador, la respuesta parece estar ligada a  algunas decisiones que el presidente Rafael Correa ha  mantenido contra viento y marea. A los colombianos, Correa  nos parece arrogante, pendenciero y antipático, pero nadie  puede negar que se la ha jugado a fondo en tres frentes:
 infraestructura, calidad de  la educación e innovación.

 En infraestructura ha intervenido 7.000 kilómetros de  carreteras e invertido más de US$5.000 millones. Correa ha  hecho puentes, autopistas de ocho carriles y una red de  nuevos puertos con tecnología de vanguardia. Construyó  ocho hidroeléctricas, reconstruyó cuatro aeropuertos y  echó a andar la primera línea del Metro de Quito, que  transportará 400.000 pasajeros al día. Gracias a eso, la  inversión del gobierno ecuatoriano en obras públicas  representa 13% del Producto  Interno Bruto del país.  Nada que ver con el  raquítico 1% del PIB que invierte el gobierno colombiano en  infraestructura.

 En materia de educación, los logros del Ecuador son  sorprendentes. El país vecino ascendió 40 puestos en el ranking de  competitividad global en lo que se refiere a  educación superior. Correa ha invertido 30 veces más que  los últimos siete gobiernos juntos en este frente. Decretó el cierre de 14  universidades por falta de calidad académica y becó  a más de 5.000 estudiantes para que estudiaran en las  mejores universidades del mundo. Como si fuera poco, ayudó  a bajar la tasa de interés del crédito educativo de 12% a  4,6% y eliminó la deuda por mérito académico. 

Correa, además, implementó el Sistema Nacional de  Nivelación y Admisión, que ha permitido duplicar la
 matrícula de ciudadanos afrodescendientes, indígenas y de  las personas pertenecientes a los estratos más pobres del  Ecuador. Este logro es ratificado por la Comisión  Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que  indica que el Ecuador es el país con mayor participación  de pobres en educación superior en América Latina (26%),  por encima de Chile y Argentina.

 En materia de innovación, el informe del Foro Económico  Mundial destaca la inversión que viene haciendo Ecuador en  esta materia. Este año el gobierno destinará US$782  millones para la inversión en investigación y tecnología,  un monto que cuadruplica los recursos de los últimos  años. 

Correa está trabajando además en un ambicioso proyecto  llamado Yachay, con el que aspira a convertirse en el
 Sillicon Valley de Latinoamérica. Se trata de una ciudad  dedicada a la investigación y a la innovación tecnológica  en donde está reclutando los mejores conocedores e  investigadores de Suramérica. No es carreta.


El informe del  Foro Económico reconoce que Ecuador ha subido en materia de  innovación más de 60 puestos en los últimos cinco años y  destaca la iniciativa del proyecto Yachay.

 Y, mientras Ecuador demuestra los efectos positivos de la  capacidad de decisión y la perseverancia en estos temas  críticos, aquí todavía no hay un norte claro respecto al  rumbo hacia donde debe marchar el país. Tenemos grandes  obras y megaproyectos de infraestructura que están  paralizados por las consultas previas y los líos  ambientales con las comunidades.  ¿Cómo es posible  que el bien particular prime sobre el bien común? ¿Debe  pesar más un tótem que es muy importante para una  comunidad, o una carretera que es muy importante para 40  millones de personas?

 Los críticos internacionales señalan que Correa ha  financiado buena parte de estas inversiones hipotecando el
 país a China, que ha sido la gran fuente de recursos para  Ecuador desde la moratoria de la deuda ecuatoriana de 2008,  lo que le ha permitido a Correa mantener posiciones  altaneras frente a Estados Unidos. Eso tiene mucho de  cierto, pero aun así no le resta importancia a la decisión  de Correa de persistir en las inversiones en los tres  frentes  críticos de infraestructura, educación e  innovación como camino para fortalecer La  competitividad de su país. Ni le resta validez al hecho de  que el informe del Foro Económico Mundial debería ser un  campanazo de alerta para Colombia. Si el vecino puede,  nosotros también deberíamos poder. El problema de Colombia  en los últimos cinco años no ha sido la ausencia de  recursos, sino la incapacidad para mantener una dirección  en forma consistente. O corregimos el rumbo, o nos deja el  tren.

 Augusto Vallejo

 Medellín, Colombia

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