La subida del salario básico, por encima de la inflación, ha ampliado el poder adquisitivo en los últimos años.
El aumento del 4,5 por ciento en el salario mínimo que regirá en el 2014 supondrá una ganancia para los trabajadores que reciben esta remuneración básica, si se cumple el cálculo de la inflación estimada para el año que viene, que es del 3 por ciento. En ese caso, recibirían 1,5 puntos por encima de la inflación.
Pero lo más interesante es que esta tendencia a favor de los trabajadores es una constante en los últimos años si se comparan las subidas del salario básico frente a la inflación que se vivió en el mismo año en que tuvo efecto ese aumento. En el año 2012, el aumento fue del 5,8 por ciento, pero la inflación fue de apenas un 2,4. Y para el 2013, el aumento fue del 4,2 y la inflación, rondaría (aun no está la cifra definitiva) el 1,8. Así las cosas, los que reciben el mínimo aumentaron su poder adquisitivo durante los últimos dos años en 5,8 puntos.
El reajuste del salario mínimo cubre a más de 1’273.000 trabajadores y se fijó en 616.027 pesos al mes. Esta cifra se convierte en punto de referencia para los aumentos de los demás trabajadores, aunque a muchos se les reajustará por debajo del 4,5 por ciento.
Colombia, no sobra reiterarlo, es uno de los países más desiguales del mundo en cuanto a la distribución de los ingresos. El Índice de Gini, que mide este fenómeno, marcó 0,539 en el 2012 y 0,548 en el 2011, niveles que aunque vienen descendiendo son considerados muy altos. Entre más cerca de 1 se sitúe el Gini, mayor será la desigualdad en la distribución, y viceversa.
La participación de la remuneración al trabajo en el Producto Interno Bruto (PIB) se ha reducido de 33,7 por ciento en el 2002 a 32,8 en el 2010 y a 31,6 por ciento en el 2011, mientras que ha aumentado la del capital.
Mejoras sostenidas en los salarios, como las ocurridas en los años recientes, tienen que impactar positivamente esa distribución, y por eso, se trata sin duda de una tendencia positiva.
MEJOR NIVEL DE VIDA
Nadie saldrá de la pobreza con aumentos del 4,5, 20 o 50 por ciento, advirtió el presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT), Julio Roberto Gómez, pero, agregó, sí pueden dar comienzo hacia niveles de vida mucho mejores.
Como aspecto fundamental en la ganancia real del mínimo, Gómez destacó el papel que puede jugar la Comisión de Concertación, donde participan los trabajadores, los pensionados, los empleadores y el Gobierno.
Un compromiso en la Comisión apunta a mejorar la capacidad adquisitiva de 1’580.000 pensionados: esta instancia, dijo Gómez, discutirá la revisión del acto legislativo 01 del 2005 que amarró el reajuste de las mesadas a la inflación y no al aumento del salario mínimo, como lo han venido pidiendo las centrales obreras y los voceros de los jubilados.
En caso de eliminarse esa decisión, el reajuste tendría en cuenta lo más favorable para el pensionado: si el comportamiento de la inflación o el aumento del salario mínimo; en cualquier caso, mejoraría la capacidad de compra de la mesada.
Vale la pena recordar que por los bajos salarios que rigen en el país, la base de cotización para la pensión también es baja, por lo cual no puede sorprender que más del 80 por ciento de los jubilados reciben una mesada inferior a dos salarios mínimos.
En el 2012, el ingreso promedio de los ocupados fue de 770.057 pesos, según el analista Héctor Vásquez.
PENSIONADOS TAMBIÉN GANARÍAN
Las pensiones también ganarían capacidad de compra si sale avante el compromiso en la Comisión de Concertación de abordar el pago del 12 por ciento de los jubilados a la salud.
Una propuesta es que solo paguen el 4 por ciento; el Gobierno se inclina a que esto se aplique a mesadas no superiores a dos salarios mínimos; a las mayores se les descontaría el 6 por ciento.
Jorge Correa C.
Redactor Economía y Negocios
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