La lectura del Evangelio de hoy nos dice: “Hijos, es la última hora.” Analicemos: ¿cuál es la “última hora”? ¿Cuándo llegará finalmente? ¿O ya pasó? Por dos milenios, las personas han estado buscando la Segunda Venida de Cristo, esperando que pase pronto, deseando que suceda muy pronto para rescatar nuestro mundo de los malhechores. Parece que ahora sería un buen tiempo para esto, ¿cierto? Mira la inmoralidad desenfrenada que hay en todas partes. ¡Y se está volviendo cada vez peor! ¿Dónde está Jesús? ¿Cuándo será esa última hora?
¿Dónde está Jesús? ¿Cuándo es esa “última hora”?
La historia se repite, un análisis de las tendencias históricas revela ciclos alternados de renovación y deterioro. Estamos, de hecho, en la misma parte del ciclo, de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Eventualmente esto llevará a un nuevo período de renovación.
Como he estudiado este fenómeno de ciclos históricos mientras rezo por ello, he ganado en confianza en la creencia de que Dios volverá a sacar algo bueno de lo malo. Por ejemplo, creo que veremos un incremento de vocaciones en los próximos 10 años, porque el mundo necesita que más héroes y hombres jóvenes sean atraídos por el lado heroico del sacerdocio.
También creo que veremos un incremento en el respeto por la vida de los bebés sin nacer porque, por necesidad, nuestra sociedad se está convirtiendo en más protectora de los niños. Los abortos no serán detenidos por las leyes; los abortos serán detenidos por un incremento en la comprensión de la vida humana de un feto y un deseo creciente de ser protectores. Las leyes que facilitan los abortos saldrán perdiendo, porque darán lugar a una mayor respuesta de personas que querrán proteger la vida más de lo que lo habían hecho recientemente.
Si sólo miramos el mal que sucede, fácilmente perderemos esperanza. Naturalmente queremos que Jesús se apure y nos traiga la victoria total sobre la maldad, destruyendo a todos los malhechores y rescatándonos de este terrible mundo. En cambio, debemos buscar a Jesús en lo que está haciendo ahora y esperar que traiga su victoria a la tierra sacando bien del mal.
La “última hora” de la que habla la escritura es la era del Espíritu Santo, quien nos capacita para continuar la misión de Cristo y así cambiar el mundo. En vez de apoyarnos en la Segunda Venida de Cristo para rescatarnos, debemos ser las manos, los pies y la voz de Jesús venciendo al mal, hoy, en el mundo.
Lecturas de hoy:
1 Juan 2:18-21
Salmo 96:1-2, 11-13
Juan 1:1-18
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