cronicadelquindio.com DICIEMBRE 05 DE 2024
Por: Juan José Orrego López
Que maravilla de regalo sería si todas las familias pudieran vivir y sentir la Navidad prepararnos y poder vivir el nacimiento del Niño Jesús, ya que es un momento de de sueños anhelos, alegría y extender ese despertar de integración de millones de familias puesto que es un sentimiento que se lleva en cada corazón y prepararnos para culminar el año en paz, llenos de amor y en completa armonía. Dios quiera que en este tiempo de encuentro y vivencias familiares todos los hogares aprendan a valorar más el amor en familia y la importancia de estar unidos.
Llegó diciembre donde miles de familias a pesar de sus dificultades, vivirán y sentirán la alegría y presencia de nuestro Señor, en sus hogares, rodeados por ese calor de familia humilde y sencilla, sintiendo la emoción de su nacimiento y fiesta religiosa y no embobados como hoy vive parte de esta sociedad mundana por atractivos, más que por acercarse a mi Dios los alejan como si fuera el derroche, la droga, el trago o la rumba el eje central de la Navidad.
A pesar de los inmensos problemas y tropiezos que se viven, por esa mala conducta de líderes y gobernantes han sembrado y dejado en la ciudadanía un sentimiento de rebeldía, que obliga poner atención en forma inmediata e integrar a toda la sociedad. Es en esta época de Navidad, más que lamentarse, es un instante de mucha reflexión donde parte de la sociedad civil se siente culpable por ese silencio guardado de años o por permitir ilegalidades, sembrando un temor que no quisieran volver a repetir o revivir esa violencia y crisis social que está en pleno auge, sin control o como si esa otra parte de la sociedad no permitieran soñar a millones de colombianos con esa paz que unos la quieren acabar por encima de todo. Más que rencores, odios y violencia, requerimos es recapacitar de manera positiva y mirarnos todos al interior, para valorar y recuperar la esperanza de vida espiritual que se está perdiendo.
Es el instante de parar y alejarnos de nuestras rutinas y malas acciones en especial, es tiempo de pensar con responsabilidad en esa parte de la ciudadanía o población más necesitada. Diciembre es un mes bendecido, en especial para dar mucho a los demás con verdadero sentimiento de solidaridad y a los que nos rodean lo mejor de nosotros, proporcionando lo que sale y permanece en nuestros corazones: el amor y no la humillación.
Más que por cumplir un calendario, el mejor regalo que pueden dar a millones de familias desprotegidas en esta Navidad es llenarlos de alegría pensando que a futuro, como gobernantes, líderes o como actores de una sociedad civil, no quisiera que ninguno de sus hijos o familiares, vivieran lo mismo que el poder político o como miembros activos de la sociedad no han querido hacer con los más necesitados. Es un tiempo duro, pero es el momento de valorar quizás esos olvidos antes de que sea muy tarde.
Todo es bello y se puede mejorar más si usted y la sociedad lo quieren.
Llegó la Navidad, ¿pero para quién?
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