lunes, 2 de diciembre de 2013

Uribe vs Serpa, "segunda vuelta"

elespectador.com, LUIS CARVAJAL BASTO 1 DIC 2013

Luis Carvajal Basto

Se van a repetir, ahora en el Congreso, las presidenciales de 2002. ¿Está estancada nuestra política?

Con la escogencia de Horacio Serpa, tres veces candidato presidencial, para encabezar la lista del Partido Liberal al Senado, se repetirá la campaña presidencial de 2002 cuando fue derrotado por quien nuevamente será su contendor, el ex presidente Álvaro Uribe. Igual que entonces Serpa enarbola las banderas de la Paz mientras Uribe, quien dice que debe ser condicionada, proponía derrotar a las FARC. Ese debate, guerra o Paz, es el eje de la campaña electoral y, con seguridad, la polarizará.
Pero las circunstancias no son las mismas de entonces cuando, durante toda la campaña, menos en el final, Serpa era  puntero y Uribe  candidato minoritario. Más bien, de acuerdo con las encuestas, parece al contrario: Una de IPSOS le daba a Uribe en septiembre 49% de los votos al senado mientras que Serpa aparece como  gran retador, en un escenario en que estará  un Antanas Mockus, ahora por fuera  de la Alianza Verde y otra vez el siempre joven Roberto Gerlein, para confirmar la renovación Conservadora. Hasta  el Pibe Valderrama y otros personajes de la farándula han “sonado” y dejado de sonar.
En el papel, Uribe tiene ventaja. A la hora de los votos, quien sabe. Serpa tendrá una importante votación en Santander y nadie debe olvidar que alguna vez logró más de un millón en Bogotá e importantes votaciones en la costa y otros centros urbanos. Aunque en unas parlamentarias la elección está mucho más fragmentada, existen varios factores que ahora le favorecen: la corriente de opinión por la Paz y su reconocimiento nacional como dirigente Liberal, le  deben aportar.
Pero, además de ese interesante mano a mano que tendrán las elecciones de   Congreso surgen preguntas inevitables: ¿Está tan estancada la política colombiana que 11 años después repetimos una novela con los mismos protagonistas? ¿Serán los Pibes Valderrama la única expectativa de renovación?
La primera respuesta  es que después de dos gobiernos de Álvaro Uribe y uno del presidente Santos el país sigue girando en torno al tema de una Paz pendiente, con sus naturales efectos en la política. El mensaje es que si no pasamos esa página,  otros temas muy importantes seguirán en segundo plano. Sí.Estamos estancados no importa si votamos por uno u otro candidato o, incluso, si no lo hacemos.
Esa respuesta aplica para la invocada renovación: la política se desarrolla en el país que tenemos y no en el que quisiéramos tener. Se decide en tiempo presente, con limitaciones para ejercerla como  violencia y narcotráfico. Si las condiciones del país no cambian tanto, ¿cómo van a cambiar sus protagonistas? Muchas personas  no se le miden o no se interesan en ella por temor a un escenario en el que la corrupción campea  y en el que aún se secuestra, se intimida o se puede terminar en la cárcel. Se vale criticar a quienes hoy ejercen la actividad política, pero se debe reconocer que, en las  condiciones críticas que ha vivido el país y con los riesgos de ejercer la política que conllevan, las instituciones, con limitaciones etc., se han mantenido.
Ello no significa que debamos renunciar a mejorar la calidad de la política. Por circunstancias similares pasan muchos países en el mundo en que su pérdida de credibilidad es el pan de cada día. En los regímenes parlamentarios, por ejemplo, el asunto se ha solucionado  con sucesivos cambios de gobiernos que terminan siempre en circunstancias parecidas. Para nosotros, sin embargo, es el tema pendiente de la Paz que nos tiene detenidos en el tiempo. Para ejemplos, esta “segunda vuelta” entre Uribe y Serpa, tantos años y tantos hechos después, sirve como  sobresaliente testimonio.
El ex presidente Andrés Pastrana  sigue “descubriendo” que el narcotráfico  permeo la política colombiana. Cuando nadie se acuerda de él, sale con cada novedad. Parece convencido de que el Liberalismo, para ser uno de los pilares de nuestra historia y el sentimiento mayoritario entre los colombianos, necesitó la ayuda del narcotráfico, en un episodio de muchos que han afectado nuestra vida como Nación. Valdría la pena que señalara cual institución, incluido el Partido Conservador al que pertenece, no ha sufrido las mismas nefastas consecuencias y su más fuerte tesis es que “la historia del país sería otra”. Puede tener razón: no habría sido elegido presidente porque no tendría argumentos como los que usó en su segunda campaña o el desastre del  Caguan se hubiese anticipado cuatro años.
@herejesyluis

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