Gaviria, Samper, Pastrana y Uribe siguen vigentes
El presidente Juan Manuel Santos con los exmandatarios César Gaviria y
Andrés Pastrana, hoy en el centro del debate. / SIG
Como si se tratara de una condición vitalicia, en Colombia los exmandatarios siguen mandando a la sombra. Los de los últimos 25 años, hoy protagonizan fuertes enfrentamientos, mientras sus hijos se preparan para relevarlos.
La política en Colombia es muy particular. Hay dinastías familiares que llevan más de 100 años relevando sus cuadros; dirigentes nacionales y regionales que sucesivamente ocupan altos cargos del Estado sin matricularse del todo en partidos o movimientos; no hay mandato que no estime urgente y necesario cambiar unos artículos o toda la Constitución; abunda el proselitismo de denuncia con fines carcelarios, y hay expresidentes de oficio que no se pensionan nunca y cuando dejan la Casa de Nariño quieren seguir influyendo hasta la muerte.
La historia nacional es prolífica en esta última faceta, pero las nuevas generaciones asisten por estos días al protagonismo vitalicio de sus exmandatarios. Con excepción de Belisario Betancur, a quien el revés del Palacio de Justicia dejó mudo políticamente, o de Virgilio Barco, quien apenas vivió siete años después de gobernar y los quebrantos de salud lo marginaron de cualquier escenario, los demás expresidentes vivos siguen en campaña. Defendiendo su obra de los demás exmandatarios o extendiendo su influjo en favor de sus hijos.
Con buena memoria para recordar lo que resalta sus vanidades, pero algo olvidadizos para sus desaciertos. En estos días de calentura política las evidencias saltan a la vista. Por cuenta de un libro publicado por el expresidente Andrés Pastrana, brevemente el país se olvidó del proceso de paz, el agarrón entre el fiscal y la contralora, o la pelea de fondo entre el presidente Santos y su antecesor Uribe, para escuchar o leer los comentarios del propio Pastrana, César Gaviria y Ernesto Samper sacándose los cueros al sol.
Vivir para ver y para oír sería la moraleja. Cuando Pastrana perdió la Presidencia con Samper, en 1994, ya se advertía la fracción liberal que terminó llevándolo al poder en 1998. No es nuevo que ahora se diga que Gaviria y su ministro Rafael Pardo sabían de los narcocasetes. Cuando Pastrana hizo la denuncia, el entonces fiscal, Gustavo de Greiff, admitió que el ministro Pardo se los había entregado para que investigara ambas campañas. Gaviria, con el apoyo de Noemí Sanín y Gabriel Silva, ya había sido designado secretario general de la OEA.
La pelea entre Pastrana y Samper quedó casada para siempre, y en medio de la pugna se fueron alinderando las fuerzas políticas. Cuando estalló el escándalo del Proceso 8.000, en abril de 1995, comenzó a definirse la campaña de 1998. El sucesor de Samper iba a ser Horacio Serpa y, de hecho, ganó la primera vuelta. Pero el apoyo de los liberales gaviristas a Pastrana inclinó la balanza. Rafael Pardo, Alfonso Valdivieso y Humberto de la Calle fueron algunos de sus baluartes. El exministro Juan Manuel Santos también dio su mano.
Subió Pastrana a la Presidencia y los liberales que lo apoyaron tuvieron representación en el Gobierno. La entonces esposa de Pardo, Claudia de Francisco, fue ministra de Comunicaciones. Valdivieso, embajador en la ONU. De la Calle, ministro de Gobierno, y Santos, ministro de Hacienda. Sin embargo, el samperismo nunca perdió terreno y se atrincheró en el Congreso. Horacio Serpa volvió a ser candidato y cuando estaba a punto de lograr la Presidencia en 2002, se le atravesó Álvaro Uribe, apoyado por algunos liberales disidentes.
En el fondo, se reacomodaron todos. Entonces hubo un primero y segundo tiempo. En el cuatrienio 2002-2006, Andrés Pastrana fue embajador en Washington; Horacio Serpa, embajador en la OEA; Germán Vargas Lleras, baluarte de la reelección, y Samper en la trasescena, esperando su momento, estuvo a punto de irse de embajador a Francia, y ese fue el pretexto de Pastrana para tomar distancia de Uribe. Después de 10 años de secretario de la OEA, Gaviria volvió y rápidamente se acomodó en el escenario de la oposición política.
En el segundo gobierno de Uribe las fichas volvieron a moverse. Pastrana, Samper y Gaviria, sumados a sus alfiles históricos, se posicionaron como detractores aunque con una condición: juntos pero no revueltos. Sobre todo cuando Uribe quiso pasar de largo a un tercer mandato. En cambio, quien terminó convertido en la mano derecha del mandatario fue Juan Manuel Santos, como ministro de Defensa. Hundido el referendo reeleccionista, en el momento de la elección de 2010, se enfrentaron Rafael Pardo, Germán Vargas y Santos.
Ganó el exministro Santos, que fue ministro de Gaviria y Pastrana y contradictor de Samper. Pero como la política es cambiante, cuando Santos hizo el giro hacia la paz, todo volvió a barajarse. Gaviria y Samper se volvieron sus aliados. Pastrana afiló sus críticas contra el Gobierno por su cercanía con Samper. Rafael Pardo y Germán Vargas se hicieron ministros y piezas claves de la Unidad Nacional. Entonces apareció el último expresidente, Álvaro Uribe, otrora aliado de Santos, pero a raíz del proceso de paz con las Farc, radical opositor.
Hoy, la política colombiana sigue sus tradiciones. Con una novedad, Uribe quiere volver 20 años atrás y regresar al Senado para encabezar la oposición al presidente Santos y su proceso de paz. Por lo demás, Gaviria, Samper y Pastrana quieren seguir vigentes, o al menos revivir sus viejos antagonismos, con sus relevos a la vista. Gaviria, para que su hijo Simón vaya tomando bríos presidenciales. Samper para que su hijo Miguel se mida en las grandes ligas. Y Pastrana dándole impulso político a su hijo Santiago.
POR: Ferney Alvarez Llanes
ResponderEliminarQUE TRISTEZA Y TODOS HAN DEPENDIDO DE DINEROS DEL NARCOTRAFICO, O SINO MIREN LAS DENUNCIAS DEL EX PRESIDENTE PASTRANA Y LO PEOR , SERPA Y EL HIJO DE CESAR GAVIRIA, SON LOS QUE VAN A ENCABEZAR LA LISTA PARA EL SENADO. REPRESENTAN LOS NARCOCASSETS Y EL PROCESO 8000. EN ESO QUEDO EL PARTIDO LIBERAL, POR ESO SE ENTIENDE PORQUE EL FAMOSO SAMPER DEFIENDE EL PROCESO CON LOS NARCOTRAFICANTES DE LAS FARC
..FERNEY, CIERTO Y DURO LO QUE SE APRECIA EN ESE PARTIDO Y OTROS, PERO NO SE LE OLVIDE QUE TODAVÍA Y PEOR AUN MÁS, EXISTE UN RECUERDO LAMENTABLE QUE NOS DEJO POR TODA COLOMBIA Y NO COMBATIÓ EN SU MOMENTO, ALGÚN MANDATARIO EN EL PASADO, DE AQUELLOS FRENTES O FUERZAS OCULTAS DE LA ULTRADERECHA QUE CON EL PODER QUE LES DEJARON Y QUE NUNCA COMBATIERON, HOY SON IGUALES DE MALVADOS Y DAÑINOS QUE LOS DE LA FARC..., QUE DISFRUTAN DAÑANDO A LOS HOGARES CON EL NARCOTRAFICO Y SUS FAMILIAS.....
EliminarPOR: Ferney Alvarez Llanes
ResponderEliminarPOR ESO LA GENTE, MEJOR DICHO EL PUEBLO TIENE QUE SACUDIRCE DE ESTA CLASE POLITICA Y BUSCAR NUEVOS VALORE
POR: Juan José Orrego López
ResponderEliminar..ES TAN CIERTO LA NECESIDAD DE CAMBIO,...QUE UN DIRIGENTE DEL QUE SABEMOS, HACE SU CONVENCIÓN MANEJÁNDOLA A DEDO SIN IMPORTARLE EL RESPETO A LAS OPINIONES CONTRARIAS Y SACANDO UN CANDIDATO QUE POR SUS RECUERDOS Y COMPORTAMIENTO DEJADOS COMO MINHACIENDA HACEN QUE DEBE SER PRUDENTE Y QUEDARSE CALLADO, YA QUE LAS PRUEBAS DAÑINAS SOBRAN..., OTRO PARTIDO NEGOCIANDO CANDIDATO A LA PRESIDENCIA POR PUESTOS Y LOS LIBERALES POR TEMOR A LA RENOVACIÓN, SE DEJARON MANIPULAR POR LOS DIRIGENTES VIEJOS, QUE UNIDOS A LOS DE TODOS LOS PARTIDOS, NO QUIEREN HACER LAS REFORMAS ESTRUCTURALES QUE REQUIERE COLOMBIA, POR TEMOR A PERDER EL PODER...
POR. Fabio Enrique Rangel
ResponderEliminarExcelente artículo,Los expresidentes de este pais, el fiscal, la contralora, el procurador y la clase politica entiene muy bien que el discurso de la destrucción es la mejor arma para sacar dividendos en todo sentido;El envio de mensajes violentos genera en la sociedad mentalidad violenta , que obiviamente llevan a desobedecer la ley, generar caos y los políticos sacar provecho en todo sentido; Colombia es un pais violento,, las cifras lo demuestran, dentro de las 50 cincuenta ciudades más violentas del mundo hay un gran número de colombianas, las causas multiples pero una en especial que casi nadie le para bolas es la forma de actuar de los politicos; los apoyos recibidos de los paramilitares, la influencia de la guerrila, unidas ambos al narcotrafico que han puesto desde presidentes, senadores, congresistas, alcaldes, asambleistas, concejales; es inconcebible que un pais con alto grado de inequidad hoy las capañas esten centradas en el proceso 8.000, y en la guerrilla;Como pais somos inviables los epresidentes lo saben, no tenemos un sistema judicial que proteja a la sociedad, si no hay justicia la sociedad perece por falta de conocimiento.
Se critican muchas cosas pero al final votan los mismos (40%) por los mismos. Luchan, pelean, critican como leones (campesinos, sindicalistas, empleados, productores) y después votan como burros. Quedan elegidos los mismos apoyados por los indiferentes, abstencionistas (45%) y por el voto en blanco (3%). En campaña presidenciales quedan las mismas familias. La diferencia cambia: son apoyados por voto en blanco (30%) y abstencionistas (30%). Si el voto en blanco o los abstencionistas, indiferentes (y criticones) votaran por un candidato diferente al nepotismo histórico ya tuvieramos mejores presidentes. J. Vicente Velasco N. Red Virtual de Pensionados.
ResponderEliminarHE CREÍDO, QUE MIENTRAS NO SE IMPONGA EL VOTO OBLIGATORIO EN COLOMBIA, LA CORRUPCIÓN Y LOS MISMOS CON LAS MISMAS , NUNCA CAMBIARÁ...
EliminarLa verdad es que nuestra ignorancia política hace que el país no tome otros rumbos. Los políticos lo saben y por eso manipulan y se hacen elegir por unos cuantos que les "comen cuento". El voto de opinión, por programas y propuestas serias, no opera, por el mismo argumento. Estamos bien llevados con sistema democrático, pero con un pueblo analfabeta políticamente.
ResponderEliminarHORA DEFINITIVAMENTE PARA EL ABSTENCIONISMO TOTAL O VOTO EN BLANCO NO DEBEMOS SEGUIR ELIGIENDO TAN MAL Y PEOR AUN CON NUESTRO DINERO CON EL CUAL FINANCIAN SUS CAMPAÑAS PARA POSTERIORMENTE SEGUIR SAQUEANDO.
ResponderEliminarpor: Aida de Estela
ResponderEliminarQué tristeza, saber que los expresidentes se dediquen a preparar a sus mediocres hijos para que participen en la alta política!
Aida de EStela
por: Alejandro vallejo betancur
ResponderEliminarEl cacareo y repique eclesiástico en los consabidos escenarios de la opinión "pública" domeñada, constituye el lenguaje democratero y el discurso comodín propio de la dialéctica de la dominación, instrumentalizado por la orquesta de la masas media para consumo de la plebe arrodillada.