Los estudios serán la base del debate que tendrá lugar hoy entre los candidatos presidenciales.
El gasto público tendrá una serie de exigencias en el próximo cuatrienio, cuyo financiamiento no está aún definido.
Por eso, una reforma tributaria, complementaria a la del 2012, es la vía que contempla el centro de investigación económica. Cualquier reforma o cambio en la tributación debe buscar la manera de tapar un hueco de 2,1 por ciento del PIB, pues la Nación no puede endeudarse más.
Por otra parte, para el sector agrario se propone cerrar las diferencias en el desarrollo de las áreas urbanas y las rurales.
También revisa un tema que está comenzando a discutirse en varios escenarios, como lo es la eliminación de los subsidios a la comercialización, para cambiar su destinación hacia el incremento de la productividad de las explotaciones agrarias.
¿CÓMO GENERAR MÁS RECURSOS FISCALES?
El nuevo gobierno debe garantizar el financiamiento de temas prioritarios, no contemplados en el MFMP.
La promoción de la economía rural, el aumento de cobertura de las pensiones, la reforma y capitalización del sistema de salud y la inversión en educación y primera infancia, representan necesidades inaplazables para el próximo gobierno, y dificultan la reducción en el gasto público, contemplada en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP).
Esa es una de las conclusiones de la reciente edición de Cuadernos de Fedesarrollo, elaborada como aporte del centro de investigación a la actual campaña presidencial.
Según los cálculos de Fedesarrollo, adelantar los programas citados generará una brecha fiscal anual que podría representar 2,1 puntos del PIB por año. De todas maneras, la situación podría complicarse en caso de que se materialice un escenario menos optimista en la economía global, sobre todo en el crecimiento de las economías emergentes, en el comportamiento de los precios básicos y en las condiciones de financiamiento externo.
Por esa razón, el análisis de Fedesarrollo advierte sobre la necesidad de aumentar los recursos tributarios anuales, con un incremento de 0,8 puntos del PIB adicionales.
“La realización de los programas de política pública causaría que el déficit fiscal del Gobierno Central se duplicara, al pasar de un promedio de 1,9 por ciento a 4 por ciento del PIB, entre el 2015 y el 2020”, señala la edición 52 de los Cuadernos.
Para cubrir ese faltante, de 2,1 por ciento del PIB, el nuevo Gobierno estaría obligado a buscar recursos tributarios adicionales, mediante una reforma tributaria.
En este sentido, la propuesta de Fedesarrollo contempla un nuevo impuesto al patrimonio, que recaería solo sobre personas naturales y la eliminación de los impuestos de renta, CREE, parafiscales, y, a cambio, reemplazarlos por un impuesto sobre las utilidades contables de las empresas que tendría un efecto neutro sobre el recaudo.
MENOS SUBSIDIOS, MÁS BIENES PÚBLICOS
Las propuestas para el desarrollo rural parten de la necesidad de cerrar la brecha entre lo urbano y lo campesino.
Para el sector agropecuario, los investigadores detallaron dos grandes problemas: el primero, las políticas de orden económico y social y un segundo, relacionado con los incentivos.
En cuanto al primero, estas directrices han terminado por favorecer a la población urbana, en desmedro de la rural.
Prueba de esto ha sido los incentivos a la actividad manufacturera que ha sido beneficiada de la reconversión industrial y del desarrollo tecnológico, mucho más que el sector agrario.
A esto se suma que la desventaja también se evidencia en los temas sociales, con la ejecución de las políticas en protección social y riesgos laborales, por ejemplo, que también se concentraron en las ciudades.
El segundo problema identificado por los investigadores de Fedesarrollo fue la estructura de los incentivos vigentes frente al acceso y propiedad de la tierra, la política comercial agrícola y la asignación del gasto público sectorial.
Por lo anterior, se habría propiciado la acumulación de la tierra en pocas manos, dedicada al proceso de valorización no a lo productivo.
Para el caso de los subsidios directos, los investigadores de Fedesarrollo consideran, como ya lo han hecho varios estudiosos del tema, que los subsidios directos a los productos benefician a muy pocos de forma coyuntural dejando a un lado los conceptos de producción, productividad y competitividad; es decir, están mal orientados.
Como recomendaciones finales se tienen la continuidad de la política comercial del país y la puesta en marcha de un programa de reconversión, competitividad y exportaciones agrarias.
Igualmente, la puesta en marcha de una agenda de promoción de productos exportables no tradicionales. Por último, adicionar la investigación agrícola a al Sistema General de Participación.
....PARA EL GOBIERNO:.....Pensiones, salud, educación y primera infancia representan las urgencias fiscales....SERÁ QUE TENDRÁN LA VOLUNTAD SUFICIENTE PARA EFECTUARLAS LAS TRANSFORMACIONES QUE SE REQUIEREN...?.
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