Voto del Polo, de los 'verdes' y los blancos deben inclinarse a favor de la candidatura de Santos.
Desde hace 50 años, Colombia vive una guerra que ha desangrado al país y le ha impedido cualquier posibilidad de desarrollo. La guerra, a la cual nos hemos acostumbrado, ha dejado un país dividido y polarizado. La muestra de esta división se evidenció en los resultados electorales del pasado 25 de mayo al presentarse, por una parte, una candidatura por la paz, encarnada en el presidente Santos, y, por otra, una candidatura por la guerra, comandada por Zuluaga, el alfil del expresidente Uribe.
La lucha entre estas dos candidaturas define a un país polarizado, donde nunca han existido los matices ni los términos medios. Colombia es un país que siempre ha visto las cosas en blanco y negro debido a las infinitas guerras que aquí se han generado por los múltiples actores en conflicto, llámense guerrilla, paramilitares, narcotráfico o bandas criminales.
Podría afirmarse que la confrontación social se refleja en estas dos candidaturas, que representan dos modelos de país distintos: el país que quiere la paz y el país que desea la guerra.
Felizmente, los electores de Santos y Zuluaga no definirán la próxima contienda electoral, sino que serán los candidatos de la izquierda, los ‘verdes’, los blancos y los indecisos quienes tienen el gran compromiso histórico de diseñar el país que queremos.
Por esta razón, me pareció prudente la decisión de la dirigencia del Polo Democrático y del Partido Verde de dejar en libertad a sus electores para que voten el próximo 15 de junio por el candidato que les parezca. Esta libertad hay que comprenderla como una garantía para que estos dos jóvenes partidos democráticos no se diluyan y tengan su debida independencia con los dos partidos tradicionales, que representan tanto Santos como Zuluaga.
Pero, así mismo, esta libertad de voto debe ser responsable; sobre todo porque son ellos los que tienen en sus manos el futuro del país. Entre el partido que lidera Clara López y el que lidera Enrique Peñalosa sumaron el 23,51 por ciento de la votación general; una cifra considerable para la democracia colombiana, en un país de extrema derecha. Los blancos, que se caracterizan por su pureza y castidad, tuvieron una votación del 5,9 por ciento. Sumados estos tres guarismos, tenemos una cifra representativa del 29,41 por ciento.
Esto quiere decir que en este 30 por ciento se juega la democracia del país.
Es por esto por lo que el voto del Polo, de los ‘verdes’ y los blancos deben inclinarse a favor de la candidatura de Santos, quien desde el comienzo de su mandato levantó la bandera de la paz y la reconciliación nacional.
Si gana Santos, el país llegará al final del túnel y a un periodo de paz y progreso. Periodo donde el Polo, los ‘verdes’ y los blancos tendrían excelentes posibilidades para crecer y luchar por un país democrático y pluralista.
Si gana Zuluaga, volverán los grupos armados, la guerra y el oscurantismo, que tanto ha celebrado Uribe.
FABIO MARTÍNEZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario