La economía no es una ciencia exacta como la matemática, pero además los economistas están lejos de ser infalibles ya que muchas veces la inteligencia callejera supera a las mentes más deslumbrantes de nuestro país, que opinan o manejan los números y decisiones que en esa materia se toman.
Creo que esa tesis de que para controlar la inflación se debe restringir el crédito y aumentar las tasas de interés es errada en el caso colombiano.
Aclaro mis razones:
Aquí, la mayoría de los ciudadanos no tiene acceso al crédito bancario, y esa masa en su mayoría utiliza créditos fuera del sistema bancario y pagando a usureros tasas de interés que llegan hasta el 20 % quincenal- y desde luego son préstamos que oscilan entre los 50 y 400 mil pesos en su mayoría, y a plazo corto.
Es de conocimiento público que gran parte de estos préstamos se otorgan en el sector de la construcción e incluso en fábricas a trabajadores asalariados del sector productivo o en el comercio.
De ahí también el crecimiento monumental y proliferación de las llamadas casas de empeño, y que es donde la reforma tributaria debería estar mirando, y no fregar al consumidor de bebidas azucaradas con el cuento de proteger la salud, pues perjudican al sector productivo azucarero que genera cientos de miles de empleos en el país.
Creo la principal medida para controlar la inflación es devolverle la confianza al consumidor, regular de mejor forma al sector bancario que cada día presenta mayores utilidades a costillas de un usuario bancario golpeado y explotado, mientras este paga tasas altísimas de interés.
La mira del gobierno debería ubicarse en estimular el crecimiento de la economía y propender por la facilitación de creación de nuevas empresa o la ampliación de las que existen, e impulsar políticas para generar y facilitar la creación del empleo, para estimular el aparato productivo del país, en especial el sector agropecuario, y apoyar y facilitar la logística del desarrollo.
Repito, no siempre la solución de los problemas nace en los académicos o el sector público, sino que viene de debajo de personas que día a día sufren por una dirigencia inepta y corrupta, y que no atina en nada y perpetua por décadas las mismas políticas sacadas de las cartillas de libros que ya son obsoletos, que no han dado buenos resultados por décadas y nos mantienen en el estanque donde nos encontramos.
Deberíamos antes de esta reforma tributaria estar pensando en controlar el gasto público y el exceso de burocracia, en dar muestras de sensatez bajando el sueldo a todos los funcionarios del estado empezando por el Congreso de la República.
SI SE CUMPLE GANAMOS TODOS:.La austeridad empieza por casa http://jujogol.blogspot.com/2016/11/la-austeridad-empieza-por-casa.html?spref=tw
ResponderEliminar