por: ode-farouk-kattan-kattan -
A medida que se avanza en la improvisación de la ya muy
cuestionada reforma tributaria, el gobierno peca por deslealtad con su
pueblo al imponer una reforma sustentada en la necesidad de reponer alas
arcas gubernamentales el perdido ingreso de la bonanza petrolera sin
hacer claridad meridiana respecto a en qué se gastó ese ingreso, cuál
fue su provecho para el verdadero desarrollo de la actividad productiva,
y por qué es imperativo reponerlo con una exacción al poder adquisitivo
de la población.
Es un hecho reconocido y enunciado por el mismo gobierno que la
reforma tributaria en curso es para “reponer” el ingreso petrolero
fiscal generado, no por abundancia de petróleo, que no tenemos, sino por
una coyuntural alza de precios que ya se cayó y no volverá fácilmente,
como ocurre periódicamente con todos los ‘yo-yos’ de su majestad el
mercado, urgencia sustentada en el temor de que una posible y probable
rebaja de la calificación crediticia por parte de las calificadoras
internacionales nos suma en la escasez de préstamos, de los cuales
dependemos para seguir gastando, y todos los males que ello conlleva.
El monto del aumento del recaudo por la reforma se estima en el tanto
en que disminuyó el ingreso fiscal petrolero, que varía, según quien lo
informe, y con qué pretensión, entre veinte y veinticinco mil millones
de dólares por año. Nunca se dice en qué se gastó, ni se trata
públicamente la realidad de que ese ingreso era precario en el tiempo,
pues Colombia no tiene reservas de petróleo sino para seis años, y nadie
sabe cómo ni con qué desarrollo alternativo lo vamos a reemplazar.
Como el pueblo no es tan tonto como lo creen, algunos grupos de
interés se preguntan, en primer lugar, que se hizo con la plata del
petróleo cuando había la bonanza petrolera, y qué se va a hacer con la
esperada ‘bonanza tributaria’, que algunos asimilan a poner al pueblo a
‘sudar petróleo’ para compensar el que salía, no de la producción de
nuestros precarios pozos sino del precio, y si ella será tan grande y
sustentable como se espera en los cálculos de Hacienda, y si en realidad
tendrá los buenos efectos con los cuales se promueve, pues la capacidad
de aporte en tributos del pueblo es la que ahora se tiene y la reforma
no lo va a aumentar.
El cuento de que la reforma ‘per se’ y por su solo efecto va a
dinamizar la economía es falaz pues se va a tapar un hueco fiscal
abriendo otro operacional, malabarismo que comprueba nuestra historia
patria económica.
Además no es apropiado hablar de “compensar” el ingreso petrolero con
un ingreso tributario, pues no es claro tampoco comparar el dinero
fácil de ‘chupar’ petróleo de un pozo con el producto de una ‘trabajosa’
actividad poblacional que todos los indicadores señalan como
deficiente, lenta e impredictible, precisamente por un plan de
desarrollo cimentado en una normatividad tributaria absurda, parte de un
Estado estorboso.
El gobierno tiene la palabra y el pueblo escucha.
Reflexiones al tema pensional
http://jujogol.blogspot.com.
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