Hay argumentos para defender y atacar la propuesta.
Seguramente algún respetado jurista estará,
justo al lado de estas líneas, refutándola. Citando a Beccaria y
hablando de la función resocializadora de las penas. Del hacinamiento de
nuestra cárceles y señalando que la actual dosimetría de nuestro
estatuto penal es adecuada. Diciendo que 60 años es suficiente. Sin
embargo, me mantengo firme: se debe instituir la cadena perpetua para
aquellos que sean condenados por agredir sexualmente a nuestros niños,
acabando con su inocencia y con su vida para siempre. Hay argumentos
jurídicos, científicos y fácticos que así lo demandan.
Lo primero
que debo decir es que en mi caso no se trata de “populismo legislativo”
ni de pedir que se “legisle en caliente” ante el brutal crimen cometido
esta semana contra la indefensa Yuliana Andrea Samboní, que ha merecido
el repudio de nuestra sociedad. Defiendo esta tesis desde que fui
concejal de Bogotá en el año 2003. Y desde mi llegada al ICBF, donde he
sido testigo de primera mano de la cruda realidad, de la poca
efectividad de nuestro paquidérmico aparato judicial, de la laxitud de
algunos de nuestros jueces y de los vaivenes jurisprudenciales que ponen
en la calle con prontitud a los predadores sexuales de menores, le he
pedido al Congreso que imponga la pena de prisión perpetua entre otros
con los siguientes argumentos:
Entre 2013 y 2016 se tienen
registrados 25.000 casos de menores víctimas de violencia sexual
atendidos por el ICBF. Es decir, 25.000 Yulianas Samboní que han
sobrevivido a la agresión y deben aprender a vivir con su tragedia. No
todos esos casos comportan feminicidio, secuestro y tortura, y en
consecuencia las penas que imponen nuestros jueces van de los ocho a los
20 años con unas situaciones de agravación que las pueden aumentar
hasta en la mitad. Pero se trata de máximos. Nuestros jueces deben
imponerlas de conformidad con unos parámetros que permiten fijar penas
menores, y lo hacen. De modo que el cuento de que 60 años es la pena
máxima y es suficiente es un sofisma. A esta situación, penas de diez y
12 años, se suma el inexplicable hecho de que nuestra Corte Suprema de
Justicia y nuestra Corte Constitucional hayan concluido en sede de
tutela que “desde este punto de vista, no hay un derecho de los niños,
niñas y adolescentes que colisione con la posibilidad que tienen los
reclusos de alcanzar la resocialización mediante el desarrollo de
actividades que, además, les generen redención de la pena que purgan”.
Dicho de forma simple, el mandato del artículo 44 de la Constitución que
da prevalencia a los derechos de los niños, debe ceder ante la función
resocializadora de la pena y el derecho a su redención. Ahí el problema
se agrava. Los predadores sexuales de menores tienen siempre rasgos de
psicopatía. No han desarrollado consciencia moral. No sufren de culpa.
No tienen remordimientos. Y por eso reinciden. Permitir entonces que
rediman pena y recuperen su libertad es poner en riesgo a nuestros
niños.
El Estatuto de Roma habilita a los países partes a imponer la
cadena perpetua en aquellos delitos que por su gravedad merecen un
castigo drástico, ¿qué estamos esperando? ¿No es grave acaso la agresión
sexual violenta contra un menor indefenso? Imponer la pena privativa de
la libertad más drástica por su carácter de indefinida es razonable y
tiene como propósito garantizar que las conductas delictivas cometidas
contra menores sean sancionadas de manera ejemplar en virtud del
principio constitucional de prevalencia de derechos de los niños, niñas y
adolescentes y del deber de protección especial que debe tener el
estado para con ellos.
Desde luego que se debe educar, prevenir y
todo lo demás. En eso estamos trabajando. Pero será un esfuerzo perdido
si las calles siguen llenas de confesos predadores que ya cumplieron su
pena. Por eso, mientras tenga el mandato de salvaguardar la integridad
de nuestros niños, pediré y defenderé con argumentos la prisión perpetua
para sus victimarios.
*Directora del ICBF.
AMIGOS PREGTUNTO: 60 años es suficiente. ??... http://jujogol.blogspot.com/2016/12/cadena-perpetua-para-los-predadores.html?spref=tw
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