miércoles, 15 de julio de 2015

“El país debe dejar atrás la trampa del proteccionismo”

LAREPUBLICA.CO,  Miércoles , Julio 15, 2015
Maria Carolina Ramírez, mcramirez@larepublica.com.co



Alejado de la política colombiana sigue de cerca su desempeño económico regional y es consultado por ministros, empresarios y académicos de varios países de América Latina. Rodrigo Botero Montoya (1934) es el único economista colombiano con verdadera escuela de seguidores. Fue ministro de Hacienda durante la administración de Alfonso López Michelsen, entre el 7 agosto de 1974 y el 23 diciembre de 1976. Estuvo al frente de su gran proyecto académico, Fedesarrollo en 1970, institución que ha sido la cuna de los grandes economistas colombianos.

¿Cómo ve el crecimiento del PIB para este segundo semestre; el Banco de la República pasó de 3,8% a 3,2%, pero Anif cree que será 3,4%? 
El segundo semestre debería ser algo mejor que el primero.  La economía empezó a desacelerarse a partir del segundo trimestre de 2014. A diferencia de lo que ocurrió en el primer trimestre de este año, cuando el crecimiento fue de 2,8%, es previsible que en el segundo semestre, por efecto de la base de comparación, el dato de crecimiento sea mejor. Durante el segundo semestre, deben empezar a tener efecto los cambios en la composición del gasto originados en la devaluación del peso y la aceleración de la inversión pública por parte de los gobiernos sub-nacionales al aproximarse el final de su mandato.  
Como factor de incertidumbre, al choque externo por concepto del precio del petróleo, se agrega la turbulencia financiera causada por la crisis de Grecia y el desplome del mercado bursátil en la China. Hecha esa salvedad, en el segundo semestre puede esperarse un ritmo de crecimiento moderado. Para todo el año, parecería razonable esperar una cifra de crecimiento del PIB entre 3,0% y 3,5%.
Aunque este comportamiento dista de ser brillante, se compara favorablemente con el de los principales países de América Latina. 
¿Cómo analiza la economía para 2015? 
Éste es un año de ajuste a un choque fuerte por concepto de la caída en el precio del petróleo.  El choque externo afecta el ingreso nacional, el valor de las exportaciones y las finanzas públicas. Al igual que la guadua, la economía colombiana ha podido manejar turbulencias con una combinación de resistencia y flexibilidad. Colombia dispone de unas fortalezas institucionales que le han permitido sortear situaciones adversas. El esquema macroeconómico de inflación objetivo, tasa de cambio fluctuante y Regla Fiscal le ha servido bien al país. Pero la severidad del choque externo no debe subestimarse. La política económica se enfrenta al reto de financiar el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y un déficit fiscal. Esto requiere mantener la credibilidad en la solvencia fiscal y en la sostenibilidad de las finanzas públicas. Las obras civiles, la construcción, la industria y la agricultura deberán compensar el menor crecimiento del sector minero-energético. La diversificación de las exportaciones debe ser un objetivo prioritario de la política económica. 
¿De alguna manera fue beneficiosa la descolgada de precios del petróleo para identificar nuevas exportaciones? 
El choque externo por cuenta del precio del petróleo es un tropiezo del cual se pueden obtener ventajas a mediano plazo si se toman las decisiones adecuadas. Lo que se ha puesto de presente es la vulnerabilidad que surge de la excesiva dependencia de un solo producto de exportación. La forma de eliminar esa vulnerabilidad es mediante un esfuerzo sostenido por diversificar la oferta exportadora. Transformar la estructura productiva del país debe convertirse en un propósito nacional. 
¿Por qué no crecemos exportaciones con el dólar a $2.600 y con una docena de TLC? 
La tasa de cambio actual representa un beneficio considerable para los exportadores.  Constituye un poderoso estímulo para invertir en el sector exportador y para orientar la actividad productiva hacia el mercado mundial. Las empresas que disponen de capacidad ociosa pueden aumentar la producción a corto plazo. Las demás deben instalar maquinaria adicional y hacer ampliaciones de planta, lo cual toma tiempo.   
Algo similar sucede con el inicio de nuevos cultivos en el sector agropecuario. El turismo internacional receptivo sí muestra una respuesta rápida a la tasa de cambio, con un incremento de 13% en el número de pasajeros en el primer semestre del año. Los TLC con Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea ofrecen acceso privilegiado para las exportaciones de frutas y hortalizas.  
Para hacer efectivo el potencial exportador hacia esos mercados, es necesario cumplir con estrictos requisitos fitosanitarios y de calidad, que deben gestionarse caso por caso. Los productos agropecuarios que cumplen esos requisitos están logrando aumentos significativos en sus ventas externas. 
¿Es partidario con la idea de que falta una segunda apertura económica? 
Estoy en pleno acuerdo con esa recomendación del expresidente César Gaviria. El país debe dejar atrás la trampa del proteccionismo y seguir avanzando en la integración en la economía internacional. A diferencia de lo que opinan algunos, la economía colombiana sigue siendo bastante cerrada. Lejos de haber sido catastrófica, la apertura de principios de los años noventa fue benéfica para el sector productivo, para las exportaciones y para los consumidores. El surgimiento de las multilatinas colombianas es consecuencia de la apertura. Pero la nostalgia por la economía cerrada no ha desaparecido. Estudios recientes del Emisor documentan la proliferación de medidas no-arancelarias y trámites administrativos que actúan como barreras a las importaciones. Subsiste la actitud mercantilista de que las importaciones son indeseables. Por el contrario, se exporta para importar. Mientras más se restrinjan las importaciones, más difícil será exportar manufacturas.  
La excesiva protección a las industrias conduce a la obsolescencia tecnológica y al atraso empresarial. Las economías que se cierran al comercio internacional se estancan. La liberalización comercial y el proteccionismo son opciones incompatibles. En vez de dar marcha atrás en la implementación de la apertura, ese proceso debe intensificarse. Acoger la valiosa iniciativa del expresidente Gaviria contribuiría a que la economía fuera más moderna, más diversificada y más dinámica. 
¿Le gusta el plan contra-cíclico enfocado en la infraestructura?
El impulso que se le está imprimiendo a los planes de infraestructura es conveniente por varias razones. En las actuales circunstancias, el alto crecimiento del sector de obras civiles contribuye a mantener la actividad económica, con la ventaja adicional que ayuda a generar empleo. En la medida en que se corrige el rezago en los sistemas de transporte terrestre, fluvial, portuario y aeroportuario, se mejora la competitividad de la economía. Adicionalmente, la forma como se han estructurado las concesiones atrae capital privado, tanto nacional como extranjero, para financiar las obras que requiere el país. 
¿Cómo ve la industria? 
A la industria la favorece que se haya corregido la sobre-valuación del peso que estuvo vigente durante varios años. La devaluación que ha tenido lugar le da una protección adicional a la industria nacional, lo cual le permite incrementar su participación en el mercado interno, a expensas de los bienes importados. En la medida en que las empresas obtengan proveedores nacionales para insumos y piezas que antes se importaban, la actividad manufacturera debe reactivarse.
Mientras se cumple el proceso de sustituir proveedores, el mayor precio del dólar tiende a aumentar sus costos. Otro factor que incide sobre la actividad industrial es la caída de las exportaciones hacia los países latinoamericanos. En su mayor parte, esas exportaciones consisten en productos manufacturados. Reo- rientar las exportaciones hacia los mercados de los países desarrollados toma tiempo. 
¿Ve en el consumo un pilar de la economía? 
El consumo de los hogares, componente destacado de la demanda agregada, tiene una estrecha relación con el nivel de empleo. A pesar de la ralentización, la economía sigue creando empleo; en particular, empleo formal. La confianza de los consumidores ha mejorado. La expansión del sector retail, almacenes de grandes superficies, es una respuesta del comercio a ese fenómeno. El mantenimiento de una inflación baja y estable contribuye a proteger el ingreso familiar.  
La disponibilidad de crédito a tasas de interés razonables facilita el acceso de las familias a los bienes de consumo durable. Las importaciones y la competencia vigorosa entre las cadenas de almacenes benefician a los consumidores. El sector retail contribuye a elevar la productividad, al formalizar y modernizar a los proveedores de bienes de consumo.
 
¿Si fuera ministro de Hacienda, qué haría en estos momentos? 
Soy consciente de las presiones y las restricciones bajo las cuales se desempeña el ministro de Hacienda en un país semi-industrializado como Colombia.  Esas dificultades se acentúan en épocas de austeridad, cuando es necesario equilibrar las finanzas públicas, al tiempo que se impulsan las reformas estructurales requeridas. He procurado apoyar a mis sucesores cuando me lo han solicitado. Como norma general, procuro no obstaculizarles la tarea, dando la impresión de que les estoy enmendando la plana. Por lo tanto, me abstengo de responder a esa pregunta.
Un economista con escuela
Rodrigo Botero nació en Medellín en 1934 y al entrar a secundaria viajó a Bogotá donde terminó sus estudios en el colegio San Bartolomé. Después vivió en EE.UU., donde estudio ingeniería y economía en MIT, una maestría en Georgetown y su doctorado en historia en Harvard. En su carrera ha publicado más de 19 libros y 24 artículos centrados en economía colombiana. Mientras estuvo en EE.UU., fue consejero económico de la Embajada, y luego, al volver al país, se desempeñó como secretario económico de la presidencia de Lleras Restrepo. Al retirarse y convencido de que el país necesitaba mejores investigaciones económicas, fundó el centro de estudios privado e independiente, Fedesarrollo, del cual fue director por cuatro años antes de ser nombrado por Alfonso López como ministro de Hacienda. Dentro de sus cargos más recientes está la coordinación de la Comisión Independiente de Gasto Público
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