¿Por qué el gobierno quiere una reforma tributaria? ¿En qué afecta su bolsillo?
Las reformas tributarias son las apuestas más impopulares que emprende cualquier gobierno.
A nadie le gusta que le impongan más impuestos, así se prometa que el dinero a recaudar servirá para importantes proyectos sociales o mejoramientos de infraestructura.
El ciudadano de a pie, sea rico o pobre, pocas veces siente que el recaudo termina en buen uso por parte del Estado. Mucho menos si se trata de un país como Colombia, que según Transparencia Internacional está mal calificada respecto a los índices de percepción sobre corrupción de sus instituciones.
La nueva reforma tributaria del gobierno, la tercera presentada bajo el nombre de Juan Manuel Santos, empezó con pie izquierdo ante los ciudadanos, el Congreso y los gremios económicos.
Al margen de recordar que en su primera campaña a la presidencia Santos dijo estar dispuesto a “firmar sobre una piedra o mármol” que no incrementaría tarifas tributarias, esta vez ha estado más cerca de afectar no sólo a los grandes capitales, sino a las clases medias y bajas; subir la tarifa del IVA del 16 al 18%, sin duda, alterará el bolsillo de cualquier persona.
Al ver la oleada de críticas sobre esta iniciativa, el Ejecutivo se echó para atrás y dijo que -inicialmente- no tenía intención de modificar la tarifa de dicho impuesto.
Luego tuvo que volver a rectificar. Otro de los impuestos que se modificaría es el del Patrimonio; pensaron ampliar el número de contribuyentes a quienes contaran con patrimonios líquidos (total de bienes menos deudas) iguales o superiores a 750 millones de pesos.
Pequeños y medianos empresarios, y algunas personas naturales que tendrían ese capital, pusieron el grito en el cielo y arguyeron que el gobierno buscaba hacer pagar a la clase media por su ineficiencia en el manejo del erario.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, decidió por orden presidencial replantear su idea sobre ampliar la base de cobijados por el impuesto al patrimonio. Regresó entonces a la tabla anterior que grava a capitales superiores a mil millones de pesos, y en ellos ajustarán las tarifas de cobro para que quien tenga más dinero, pague más impuestos.
¿Qué hay detrás de la reforma tributaria?
Modificar la tabla del impuesto al patrimonio, mantener el 4×1.000 y analizar si subir o no la tarifa del IVA, busca recolectar recursos para cubrir un hueco de 12.5 billones de pesos que hacen falta para completar el monto de presupuesto nacional para el próximo año, aprobado en 216.2 billones de pesos.
La administración Santos también ha dicho que el incremento de impuestos busca garantizar recursos que sirvan para atender el eventual posconflicto, luego de una futura dejación de las armas por las Farc y quizá por el ELN.
Pero muchos expertos estiman que esas ambiciosas propuestas no alcanzarán a ser financiadas con el recaudo que se consiga a partir de la presente reforma. Temen que próximamente haya otra modificación tributaria que tenga que conseguir muchos más recursos para atender planes de transición y nuevas oficinas burocráticas.
De alguna forma, esta reforma llega en momentos en que la principal ‘locomotora’ que genera ingresos para el país ha reducido su velocidad. Minería y extracción petrolera se han visto afectadas por una baja en la productividad y los ataques por parte de rebeldes que destruyen oleoductos, extorsionan o sabotean su comercialización.
El gobierno prometió que la mayoría del presupuesto se destinaría a inversión y se apretaría el cinturón en gastos de funcionamiento.
Por último, las recientes modificaciones al Ejecutivo nacional, que crean nuevos ‘superministerios’ y oficinas, dejan un manto de duda sobre si lo que se subsidiará con este incremento de impuestos es la nueva carga burocrática estatal y no el mejoramiento de la inversión social.
¿Por qué el Congreso aprobó un presupuesto desfinanciado?
Las comisiones económicas conjuntas de Cámara y Senado aprobaron un presupuesto general para el 2015 de 216.2 billones de pesos. Todo ese dinero no está en las arcas del Estado, y le faltaría para completarse 12.5 billones.
El gobierno pide financiar ese faltante con el dinero que se consiga con su reforma tributaria, y promete tres acciones para convencer a la opinión de que esta vez el presupuesto será bien invertido: primero aseguran que no incrementarán más los puestos en el gobierno y congelarán los gastos de funcionamiento. Añaden que quitarán exenciones tributarias a fundaciones y organizaciones que no pagaban impuestos. Y prometen afilarle los dientes a la DIAN para descubrir a los evasores de obligaciones con el Estado y castigarlos con multas.
Con esos compromisos las comisiones económicas del Congreso le dieron el sí al presupuesto gubernamental, según dijo a KienyKe.com la representante a la Cámara Lucy Contento Sanz, coordinadora de ponentes en el debate presupuestal.
Los convencieron con promesas de incrementar los recursos destinados a la inversión social, en especial para los tres pilares del segundo periodo de la ‘Prosperidad Democrática’: paz, educación y equidad.
Escuche→ Así defendió la congresista Lucy Contento la aprobación del presupuesto para 2015:
¿Derroche o modernización?
Las principales críticas que se le hacen a las cuentas de Juan Manuel Santos es que en los últimos años las cuotas burocráticas se han incrementado por la creación de nuevas oficinas y cargos, con el argumento de modernizar al Estado para cambiar su administración a un modelo más eficiente.
También se ha cuestionado los excesivos gastos en publicidad del Ejecutivo que ascienden a más de dos billones de pesos en menos de un par de años.
Tanto el oficialismo como la oposición y los independientes fueron tajantes en pedir al gobierno apretarse el cinturón para destinar más dineros a programas sociales que para el pago de sus funcionarios; incluso se comprometieron a restar dos billones de pesos del pago de deudas estatales para enviarlos a los rubros de educación.
Escuche → Congresista Lucy Contento es confrontada sobre los compromisos que exigieron al Gobierno para evitar el derroche:
¿Y si el gobierno incumpliera sus compromisos de austeridad?
El Congreso ahora debe estudiar el plan de inversiones y gastos con los que el gobierno comprometerá sus 216.2 billones de pesos para el próximo año.
El temor es que los legisladores reciban como sorpresa un proyecto que no muestre una considerable reducción de los gastos de funcionamiento ni generosas partidas para temas sociales.
El carácter de los congresistas será puesto en juego. Los oficialistas tendrán que decidir entre hacerse los de la vista gorda y aplicar su aplanadora para aprobar el presupuesto, o debatirle al gobierno por no haber acogido sus exigencias.
El gobierno, por su parte, podría negarse a cambiar su plan y el peor de los escenarios sería una dictadura fiscal. La congresista Contento la descarta y confía que el Gobierno respete las recomendaciones del Legislativo.
Escuche→ ¿Se descarta una eventual dictadura fiscal?:
¿Vendrán más reformas tributarias?
Está claro que la tercera reforma tributaria del gobierno busca balancear el presupuesto de 216.2 billones de pesos para el año entrante. No obstante queda la pregunta de si, más adelante, los colombianos recibirán la noticia de un nuevo ajuste en los impuestos a pagar, como ha sucedido recientemente.
No hay que olvidar que desde el Palacio de Nariño se ha reconocido que la financiación del eventual posconflicto requiere un esfuerzo del bolsillo de los colombianos, y es probable que lo que se recaude ahora termine siendo insuficiente.
Escuche→ Congresista santista descarta futuros nuevos impuestos:
Y el IVA, ¿al fin se modifica?
El impuesto al Patrimonio, que se gravaría a partir de mil millones, poco puede afectar a la clase media colombiana, pues lo cierto es que este segmento social -en promedio- no contaría con un capital tan elevado, que es más privilegio de las clases altas.
Pero en cambio el impuesto del 4X1.000 y un posible incremento del porcentaje del IVA (del 16% al 17 o 18%), golpearía de frente el bolsillo de ricos y pobres.
El gobierno ha descartado -de momento- tocar la tabla de porcentajes con el que se cubren con impuestos los bienes y servicios del país. Pero en el Congreso nadie desestima esta opción.
Hasta los santistas estarían en contra de una modificación en el IVA, y de antemano anticipan que lo rechazarían.
Escuche→ Congresistas de La U rechazarán incremento en el IVA
Las congresistas María del Rosario Guerra (oposición) y Lucy Contento (oficialismo) debatieron en Kabinak.fm sobre cómo afectará a los colombianos la reforma tributaria del gobierno.
La réplica opositora
KienyKe.com consultó a la senadora uribista María del Rosario Guerra, miembro de la comisión Tercera, sobre la aprobación de un presupuesto desfinanciado y lo que se espera de la reforma tributaria.
La legisladora calificó de “irresponsable” la aprobación de los 216.2 billones de pesos con el faltante de 12.5 billones, que en su opinión podría ser mayor.
Además dijo que está convencida que el gobierno nacional buscará incrementar el IVA al 18%. En su opinión, cada año los colombianos deberán prepararse para nuevas reformas tributarias que sirvan para “sostener un estado derrochón”.
Escuche→ La oposición predice que los colombianos tendrán nuevos impuestos cada año:
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