Los empleados del futuro organizan su tiempo y dividen sus tareas según su propio interés. Trabajan desde casa, llevan a sus hijos al colegio, hacen las compras, realizan trámites y retoman sus funciones laborales cuando el hogar está en silencio. A esto lo llamamos fragmentación: la división de tiempo en pequeños segmentos que se intercalan entre roles laborales y momentos de ocio. Un método que hasta ahora se usaba con la idea de mejorar la productividad.
El trabajo como se conoce actualmente ¡está muerto!, el futuro de este consiste en la libertad de producir donde y con quien se quiera, enfocándose en lo que realmente importa. Mientras la tecnología nos libró de la tiranía de las 5 o 9 horas en la oficina, parece haber un nuevo fenómeno en el que las reglas todavía no están claras. ‘¿Quién es el jefe, tú o tu gadget?’. Seguimos inmersos, pero con algunas certezas: el trabajo incluye un sentimiento de pertenencia, pues tiene sentido para cada red o comunidad a la que pertenece un individuo. Al encontrar el equilibrio justo entre la actividad laboral y la vida personal, se potenciarán los buenos resultados y aumentará la productividad.
Al pensar en el futuro del trabajo, muchos temas vienen a la mente; sin embargo, si se tuviera que describir con dos palabras, yo diría: ‘desafío y convencional’. Pero, ¿qué significa esto realmente? Desafiando lo convencional, es la práctica de ir al futuro y retar suposiciones comunes que nuestras organizaciones han ido construyendo.
Durante años, las empresas se han mantenido, relativamente, sin cambios.
Hoy, hay cinco factores que dan forma al futuro del trabajo y que están obligando a las compañías a desafiar los paradigmas sobre cómo trabajan los empleados en su entorno, cómo lideran los gerentes y cómo se estructuran las organizaciones. Estas cinco tendencias son:
1. Nuevos comportamientos: ahora es más fácil encontrar información en línea, crear comunidades, conectarse con personas y la información, al igual que vivir una vida más pública y compartir. Esto permite, interactuar, comprar y trabajar de manera diferente.
2. Movilidad: la mayoría de las personas en el mundo tienen un teléfono móvil, a esto se suma que, de este grupo, una gran cantidad de individuos tienen un aparato inteligente. Como resultado de lo anterior, significa que se puede tener acceso a la misma información desde cualquier lugar y momento.
3. Millennials: una nueva generación joven que trae consigo nuevas expectativas, valores y formas de trabajar en las empresas.
4. Tecnología: las plataformas de colaboración, los grandes datos, tecnologías vestibles, el internet de las cosas, la nube, los robots y una serie de elementos que están impactando el día laboral del mundo.
5. Globalización: la capacidad de las organizaciones para trabajar en un mundo sin fronteras, independientemente de dónde se encuentre y compitiendo con empresas de todos los tamaños y geografías.
Teniendo en cuenta estas cinco tendencias, es difícil imaginar la cantidad de compañías que todavía no han logrado adaptarse a estas. ¿Cómo pueden las empresas funcionar de la misma manera que lo hicieron hace 20 años, en un entorno como el de hoy? La realidad es que no pueden. Esto se debe a que muchas se esfuerzan en averiguar cuál es el futuro del trabajo, cuándo se va a percibir y lo que se necesita hacer para acomodarse.
Compañías de todo el mundo deben repensar sus dinámicas laborales, entre estas, cómo trabajan sus empleados.
Francisco Reyes
Presidente SAP Región Norte de América Latina
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