Con la extensión de impuestos.
Para invertir en defensa, por un lado, y en reformas sociales, por el otro.
¿Qué tan viable es?
Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda de Colombia, describe la agenda económica de su gobierno con un guiño al economista francés Thomas Piketty, quien defiende los impuestos a los ricos para reducir la concentración de la riqueza en manos de unos pocos.
“Es muy importante recaudar lo que provendría de los ingresos de los más ricos en Colombia para poder invertir en seguridad y defensa, por un lado, y en reformas sociales, por el otro”, le dijo en Nueva York al Financial Times, luego de una reunión con inversionistas.
Colombia es una de las sociedades más desiguales del mundo. La semana pasada el gobierno de Juan Manuel Santos, que comenzó su segundo mandato como presidente en agosto, anunció que extendería el impuesto a la riqueza que se introdujo en 2002 para pagar los costos de la guerra de 50 años contra las guerrillas financiadas con el narcotráfico.
“En ese sentido, estamos de hecho por encima de la curva que Piketty propone”, dijo Cárdenas. Los críticos sostienen que los impuestos afectan demasiado a la clase media emergente y tenían la esperanza de que no se aplicaran si se llegaba a un acuerdo de paz para dar fin al conflicto. Cárdenas argumenta que el impuesto tan sólo recaerá sobre “los individuos que son relativamente ricos, según los estándares de Colombia”, que son aquellos que tengan un valor neto superior a US$500.000.
“Esto representa tan sólo a 50.000 colombianos entre toda la población”, de 48 millones de personas, dijo. “Eso es menos del 1% de la población”.
“Esto representa tan sólo a 50.000 colombianos entre toda la población”, de 48 millones de personas, dijo. “Eso es menos del 1% de la población”.
El mismo presidente Santos es parte de ese 1%. Un economista educado en Estados Unidos y miembro de una familia rica del establecimiento colombiano lidera una administración de centro y no un régimen de izquierda al estilo venezolano.
Santos ha aumentado las tasas para varios segmentos del impuesto, en algunos casos en 50%. Aquellos que tengan un valor neto de entre US$501.000 y US$1,5 millones deben pagar un impuesto de 0,4%. La tasa aumenta a 2,25% para valores netos de más de US$4 millones. Esto aplica para 45.000 empresas y para aproximadamente 1.000 individuos, dijo Cárdenas.
Bancolombia anotó que el cambio reabría el debate con respecto a la inequitativa base tributaria de Colombia: “En este momento, tan sólo el 5% de la población paga impuestos, y eso quizá no es una situación sostenible. Tiene que llegar el momento en que aquellos con ingresos más bajos deban contribuir, incluso si es una cantidad mínima”, aseveró en una nota.
Algunos consideran que en lugar de aumentos a los impuestos, el ministro se debería enfocar en obligar a más personas a pagarlos, en un país con un sector informal grande.
Durante la última década Colombia ha aprovechado los beneficios de una mejor seguridad y una nueva credibilidad macroeconómica. Ahora es la economía con el crecimiento más veloz de América Latina. El desempleo cae, la inflación es baja y su deuda ha asegurado un grado de inversión positivo por parte de las firmas de calificación de crédito.
No obstante, Cárdenas necesita un timonel fuerte para dirigir la tercera economía más grande de América Latina, después de Brasil y México, en el camino hacia el fin del boom de los commodities, que ha afectado negativamente a otra estrella regional: Perú.
Aunque la región parece que crecerá poco más de 2,2% este año, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cárdenas tiene la expectativa de que la economía del país crecerá por 4,7% durante este año.
Esto en parte se debe a un fuerte consumo privado que representa más de dos terceras partes de la economía y a un ambicioso programa de infraestructura de US$30.000 millones que podría proporcionar hasta 1,5% de crecimiento económico durante la fase de su construcción.
Cárdenas pronostica que estas carreteras harán más competitiva la economía de Colombia y añadirán “poco menos de 1% de crecimiento anual de forma permanente”. Actualmente, el transportar café, uno de las principales exportaciones del país, desde las verdes montañas andinas hasta su puerto del Pacífico, cuesta casi el doble que llevarlo desde allí a Japón, un importante comprador.
Cárdenas también cuenta con el “dividendo de la paz” para impulsar la economía. Luego de 50 años de conflicto, el Gobierno está adelantando negociaciones con los rebeldes marxistas de las Farc y está en exploraciones para un diálogo con la insurgencia más pequeña del Eln.
Aunque ni la violencia ni el tráfico y la producción de cocaína desaparecerían por completo si las negociaciones son exitosas, habría una mejora económica.
“Hoy Colombia crece a un ritmo de aproximadamente 5% en promedio. Podemos de hecho crecer entre uno y dos puntos adicionales con la paz”, aseguró. “Esto quiere decir que Colombia sería, fácilmente, un país que crecería a un ritmo de 6 a 7% una vez que se llegue a un acuerdo de paz”.
“Hoy Colombia crece a un ritmo de aproximadamente 5% en promedio. Podemos de hecho crecer entre uno y dos puntos adicionales con la paz”, aseguró. “Esto quiere decir que Colombia sería, fácilmente, un país que crecería a un ritmo de 6 a 7% una vez que se llegue a un acuerdo de paz”.
POR: Fabio de Jesús Alzate Loaiza
ResponderEliminarAlgunos consideran que en lugar de aumentos a los impuestos, el ministro se debería enfocar en obligar a más personas a pagarlos, en un país con un sector informal grande, a combatir la corrupción y el contrabando..