El turbulento año 2012, se dejo venir muy temprano con las declaraciones del funcionario gubernamental que anuncia, desde del momento de su posesión, la reforma al sistema general de pensiones que se presentara a consideración de las máximas corporaciones legislativas colombianas, en el segundo semestre.
"Equidad, sostenibilidad y universalidad", son los principios que incluirá el proyecto de reforma pensional que la primera República Liberal Santista, - como dicen los eruditos de la política nacional-, se propone presentar al Congreso en el segundo semestre del año, según lo anunció justamente en el primer día laboral del año, el nuevo Viceministro de Empleo y Pensiones, Mauricio Olivera, quien se posesionó ante el titular del Trabajo, Rafael Pardo, Ministro de Estado a quien hasta ahora no se le ha oído hablar sobre el tema y debe, desde luego, muy equilibradamente, dar pasos con seguridad pues el partido al que representa en el gabinete es la histórica colectividad de las justas conquistas sociales de la clase trabajadora nacional.
Escucharemos entonces y desde ahora, mañana y tarde, la temática propia del debate pensional, referente particularmente al aumento de semanas de cotización, al incremento de los pagos o aportes mensuales y de las afiliaciones nuevas, al reconocimiento y cancelación de las mesadas, al ingreso básico para efectos de liquidar la prestación económica, entre muchas otras cosas, y desde luego, a la necesidad de subir la edad de pensionamiento para las presentes y futuras generaciones, situación sin la cual no habrá reforma alguna así se desconozca- deliberadamente, desde un principio.
El aguerrido funcionario Olivera, quien se las trajo de inmediato y sin desparpajo ni contemplación alguna, dijo claramente a que vino y cuál es su tarea. Primeramente, explicó que el primer paso será trabajar con otros miembros del Gobierno para alinear la reforma, que “será pensada desde la sociedad para la sociedad”. Asimismo, reconoció que el tema de la edad de jubilación es un factor que se debe analizar, pero que aumentarla no está contemplado.
“Hay que estudiarlo, obviamente, pero eso se hará en su momento”. Aseveró, que otro tema, como marchitar el sistema de prima media (como el del Seguro Social) planteado por los empresarios, también será discutido.
Agregó que será importante contar con un sistema que permita el ahorro para su pensión a quien tenga la capacidad de hacerlo y, paralelamente, lograr la ampliación de la cobertura para que más gente pueda tener el beneficio.
Los interrogantes sombríamente estarán apareciendo paulatinamente sobre este explosivo prurito reformista, en el ambiente legislativo colombiano. Ahora bien, a ciencia cierta, por ejemplo, nadie sabe que va a pasar con el Seguro Social, que hasta la fecha en su operación comercial no ha dejado de pagar una sola pensión, ni mucho menos con Colpensiones, entidad que no obstante haber sido creada desde hace mas de tres años, se convirtió en un nido de burócratas sin oficio, según voces parlamentarias, y que hasta la fecha no cuenta ni con licencia de funcionamiento.
Desde el Palacio de Nariño, por su parte, Angelino Garzón, fija su posición en beneficio de la clase trabajadora alegando que "la Seguridad de los ricos se asegura mediante el bienestar de los pobres", y, por tanto, con tesón y vehemencia estará vigilando celosamente las deliberaciones congresionales para que no se afecten los intereses de los trabajadores colombianos.
Pero nadie quiere tomar el toro por los cachos. El debate a fondo debe consistir en si se quiere que se pensione o no la gente en Colombia. Si la respuesta es sí como dicen los formularios de inmigración internacional, no deben coexistir el sistema de prima media con el sistema de ahorro individual de los fondos de pensiones privados, debe, según los expertos consolidarse únicamente el sistema público liderado por el Iss.
Claro está, si la respuesta es negativa, es decir si no queremos que la gente se pensione en Colombia, los estudiosos del tema de la seguridad social, reiteran a voz en cuello, debe morir el Seguro Social, y entran de una vez por todas a la competencia infernal de las Administradoras de los fondos privados de pensiones. Se presagian duras jornadas de permanente pugilato. Habrá que tomar muchas decisiones preferencialmente en cuanto atañe a los regímenes especiales de pensión. La agenda está abierta y la discusión al orden del día. Por tanto serán intensas las sesiones de deliberación tanto en las comisiones séptimas de Cámara y Senado como en las plenarias de sendas corporaciones.
Los especialistas concluyen que desde ya conviene la revisión minuciosa de los asuntos de la reforma pensional para saber de una vez por todas si el Estado quiere o no, que nuestras generaciones presentes y venideras obtengan una digna, ameritada y justa pensión que le permita a nuestros nuevos viejos sobrevivir cuando ya carecen de alas laborales.
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