sábado, 21 de marzo de 2020

Editorial: Reflexiones en tiempos del COVID-19



¿Cómo cambiar de mentalidad para que, entre todos, seamos capaces de enfrentar las amenazas invisibles que abundan? 
/ Ilustración: Natalia Pedraza - El Espectador



Tal vez lo más difícil de la crisis que produce el Covid-19 es que exige un tipo de pensamiento al que no estamos acostumbrados. En el mundo de la inmediatez, las medidas como el aislamiento social nos proponen beneficios a mediano plazo. Ante una amenaza invisible, la prevención nos invita a confiar en que nuestros sacrificios están salvando vidas y evitando empeorar la situación. Por eso ha sido y seguirá siendo tan difícil influir en los comportamientos arriesgados de todos los colombianos.
No se trata de fe ciega. De hecho, los planes de emergencia para enfrentar el COVID-19 vienen acompañados de modelos estadísticos, pruebas y errores en otros países, lógicas que nos muestran los efectos que tienen medidas como el simulacro de aislamiento que se está dando en Bogotá. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y pasando por innumerables expertos, el mensaje ha sido claro: cuanto menos contacto haya, más lograremos disminuir la velocidad del contagio. Así, salvaremos más vidas, pues nuestro sistema de salud no se verá abrumado por el número de casos que deberá atender.
Sin embargo, no hay que menospreciar el reto que se nos plantea. Aunque se tomen todas las medidas adecuadas, la crisis del COVID-19 será larga y penosa. Además de la amenaza a la salud pública de todos, están las consecuencias económicas globales y locales. Todo este año seguiremos lidiando con una economía en recesión, con la brecha de desigualdad más notable, con personas que en estos tiempos de aislamiento no tuvieron ingresos que les permitieran subsistir. Son tiempos difíciles y esa palabra se les queda corta.
Es momento de repensarnos. Como escribió Sebastián F. Villamizar Santamaría en El Espectador, “quizás estos tiempos de aislamiento físico nos den para reflexionar más sobre qué tipo de comunidad queremos mantener”. ¿Cómo hacemos para que solidaridad, empatía y unión no suenen a lugares comunes sin efectos prácticos? ¿Cómo cambiar de mentalidad para que, entre todos, seamos capaces de enfrentar las amenazas invisibles que abundan?
Antes de que la atención del mundo entero se concentrara en el COVID-19, la emergencia climática estaba en medio de polémicas, polarización e inacción. ¿Será distinto como entendamos ese problema cuando salgamos de esta crisis? ¿Y las preguntas por los sistemas de salud más humanos y políticas fiscales que respalden más a los ciudadanos? Como escribió Francisco Gutiérrez Sanín, “qué bueno es ver que aún en el yermo reverdece la esperanza”.
Todo pasa necesariamente por lo individual, por lo que hagamos y pensemos en estos días de encierro. Si la situación empeora, y todas las señales parecen apuntar hacia allá, es útil aprovechar el silencio de las ciudades para dialogar con nuestro rol en la construcción de una mejor comunidad, de una Colombia unida, capaz de reaccionar a las crisis que vendrán. Les preguntamos a ustedes, nuestros lectores, ¿cómo hacemos para salir fortalecidos de esta situación extraordinaria?
¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a elespectadoropinion@gmail.com.



Seremos capaces de valorar los que vivimos hoy : https://jujogol.blogspot.com/2020/03/seremos-capaces-de-valorar-los-que.html  




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