Por: Juan José Orrego López
El mundo vive momentos espinosos enfrentando a un enemigo “desconocido” difícil de combatir, angustia que ya se trasladó a Colombia, que va creciendo, dejando enormes repercusiones sociales y económicas inmediatas a la nación, en miles de ciudadanos y empresarios parados en sus actividades, acompañado de esa angustia de tener que enfrentarnos a algo sin saber cuál es el rumbo, a que nación, región o sector empresarial afectará mañana o en el futuro, dejando en su paso ese temor de no saber cómo ni cuándo terminará.
A pesar que el virus tiene al mundo y a Colombia preocupados, es la prueba más sincera que nos enseña, que el solo poder político y económico no es suficiente para combatirlo, pues con el camino libre que lleva atravesando fronteras, nos sirva para valorar un poco más allá, que la vida sin espiritualidad es frágil, hay que corregirla para tener el verdadero sentido de ella, instante que nos estimula para que recapacitemos y valoremos nuestras realizaciones, si somos culpables de esto que hoy tiene al mundo y a Colombia así, en crisis.
Con el transcurrir de los tiempos y el trajín de los años, por este aislamiento social obligatorio que estamos sometidos hoy, comprendimos que el poder humano se acaba, será siempre transitorio, prestado, que tiene un fin, momento no esperando ni anhelado por muchos pero que nos sirve, para que revisemos al interior de cada uno de nosotros y valoremos el camino o sueños que ha marcado nuestras vidas.
A pesar de estos duros instantes, es un paso que nos enseña a recapacitar, que al lograr unir o integrar a las familias incluidas, las de líderes y gobernantes, es un momento adecuado, para que, desde sus espacios solos en el hogar, observen esos efectos no previstos, que en su paso nos está dejando.
Al conocer que este virus transita con posibilidades de crecer en forma exponencial y valorando esos daños no imaginados, es dónde debemos actuar rápidamente y en equipo, por el bien de Colombia, dejando esos egoísmos y mentiras que han impedido ver la realidad del país, por buscar apetitos personales, olvidando o dejando quizás aun lado, muchos de los tropiezos y dificultades inmensas que hoy se vive en Colombia, por Tratar De Ser Sin Saber Hacer.
Recuerdo cuando mi padre me decía: “El hombre es como la hierba, florece hoy y mañana se marchita”. Ante esto que hoy estamos viviendo, Dios quiera que no nos volvamos a equivocar a futuro.
Enlace de la Crónica del Quindio
Reflexiones al tema pensiones
Twitter: @orregojj
ResponderEliminarDebemos actuar rápido por Colombia dejando esos egoísmos y mentiras que impiden ver la realidad del país por buscar logros personales dejando a un lado tropiezos y dificultades inmensas que hoy se vive en Colombia, por Tratar De Ser Sin Saber Hacer. https://jujogol.blogspot.com/2020/03/seremos-capaces-de-valorar-los-que.html?spref=tw
Por: Patricia R
ResponderEliminarMuy buen artículo Juan José, 👏👍👌gracias por compartirnos!
Por: Hernán
ResponderEliminarDoctor muchas gracias también leí el artículo de la crónica de hoy lo hace muy bien doctor inmensa gratitud
Por: Barney
ResponderEliminar🙏👍🙋♂️👏
Por: Mario R
ResponderEliminarJuan Jose,le ladramos a la luna,este es un país folclórico,incluido el régimen,,,, ahora en el noticiero RCN,dijeron que las pruebas para el bicho,están el la aduana, y que no han podido ser entregadas por los trámites. El reactivo, en la aduana, y el régimen no actúa,,, tu comentario es bueno....En resumen, se perdió el Temor Al "SEÑOR"......
Por: Alfonso
ResponderEliminarMuy bueno su escrito de hoy....buen dia
Por: Jairo P.
ResponderEliminarTe luciste mi querido Juan ...y bien explicado gracias
POR: GUSTAVO P
ResponderEliminarHe leído con mucha atención el artículo y comparto la reflexión que contiene. Muchas gracias por el envío
Por: Duberney
ResponderEliminarFeliz noche muy hermosa reflexión q bueno q todos la tomaramos
Buen artículo en los aciagos días que ya empezaron.En cuanto al pasaje de la hierba, esta es una razón milenaria que tu progenitor guardaba en su corazón. Saludos.
ResponderEliminarQuerido Juan José:
ResponderEliminarMe llaman la atención dos frases... «Querer ser, sin saber hacer» No se puede de una mejor manera retratar lo que somos y lo que por conveniencia toleramos.
Y la segunda frase...«Somos como la hierba, florecemos y luego marchitamos»
Esa sabiduría de los viejos que poco nos tomamos el tiempo de analizar, sin preguntarnos ni siquiera cómo cuidar la lluvia que nos permite mantener en pie.
Excelente artículo, un fuerte abrazo
Carlos Adolfo Rodríguez