www.eltiempo.com/, 27 de abril 2020
Por: María
Isabel Rueda
El director del DNP habla de los retos de las políticas económicas de Colombia frente a la pandemia.
Luis Alberto Rodríguez es el director de
Planeación Nacional. Se trata de un destacado joven economista, que ahora tiene
la responsabilidad de planear las políticas públicas y económicas de Colombia.
Explica sus fracasos y sus retos.
Colombia tiene menos manejo de maniobra de
fondos que otros países de la región, que han ahorrado más en el pasado. Por
ejemplo, Chile y Perú ahora están gastando varios puntos del PIB. ¿Eso nos pone
en desventaja?
En 2018 Perú tenía una deuda cercana al 20 % del PIB, mientras que la nuestra
estaba por encima del 45 %. Colombia pudo hacer esfuerzos mayores cuando los
precios del petróleo estuvieron más altos, la década pasada.
A pesar del poco espacio fiscal, necesitamos soluciones, los problemas no dan
espera. Arrancando la emergencia, con el decreto 444, creamos una fuente de
recursos cercanos a los 15 billones de pesos, aparte del Presupuesto General de
la Nación 2020, que es el famoso Fome (Fondo de Mitigación de Emergencias).
Hemos ido sumando más recursos a ese fondo. Sabemos que es posible que se
necesiten más recursos en el marco de la atención al covid-19.
Hablemos de las regalías, que son de los gobernadores y alcaldes.
Planeación es el que las controla. ¿Se las gastaron, se las están gastando o se
las van a gastar? Y si no se las han gastado, ¿por qué?
En 2018, solo aprobar un proyecto en el Sistema General de Regalías tomaba
cerca de 160 días, con una carga burocrática muy grande. En 2019 nos toma, en
el mismo Sistema General de Regalías, 65 días. Pero no es suficiente. Por eso
pasamos un acto legislativo, el 005 del 2019, que tiene dos objetivos: primero,
bajarle aún más la burocracia al Sistema General de Regalías y, segundo,
devolver recursos a las regiones productoras, sin quitarles a las no
productoras.
Todas las decisiones que se tomen en política económica tendrán que
evaluarse con toda la autocrítica posible.
¿Ese sistema de regalías está funcionando
de manera eficiente?
Definitivamente sí, pero todavía admite ajustes. Por la emergencia, sacamos un
decreto legislativo que permite a los alcaldes y a los gobernadores ejecutar
los recursos de regalías, si son para salud, de forma más expedita. Esos
recursos son de las regiones, y nosotros hacemos un trabajo de asistencia
técnica y acompañamiento.
Pero, según parece, se los están robando...
Me parece injusto generalizar. Creo que los organismos de control están
haciendo una gran labor para cuidar los recursos públicos en la pandemia. También
creo que hay inversiones territoriales que vale la pena aplaudir.
¿El Gobierno no estará pensando en echarles mano a esos recursos
por el coronavirus?
No lo permite la Constitución. Al contrario, nuestra reforma de 2019 lo que
logró fue precisamente quitarle ese centralismo al Sistema General de Regalías
aprobado en el 2011, que aunque tenía algunas cosas positivas, por ejemplo, que
buscaba disminuir las famosas ‘piscinas de olas’, también les quitó recursos a
las regiones productoras. Nuestra reforma devuelve recursos a las regiones y
disminuye burocracia.
El Banco de la República está garantizando la liquidez. Emite y
contrae para mantener una tasa de interés que su propia junta ha fijado en 3,75
% ¿Usted cree que lo está haciendo bien?
Sin duda. Gran parte del desempeño de la economía colombiana se debe a una
institucionalidad económica muy sólida. Con un banco central independiente, en
cuya junta participa el Ministerio de Hacienda, que hasta el momento ha estado
aportando liquidez, no solo de la forma como usted lo menciona. El banco ha
estado oportuno, y es uno de los grandes legados que tenemos en política
económica.
Lo que ha hecho en estos días el banco es comprar papeles; de los
bancos, CDT; y del Gobierno, TES. Pero la pregunta es: ¿debe ir el banco más
allá, prestándole al Gobierno plata con la maquinita?
Mal haría yo en intervenir en conversaciones de la junta directiva, debe ser
ella la que tome esas decisiones. No obstante, debo decirle que, por lo que
hemos visto hasta el momento, en época de pandemia, todas las decisiones que se
tomen en política económica tendrán que evaluarse con toda la autocrítica
posible.
En ningún país del mundo, salvo en Inglaterra, un banco central ha
puesto a funcionar la maquinita, pero el Gobierno debe repagarle este mismo año
lo que le prestó, con intereses. El Banco de la República, para hacer eso,
tiene que tener unanimidad, discusión que seguro incluirá si por ello cobrará
el banco intereses a la nación. ¿Eso no es como cobrarle uno intereses a uno mismo?
Cualquier decisión en ese aspecto tendrá que tomarse unánimemente por la junta
directiva. Personalmente admiro mucho a los miembros actuales. Y hay plena
confianza en el trabajo que se hace, de manera coordinada, entre el Gobierno
Nacional y el Banco de la República, para sincronizar la liquidez que se
requiere en estos momentos.
¿Una vez abierta la llave de la maquinita
del banco, no es peligrosísimo que no sea tan fácil volverla a cerrar?
Hablamos de casos hipotéticos. Estamos viviendo una pandemia, con un choque
económico nunca antes visto, y probablemente necesitaremos discusiones que
nunca antes se habían tenido. Y le voy a poner otro ejemplo, que no tiene que
ver con la política monetaria.
En Colombia habíamos pensado que a los únicos a los que teníamos que darles
recursos y transferencias en efectivo era a la población en pobreza; por
ejemplo, Familias en Acción.
Eso ha sido así durante 20 años, desde 1999. Habíamos diseñado, incluso, una
base de datos, el Sisbén, para focalizarlos. Pero esta pandemia, en menos de
tres semanas, nos puso a llevarles recursos, con el programa Ingreso Solidario,
a quienes no solo no estaban en Familias en Acción, sino que antes jamás habían
recibido una transferencia en efectivo del Estado.
¿Y a pesar de las críticas, está satisfecho con los resultados?
El trabajo de Ingreso Solidario, como también el de la devolución del IVA, ha
sido gratificante. Muchos técnicos detrás de ese trabajo, y millones de
colombianos beneficiándose de los resultados.
A Colombia le tomó 20 años llegar a 2,6 millones de beneficiarios de Familias
en Acción; el programa Ingreso Solidario en días llegó a 1,2 millones, y
llegaremos a 3 millones, muchos no bancarizados, en pocas semanas.
Sabíamos que habría aprendizajes en la implementación, pero en crisis hay que
asumir riesgos; si no, los más vulnerables sufrirían la inacción.
La Fiscalía y la Procuraduría informaron
el viernes que abrieron una investigación contra el programa Ingreso Solidario,
que maneja Planeación. ¿Qué piensa sobre eso?
Estamos y estaremos atentos a responder todas las dudas, como lo hemos hecho
hasta el momento.
Hablemos del Fondo Monetario Internacional. El reporte más
reciente dice que este segundo trimestre de Colombia, será el peor de todos;
que el tercer trimestre será negativo, pero menos malo, y que en el cuarto
podremos de pronto remontar. ¿Aguantaremos?
De todas maneras, el choque que tengamos va a depender de las decisiones que se
tomen ahora. Si la pandemia demorara mucho tiempo, y no encontráramos un
balance efectivo entre salvar la vida, cuidarnos del virus, pero al mismo
tiempo salvar la vida del hambre, los colombianos no podríamos aguantar.
Estamos viviendo una pandemia con un choque económico nunca antes visto,y
probablemente necesitaremos discusiones que nunca antes se habían tenido
El Fondo Monetario Internacional dice que
Colombia va a decrecer en 2,4 % su actividad económica. La Cepal, que 2,6 %.
¿El desempleo se va a disparar?
En una crisis económica en la que tenemos una tasa de crecimiento negativo, por
primera vez en muchos años, es de esperar que se deterioren indicadores como la
tasa de desempleo. Por eso hemos tomado medidas para contrarrestarlo, por
ejemplo, emitir garantía estatal del 90 % a los créditos que se usen para pagar
nómina y proteger el empleo.
¿Es una falsa disyuntiva la que se dice que hay entre la economía
y la salud?
Mire, aquí hay un solo objetivo: salvar la vida de los colombianos. En esta
coyuntura nos podemos morir principalmente de dos cosas: del covid-19 y del
hambre.
¿De qué sería partidario? ¿De darle plata a la gente o de darles
plata a las empresas, para que no despidan a la gente?
La mía: darle plata a la población, que era la más vulnerable antes de la
pandemia, y a otra, que es vulnerable por la pandemia. Para eso hay que darle
plata a la gente y también a las empresas, para que no despidan.
Aquí hay poblaciones que, efectivamente, todavía no han perdido el empleo y
que, con una ayuda, puede que no lo pierdan nunca. Pero hay otras poblaciones
que nunca han tenido un empleo, que estaban en la informalidad, y a esas la
única forma de llegarles es con una transferencia en efectivo.
Hay una cantidad de sector informal, sin bancarización. ¿Cómo se
les entregan las ayudas?
Hoy, con su celular puede hacer una transferencia. Le voy a poner dos ejemplos.
Hay un producto que se llama Daviplata y hay otro que se llama Nequi, uno es
del grupo Davivienda y el otro de Bancolombia.
Esos productos permiten hacer transferencias de un celular a otro, sin
necesidad de tener una cuenta bancaria. En pocas semanas hemos hecho casi un
millón de giros de devolución del IVA e Ingreso Solidario a personas no
bancarizadas a través de esos mecanismos. Usando esa infraestructura, que no es
pesada, no tiene mayores costos ni trámites tan sofisticados.
Antes de pasar por esta crisis del coronavirus, la cartera de los
bancos estaba sana. ¿Peligran los bancos en este momento con esas deudas?
Hasta el momento no hay preocupaciones; y por eso creo que el Banco de la
República ha hecho lo correcto, dándole liquidez a la economía. Hoy, todos los
colombianos pueden estar seguros de que sus ahorros, bajo ninguna
circunstancia, van a dejar de existir.
Si por alguna razón viniera un choque externo muy profundo, que estrese el
sistema financiero, inmediatamente el Fogafín podría actuar y salvar los
ahorros de los colombianos. Eso no existía en Colombia hace unas décadas;
insisto: somos un país con una institucionalidad económica sólida. En esto
insisto, sin negar retos estructurales y coyunturales.
Colombia nunca había tenido un
endeudamiento tan alto, y la deuda externa, está creciendo no solamente por el
dólar, sino porque los impuestos tienden a caerse. ¿Qué vamos a hacer ahí?
Ahorita, como lo decía el Presidente hace un par de días, el objetivo debe ser
salir adelante de esta pandemia. Salvarles la vida a los colombianos y darles
los recursos suficientes para que no sufran las consecuencias económicas de
esta pandemia.
No tenemos fecha final de esto; nadie garantiza que el 11 de mayo la pandemia
ya se haya ido. Nuestro único objetivo en estos momentos debe ser mitigar los
impactos económicos y sociales de la pandemia en Colombia.
¿Sabía que a usted le dicen sus colegas en el Gobierno la
‘criatura’, por su juventud? Pero también dicen que usted es muy sobrado y
antipático...
(Risas). Sabía que me decían el ‘pollo’. Pero no sabía lo de ‘criatura’, ni
‘antipático’.
Ahí le dejo el chisme... Pero antipático, no me ha parecido... Y
ni por eso dejan de reconocer que usted es uno de los protagonistas que tiene
el Gobierno, en esta emergencia, al frente de Planeación Nacional.
Somos muchos trabajando en esta emergencia. Gracias por la entrevista, ojalá la
pandemia pase pronto y podamos tener conversaciones mucho más amenas de la
economía colombiana.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO
Reflexiones al tema pensiones