razonpublica.com/l, marzo 30, 2020
Aunque el
Gobierno ha tomado algunas medidas, hay desaciertos que urge corregir,
especialmente en cuanto a la financiación del sistema de salud.
Ricardo Bonilla González*
El dilema
entre salud y economía
Todos sabemos que el aislamiento
y el distanciamiento social son las mejores medidas para prevenir el contagio.
Pero estas medidas tienen efectos colaterales, principalmente, el freno de la
economía y la necesidad de redefinir prioridades.
Incluso aquellos países que ya
vivieron el ciclo de la pandemia, como China y Corea del Sur, están renuentes a
reactivar y abrir fronteras, ante la posibilidad de un segundo ciclo de
contagio.
La prioridad inmediata es la
salud, pero aun entonces el Estado debe asegurar las condiciones para el
funcionamiento mínimo de la economía, esto es:
§ Garantizar
el curso de la moneda, los flujos de dinero y la capacidad de compra;
§ Robustecer
al máximo el sistema de salud bajo condiciones de emergencia (pruebas de
laboratorio, áreas de atención, medicamentos, saneamiento básico…)
§ Fortalecer
las redes de aprovisionamiento de artículos de primera necesidad (alimentos,
artículos de aseo, servicios públicos, comunicaciones y medicamentos);
§ Asegurar
un mínimo vital a los habitantes que deben aislarse y no disponen de poder de
compra;
§ Fomentar
el trabajo en casa para más y más actividades económicas.
La
respuesta de Colombia
Los decretos del Gobierno
nacional se debaten entre proteger la salud y proteger la economía:
§ El Decreto 417 declaró
la emergencia económica, social y ecológica en Colombia;
§ El Decreto 444 creó el
Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME) para atender las necesidades de
recursos;
§ Y el Decreto 457 ordenó
el aislamiento preventivo obligatorio de toda la población.
Al principio, el presidente Duque
dudó en tomar medidas demasiado fuertes para no detener las actividades
económicas: por eso, cerró tarde los colegios y los aeropuertos. Peor todavía:
no se previó que esa demora resultará más costosa porque retrasará la
normalización.
Colombia está en la primera fase
de expansión de la pandemia -y faltarían cerca de dos meses para completar el
ciclo-. Esta debe ser la base mínima para las previsiones de emergencia.
Es muy temprano para prever la
profundidad de la caída económica. Por lo pronto en Colombia hay desaceleración
y solo siguen funcionando las actividades esenciales que se pueden desarrollar
en medio de la crisis.
Moneda, tasa de cambio y política fiscal
La primera y más importante tarea
del Estado es coordinar correctamente las políticas monetaria, cambiaria y
fiscal. La primera corresponde al Banco de la Republica, la cambiaria es
compartida con el Gobierno Nacional, y la fiscal es exclusiva del Gobierno.
Las competencias están definidas
y la coordinación es importante para que funciones las instituciones:
-En cuanto a la política
monetaria, el Banco de la República es quien debe dar liquidez a la economía.
El Banco comenzó a hacerlo cuando puso a disposición de las entidades
financieras hasta 17 billones de pesos.
Ante la magnitud de las pérdidas
y la recesión que acecha al mundo en general y a Estados Unidos en particular,
el Banco redujo la tasa de intervención del mercado en 50 puntos básicos (pb)
hasta el 3.75%. Este es un mensaje de apoyo al proceso de recuperación
económica que vendrá posteriormente.
-En materia cambiaria, el Banco
ya dispuso de 2.000 millones de dólares para afrontar la creciente devaluación.
Con la agudización de la crisis en Estados Unidos, el comportamiento del dólar
es incierto y, por lo tanto, la medida puede ser suficiente, hasta nueva evaluación.
Las medidas fuertes de Duque se tomaron tarde.
-Pero el verdadero problema de
Colombia es fiscal. El presupuesto de 2020 no está adecuadamente financiado y
no hay margen para recomponer la estructura tributaria. Solamente quedan dos
alternativas, de muy corto plazo:
1.
Trasladar recursos del presupuesto hacia las prioridades
inmediatas -salud pública y protección de los hogares vulnerables-;
2.
Extraer recursos de otras fuentes de ahorro administradas por la
Nación, que no estén incorporadas en el presupuesto nacional o territorial.
Con la extensión de la crisis,
será necesario optar por medidas de mayor calado, endeudarse y recaudar más
impuestos (Ferrari y González lo explican en esta misma edición de la revista).
Los
dineros del Fondo de Emergencia
Justamente, el objetivo del
decreto 444 es disponer de más recursos en el corto plazo. Este decreto crea el
Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME) trasladándole dineros del Fondo de
Ahorro y Estabilización (FAE) y el Fondo de Pensiones Territoriales (FONPET).
Esas dos fuentes tienen objetivos
específicos, no van a usarse en el corto plazo y no están incorporadas en
ningún presupuesto. Por lo tanto, es razonable prestarlas al Estado para
financiar la “cuota inicial” de la pandemia.
Sin
embargo, la medida produjo controversia en el mundo político. Varios alcaldes y
gobernadores afirmaron que
el decreto tomó abusivamente recursos de los entes territoriales para financiar
a los bancos. Pero el Ministerio de Hacienda desmintió que
fuera así.
En realidad, el propósito del FAE
es compensar la inestabilidad en los precios de los hidrocarburos y el
consiguiente valor de las regalías para las regiones. Seguramente por la caída
abrupta de los precios del carbón y del petróleo, será necesario usarlas en la definición
del próximo presupuesto de regalías. Pero hoy pueden servir para financiar la
contención del virus.
Por su parte, el FONPET no es un
fondo de pensiones financiado por cotizantes. Se trata de un fondo creado para
atender los pasivos pensionales de los territorios que no tienen reservas ni se
financiaron adecuadamente. Tampoco se prevé usar los recursos de este fondo en
el corto o mediano plazo.
Las
EPS y el Estado
Pero el Decreto 444 tiene serias
limitaciones. Con un sistema de salud tan precario y unas condiciones laborales
deplorables, es difícil que esos recursos sean bien destinados.
Lo
urgente en este momento es contener el contagio. Pero para eso, nuestro sistema
de salud depende de la Ley 100 de 1993.
Hasta ahora, las Entidades Promotoras de Salud (EPS) han limitado la aplicación
de las pruebas para COVID-19 y no han creado más Unidades de Cuidados
Intensivos (UCI). Por eso, la idea del Gobierno de ponerle punto final a las
deudas de las EPS es errónea e irreal.
En un momento tan crítico como el
actual, el Gobierno debería pasar por encima de las EPS y trabajar en los
siguientes frentes:
§ Aplicar
masivamente pruebas, por grupos distribuidos en el territorio, y analizarlas en
cadenas de laboratorios descentralizados;
§ Crear
centros de atención intermedio de urgencias en hoteles y campamentos, con
técnicas de aislamiento y tratamiento especializado;
§ Y ampliar
la red de UCI en áreas hospitalarias con dotación básica, recuperando clínicas
y hospitales cerrados.
El decreto 444 tiene varias limitaciones y con el sistema de salud precario y
la situación fiscal, es difícil que pueda destinarse
Puede leer: Principios éticos para enfrentar la pandemia en Colombia
Los
subsidios
Paralelamente, el Gobierno debe
darles a los ciudadanos las condiciones de vida necesarias para poder aislarse
en cuarentena. Incluso antes de la pandemia, la informalidad, la precariedad
laboral y las altas tasas de desempleo eran graves. La cuarentena agudiza estos
problemas.
Colombia no tiene un seguro de
desempleo ni un programa de ingreso básico para población informal y de
ingresos inestables. En este momento, el país no dispone de ahorro para cubrir
la contingencia. Ante la inexistencia de un seguro de desempleo efectivo, el
Gobierno autorizó el uso de las cesantías, pero a ella solamente acceden los
trabajadores formales.
Los empresarios de todo tamaño
deben entender que este es un traspiés de dos o tres meses, y que después
vendrá la recuperación económica. No pueden repartir licencias no remuneradas y
otros artificios legales para “librarse del problema”. Es hora de que los
señores ejecutivos y los altos funcionarios se bajen el sueldo, y que la
contingencia no sea solo a costa de los más débiles.
*
Profesor pensionado de la Universidad Nacional de Colombia.
Reflexiones al tema pensiones
Twitter: @orregojj
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