www.cronicadelquindio.com, MAYO 27 DE 2021
Por: Juan José Orrego López
Las protestas del 2021 pueden ser la vía a las soluciones o un mayor costo fiscal, que generará aumentos o nuevos tributos que tendrá que asumir el país, fruto de inconsistencias de años, dejadas de atender. Habrá que realizar recortes inmediatos, eliminando todo tipo de barreras, costos y privilegios, evitando ampliar el daño social y el deterioro a las finanzas y su estabilidad futuro.
Con la deficiente estructura del país todo puede pasar, desde actos agradables hasta nocivos, vacío que siempre ha servido para pagar favores y armar tácticas políticas. Cada día que se pierde, sin lograr ningún acuerdo, ratifica una vez más la apatía del gobierno y del Congreso, y su cero interés de enseñar cómo debe ser el control y manejo de los recursos que, en cambio, por miedo a perder poder, crean barreras intocables creadas por ellos, impidiendo modificación alguna.
Cuánto podíamos haber evitado si la sociedad civil conociera esa forma de control y manejo de lo público, la diversidad de problemas sin atender que, de haber sido revisados, de seguro no tendríamos estas pérdidas, pero si más congresistas al servicio del país y no líderes del montón. El riesgo y la incertidumbre por el futuro de Colombia crece por falta de claridad profesional, de ética, de valores y de respeto a la nación. Mauricio Botero C., dice: no hay nada más peligroso que una sociedad ignorante.
Colombia, con un sistema presidencial y una democracia que no es real ni limpia, con sus tres poderes, con una ciudadanía que reclama pero a la que no le interesa ni sabe cómo es el manejo de lo público, con crisis fiscal sin resolver, un congreso cuestionado dando regalos tributarios, la lucha por el control del país entre los partidos políticos y otras razones, está provocando el momento más crítico, también fruto de ese abuso de poder y un sinnúmero de procedimientos hechos para favorecer más a congresistas y sus amigos que al mismo país.
Los errores acumulados sirven para valorar lo débil que está nuestro sistema presidencial, al que se le deben efectuar ajustes, porque de seguir así ahogaremos al país con más problemas que por ese afán de poder político en vez de dar soluciones, despiertan y alimentan a más vividores y voces que se dicen salvadoras igual de ineficientes a las de hoy.
Los bloqueos que ha vivido el país, son el ejemplo más claro de vacíos y errores. Por ética, todos, sin perder tiempo, deben iniciar ajustes, uniendo fechas de votaciones para elegir presidente y Congreso el mismo día, y no separados, pues el peligro de no lograr apoyo legislativo es que el rumbo del país, los programas de gobierno y del mismo presidente puedan cambiar y quedar en manos de terceros, expuestos al capricho y maniobra de intereses de congresistas y partidos políticos.
Una ciudadanía que no conoce ni le interesa lo público, y que lo único que hace es salir a votar por el que le digan o el que pague, seguirá siendo nada más un conjunto de borregos útiles al servicio del poder. Mauricio Botero escribió: “Una sociedad de ignorantes no solo es una carga social, sino también una bomba de tiempo”.