Por: Juan José Orrego López
A pesar de las dificultades y errores con daños a la sociedad civil, miles
de ciudadanos vivimos orgullosos de Colombia, de sus ilustres profesionales y
muchos líderes del pasado que dejaron huellas de transformaciones y sueños
realizados. Desearíamos tenerlos para fomentar y extender ese empuje a
millones de colombianos, pareciera que hoy a nuestros líderes parece que
les incomoda repetir ese ejemplo de esos grandes hombres, pues se gana más con
ese desconocimiento e ignorancia del pueblo como la herramienta ideal para
vivir y disfrutar bien del poder. Prefieren que ser un estadista
con visiones futurista protegiendo la nación o región.
Los fallos de la Corte Constitucional a unos decretos, abre el espacio a una
variedad de opiniones, para unos es injusto que por unos errores tan sencillos
afecte al país. Otros ven más allá, consideran el momento para
debatir la deficiente y débil estructura del estado, sus tres ramas y sus
herramientas de control, sin dejar a un lado la inmensa responsabilidad y
culpabilidad de los partidos políticos, pues son ellos, a través de sus
estatutos y avales, los que designan las personas responsables para gestionar,
visionar y llevar a cabo las transformaciones. Hoy son cuestionados y justifican ese inconformismo, congreso-presidencia por el poco interés de no querer o
apropiarse para mejorar las estructura y control del estado.
Que sigue, lo mismo o quizás peor porque no hay espacio para cambios
positivos. Con el inicio de secciones del congreso, lo que se percibe, es la
variedad de proyectos populistas, difíciles de realizar, que buscan avivar
corazones. Ejemplo de ello la propuesta de reducir el congreso y rebajar los salarios, aplaudible o
soñadora idea, sobre la que es oportuno divulgar, que cualquier cambio al salario de los
altos funcionarios del Estado, exige de una reforma constitucional previa
contando el congreso con otra herramienta especial y oculta que han protegido
como el gran tesoro o guaca de ellos, para hacer lo que quieran con el tiempo y
espacio, sin que nadie los moleste, la famosa Ley 5 del 92. Intocable.
El desorden a la débil estructura del
estado, congreso y partidos políticos se refleja en un ejemplo claro, Renta
Básica Universal. Es increíble cómo juegan, se retarda, se emboba, mienten,
dividen al país, esto es mejor, se atraviesan para no beneficiar a otros, sin
pensar que hay una población inmensa que sufre, pues primero son ellos y sus
beneficios, conducta que brilla donde a muchos no les importa el país, primero
asegurar la continuidad y el control del poder.
Ante el rechazo a congresistas y líderes cuestionados, se oye ruidos y
pasos de voces proclamándose como salvadores que actúan como varita mágica, con
soluciones, atrayendo poblaciones y empresarios lideres solitarios sin partidos
o como grupos cívicos o veedurías, actuando en silencio con un objetivo
disimulado: conquistar el poder.
¿A quién creerle? por el momento a nadie, pues no se ven personas
libres, se ven es compromisos, de unos que quieren ser y llegar, sin saber
hacer o construir en lo público.
¿Soñar para que?
Reflexiones al tema pensiones