por: Roberto Junguito
En estos días se viene desarrollando
en Cartagena el Congreso Internacional Fiap- Asofondos donde se debaten, entre
otros temas, la coyuntura macroeconómica, y lo relacionado con la seguridad
social, y las pensiones, mediante la participación de reconocidos expertos
internacionales y nacionales. Otro de los temas de importancia que también es
objeto de análisis son las tendencias demográficas y las implicaciones
económicas y sociales del envejecimiento de la población y su incidencia en las
pensiones.
Respecto al tema caben precisar algunas cifras presentadas en el Congreso Fiap- Asofondos que permiten comprender la magnitud del problema y el reto pensional que ello implica.
La población de 65 años y más
a escala mundial pasará de representar 8,2% en 2015 a 16,0% en 2050. En América
Latina, la población de 65 y más en 2050 ascenderá al 19,4% del total. Esta
situación refleja los aumentos de la expectativa de vida al nacer, la cual se
ha incrementado 24 años entre 1950 y 2015 o sea cuatro años por década y se
proyecta que alcanzará 78 años hacia 2025.
En el caso de Colombia, la participación de la población de 65
años se proyecta que alcanzará 21% en 2050. Los demógrafos resaltan que
Colombia, en este momento, está en el período de desarrollo de su “bono/ventaja
demográfica”, lo que implica que una proporción alta de su población está en
edades productivas y que la nuestra no es todavía una población envejecida.
Asimismo, argumentan que para
aumentar el número de cotizantes al sistema pensional hay que formalizar el
mercado laboral a toda costa y que no hacerlo es desperdiciar el bono
demográfico. Esto mejorará la calidad de vida de los pensionados, pero también
de las generaciones subsiguientes. Asimismo, recomiendan, de manera particular,
estimular la participación laboral de las mujeres y aprovechar lo que denominan
el bono de género.
También cabe resaltar que el Congreso Fiap- Asofondos es ocasión
única para escuchar los planteamientos de los candidatos presidenciales en
torno a la conveniencia de adoptar una reforma pensional y las características
o rasgos que esta deberá tener.
La importancia de la reforma
se evidencia, como lo sostiene el Informe de la Comisión de Gasto Público,
cuando se tiene en cuenta que el gasto público en pensiones alcanza 3,9% del
PIB o sea que asciende al 25% de los ingresos fiscales totales del Gobierno
Nacional.
De no adelantarse una reforma,
la cobertura en pensiones se reduciría al pasar del 37,3% en 2013 al 17,6% en
2075 y las dificultades de la sostenibilidad financiera del sistema se
exacerbaría con el envejecimiento de la población que llegaría, como se anotó
arriba, a 21% en 2050.
¿Qué tipo de reforma al
régimen de pensiones necesita Colombia?
Al respecto, en días pasados
ya se han comenzado a escuchar planteamientos por parte de los Presidenciales en
esta materia, donde parece existir un consenso en que si se requiere la
formalización laboral y una reforma pensional que conlleve a mayor cobertura, a
lograr la sostenibilidad financiera del sistema y a eliminar la competencia
entre los régimen de prima media y de capitalización. Esperemos que la reforma
pensional sí resulte ser finalmente una prioridad efectiva del nuevo Gobierno.
Reflexiones al tema pensiones
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