www.cronicadelquindio.com, ABRIL 14 DE 2022
Por: Juan José Orrego López
Después de cruzar Nuestro Señor el desierto y su entrada triunfal a Jerusalén, iniciamos la Semana Santa, tiempo de recogimiento y liturgia, de conversión y de reflexión, donde se vive el renacer en forma presencial la Semana Mayor, después de 2 años, donde acogemos a Jesús que llega como rey a nuestra vida y a nuestro ambiente. Bendito el que viene en nombre del Señor, para vivirlo llenos de alegría y firme con el amor a Cristo, para sentir los instantes de la pasión, la muerte y la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, instantes que, para los católicos, se traducen en un encuentro con él.
Cómo lo expresa el padre Rafael de Brigard: “Ese camino de vivir la Semana Santa, implica ponerse de frente a la obra de Jesús a través de la liturgia e ir haciendo un proceso interior de apropiación de esta realización divina hasta que toque lo más íntimo de la propia condición humana y la vaya moldeando cada vez más según la figura única de Jesús”. ¿Suena muy extraño hablar hoy en día de un camino interior?
El país hoy vive rodeado de una fuerte agitación humana, de ofensas, mentiras, engaños y trampas de todo tipo, de zancadillas en una sociedad o parte de ella que muestra comportamientos no dignos y al servicio de intereses ocultos o dañinos, con sentimientos y valores muy diferentes a los que una sociedad requiere o busca, como el de encontrar el verdadero camino o luz que iluminan nuestras vidas, con un propósito claro:
Poder construir y convertir, en especial, a esa parte de la sociedad, para que abandonen ese propósito oscuro de impedir crear ambientes o espacios positivos dónde se mire y apoye a esa sociedad huérfana que hoy sufre por ese ego personal e indiferencia de la ciudadanía.
Es el momento de reflexionar con sinceridad, generar espacios sanos en el interior de la misma sociedad civil, recapacitar con honradez, mirándose al interior, para cambiar y revisar, si es que su actuar lo impulsa sólo a protegerse de sus actos no éticos ni apropiados o por impulsos llenos de rencor, envidia o rabia. No más.
Es el tiempo de oración y conversión para dejar esa indiferencia, la culpable del dolor en que hoy vive la humanidad. Dios demuestra su amor y a pesar que, seamos pecadores, Cristo murió por nosotros.
Video ampliado articulo: https://youtu.be/JHFa1z6wHRg
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Por Don Orlando
ResponderEliminarBuenos días Juan José, agradecido contigo por tus artículos para reflexionar ,mirarnos hacia dentro y dejar de lado aunque sea por unos días ésta tóxica política q nos tiene peligrosamente enfrentados por algunos reaccionarios intolerantes.
Q tengas buen día
Por Don Gustavo
ResponderEliminarExcelente reflexión, El señor Jesucristo le colme de infinitas bendiciones
Por MD Isaac
ResponderEliminarTodos los creyentes debemos hacer reflexión sobre nuestros actos,un abrazo fuerte para ti
Por Carlos J.
ResponderEliminarAsí es Juan José, el mensaje de Jesús es amor, Cristo ofrendó su vida por todos nosotros, esto es, por toda la humanidad sin distingo. Un abrazo.
- Ojalá Jesús logre levantar la humanidad caída -