www.elespectador.com, 20 Ene 2020
Paula Delgado Gómez - @PaulaDelG
Getty Images
EL 65 % DE LOS TRABAJADORES NO
COTIZAN A PENSIÓN
La última propuesta de
reforma pensional, de origen técnico, que se puso sobre la mesa plantea
mantener los dos regímenes pensionales y darles igual participación. ¿Hacia
dónde debe ir el nuevo sistema?
Para los colombianos es claro que una
eventual reforma pensional terminará por cambiar la Administradora Colombiana
de Pensiones (Colpensiones) tal como la conocemos. Todas las propuestas de
gremios, centros de pensamiento y académicos plantean la necesidad de hacer
cambios profundos en el Régimen de Prima Media (RPM), conocido también como el
pilar público de nuestro sistema. La cuestión es hasta dónde llevar esa
transformación.
Dos de las más recientes proposiciones
generaron un gran debate nacional: una por sugerir volver Colpensiones una
administradora de fondos de pensiones más y ponerla a competir con las que ya
existen, como Protección o Colfondos, por mencionar algunos (propuesta de
reforma de Asofondos), y otra por plantear la posibilidad de marchitar
Colpensiones, suspendiendo las nuevas afiliaciones, hasta hacerlo desaparecer,
eventualmente, tras cumplirles a los actuales beneficiarios (propuesta de
ANIF).
La posición de este Gobierno no es
clara, pues ni siquiera se conoce una propuesta formal de reforma pensional.
Aun así son varios los analistas que han leído entre líneas el discurso del
ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, y han asegurado que la intención
del Gobierno es eliminar el Régimen de Prima Media.
En cada ocasión, el
Ejecutivo ha salido a desmentir esta versión alegando que apenas se está
discutiendo el contenido de la normativa. Lo que sí han dicho varios
funcionarios es que es necesario modificar esta modalidad de pensión,
caracterizada por otorgar millonarios subsidios.
En este escenario aparece una nueva
propuesta de la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo
(Fedesarrollo), que ya había hecho una serie de recomendaciones cuando el
economista Leonardo Villar estaba en la Dirección. Ahora, con Luis Fernando
Mejía como cabeza del centro de pensamiento, dicha proposición se replantea y
toma una dirección más concertadora que la de sus pares.
“Las ofertas sobre la mesa son
completamente distintas. La de ANIF genera un problema fiscal tremendo, porque
hoy una fuente importante de financiamiento de Colpensiones son los aportes de
los cotizantes, en un momento en que no hay espacio para aumentar el déficit
fiscal. La de Asofondos implica volver a Colpensiones una AFP pública. Y la de
Villar, aunque le da más dientes a Colpensiones, provoca desproporciones muy
altas frente al pilar privado y un problema de disminución sustancial de
ahorro, además de que se traduce en el largo plazo en un costo fiscal”, señaló
Mejía.
Para Andrés Izquierdo, gerente Integral
Soluciones Pensionales (ISP), no hay que satanizar el sistema ni quienes lo
componen.
“No me creo el discurso de que hay que sacar al Estado del esquema
pensional porque es muy costoso para las finanzas públicas, ni tampoco el otro
extremo de que solo los privados son capaces de garantizarle sostenibilidad al
sistema.
Hay que encontrar un punto medio, pero no por ser conciliador, sino porque se trata de derechos sumamente importantes, fundamentales, a los que no se puede renunciar porque afectarán la vejez de las personas”, dijo.
Hay que encontrar un punto medio, pero no por ser conciliador, sino porque se trata de derechos sumamente importantes, fundamentales, a los que no se puede renunciar porque afectarán la vejez de las personas”, dijo.
Para elaborar su modelo, Mejía partió de
tres problemas:
“Nuestro sistema no está cumpliendo con el objetivo
principal de un régimen de protección a la vejez, que es proteger a adultos
mayores en condición de vulnerabilidad; lo que tenemos es exactamente al
revés”, sentenció el economista.
La nueva propuesta de Fedesarrollo es
migrar hacia un sistema de pilares y acabar la competencia, “no solo por la
diferencia en beneficios (mientras en el régimen público una persona se
pensiona en promedio con el 65 % de su salario, en el privado lo hace con un 35
% por cuenta de los subsidios, según la Fundación), sino porque complica las
decisiones. Entender el sistema es muy difícil, es un rollazo”, de acuerdo con
Mejía.
La base del sistema sería el esquema no
contributivo; es decir, Colombia Mayor, el programa de protección social a la
tercera edad que se encuentra desamparada. A este le seguiría un esquema
semicontributivo, que es el plan de retiro de Beneficios Económicos Periódicos
(BEPS), el cual permite aportes flexibles a pensiones para las personas de
menos ingresos. Finalmente, habría un esquema de contribución definida en el
que coexistirían el régimen público y el ahorro individual.
Los primeros dos ya existen, pero ¿cómo
llegar al tercer nivel?
La conclusión de Mejía es que eso
permite focalizar aún mejor el uso de recursos públicos en pensiones y
reduciría el costo fiscal de las mismas, porque el Estado solo debería
responder por ese 60 % del salario mínimo. A su vez, elimina el problema de
calidad del ahorro privado, que tanto criticaban los fondos, porque mantiene
contribuciones a ambos lados. Así mismo, elimina los traslados entre regímenes
y posibilidad de arbitraje (gente que le conviene irse de un sistema a otro).
“El lío de fondo son dos regímenes que
compiten paralelamente, más unos regímenes especiales que ya se están
marchitando.
Esa dicotomía nos llevó a pensar en el corto plazo en algo que no cambie de manera sustancial los flujos de recursos que están llegando al régimen público y al privado, que no genere costos fiscales”, explica Mejía.
Esa dicotomía nos llevó a pensar en el corto plazo en algo que no cambie de manera sustancial los flujos de recursos que están llegando al régimen público y al privado, que no genere costos fiscales”, explica Mejía.
Isidro Hernández, profesor de la
Universidad Externado, respalda la premisa de que no se elimine Colpensiones
argumentando que al dejar las pensiones en manos de los privados,
“el Gobierno
aparentemente se desmonta del problema porque se quita pagos futuros de encima,
pero en el futuro esos saldos volverán a la población que va a quedar
desprotegida; al final serán los ancianos abandonados que se tendrán que cubrir
con otro tipo de programas sociales”.
En ello coincide Izquierdo: “La pensión
no se puede manejar solo como un negocio”, cree.
Según sus referencias, desde 1980 hasta 2010, treinta países migraron su sistema de pensiones hacia el modelo de capitalización (régimen de fondos privados) total o parcialmente, Colombia está en ese grupo. De esos treinta, 18 dieron un paso atrás y volvieron de manera completa o parcial a una participación estatal, incluidos países de América Latina y de Europa oriental, como Venezuela, Ecuador, Argentina, Letonia. “Ese es un indicador, porque los fondos privados lo manejan como un negocio.
Según sus referencias, desde 1980 hasta 2010, treinta países migraron su sistema de pensiones hacia el modelo de capitalización (régimen de fondos privados) total o parcialmente, Colombia está en ese grupo. De esos treinta, 18 dieron un paso atrás y volvieron de manera completa o parcial a una participación estatal, incluidos países de América Latina y de Europa oriental, como Venezuela, Ecuador, Argentina, Letonia. “Ese es un indicador, porque los fondos privados lo manejan como un negocio.
Eliminar Colpensiones es acabar de tajo con la protección
social en Colombia. Es importante e innegociable que el Estado sea un actor en
el sistema pensional. El modelo no debe ser solo privado, otros ya recorrieron
el camino y nos lo anticiparon”, concluyó.
Reflexiones al tema pensiones
Twitter: @orregojj
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