El Presupuesto General de la Nación de 2020 incluyó una partida de $43,2 billones
para atender el pago de pensiones. Foto Archivo
La presentación ante el Congreso de la República de una reforma
de protección a la vejez para su trámite y aprobación no pasa de la sala de
espera. La filtración la semana anterior de un supuesto borrador del texto y la
declaración de inexequibilidad de la Ley de Financiamiento de la Corte
Constitucional hizo que el Gobierno replanteará sus prioridades.
En esa línea, el texto que se conocería antes de que terminara
este año sigue en construcción, recogiendo las propuestas subidas a la web de
la Comisión de Reforma de Protección a la Vejez. Pero, ¿hasta cuándo esperará
el país por una reforma pensional? (ver Dicen de...).
La óptica privada
Juan David Correa,
presidente de la Administradora de Fondos de Pensiones y de Cesantías (AFP)
Protección no cree que la propuesta se vaya a aplazar.
“Desafortunadamente hay una coincidencia inadecuada con lo
ocurrido con la Ley de Financiamiento. Esto debe ser una realidad, porque desde
hace un año hay un equipo trabajando, recibiendo y estudiando las ideas. Esto
es inaplazable”.
En el mimo sentido se expresó Alain Foucrier, presidente de Colfondos. “No hay que
darle más espera, ojalá no se alargue más el tema y que el atraso sea de un par
de meses, pues llevamos años aplazando la reforma”, mencionó.
Para Miguel Largacha,
presidente de Porvenir, la necesidad de una reforma es vital, real y concreta.
Manifestó que “ojalá fuese pronto. Entendemos el planteamiento del Gobierno de
darle prioridad a la Ley de Financiamiento y que la reforma pensional quede
para el año que viene”.
Los componentes
El consenso de las AFP agremiadas en Asofondos es que Colombia
debe integrar un sistema pensional contributivo en un solo régimen de ahorro y
capitalización, que pueda ser manejado por administradoras públicas y privadas.
“Dada la fuerte caída en la proporción entre trabajadores
activos y personas mayores, es decir, el llamado contrato intergeneracional
entre jóvenes y adultos mayores está roto. Como consecuencia de esto, los
sistemas pensionales de reparto (como el que administra Colpensiones) no son
viables”, dijo Jorge Llano,
vicepresidente Técnico de Asofondos.
El dirigente gremial también resaltó que el 44,8 % de los
colombianos que trabajan (10,1 millones de personas) devengan menos de un
salario mínimo, es decir que por esa condición no hacen aportes para
pensionarse.
Adicionalmente, destacó las semejanzas y diferencias que hay en
las cifras del mercado laboral español y el colombiano, donde las poblaciones
totales, así como las que están en edad de trabajar, las económicamente activas
y las ocupadas son similares, mientras que el desfase se aprecia entre los
trabajadores formales y los que declaran renta (ver gráfico).
Correa, entretanto, insistió en que cualquier idea asociada al
régimen de prima media es inviable. “No estamos diciendo que se acabe
Colpensiones, pues es un actor relevante del sistema. Existen programas que
deben ser su foco, para que se convierta en una AFP pública que compita en
igualdad de condiciones con los privados. Esta competencia es la que tiene a
los colombianos en una coyuntura compleja a la hora de decidir bajo qué modelo
quiere pensionarse”.
Desde la Presidencia de Colfondos, Foucrier señaló que
Colpensiones no puede desaparecer. “Esta entidad debe seguir gestionando los
pensionados que tiene a su cargo, así como los programas de Beneficios Económicos
Periódicos (Beps) y Colombia Mayor. Lo que sería lógico es que pase a funcionar
para sus nuevos clientes como una AFP con un sistema de Régimen de Ahorro
Individual con Solidaridad (Rais)”.
El complemento
Largacha sostuvo que la mejor reforma pensional es una reforma
laboral, porque lo que no puede seguir ocurriendo es que el 50 % de los
colombianos estén excluidos del sistema de jubilación al ganar menos de un
salario mínimo.
“Hay que seguir formalizando el mercado laboral para que más
trabajadores ahorren. A hoy, en promedio, los colombianos estamos cotizando
solo 10 años de los 23 que se requieren en un fondo privado o los 26 que exige
Colpensiones, así que la formalización será un buen impulso para que se dé un
mejor mercado laboral y pensional”, explicó el empresario.
Correa, en cambio, admitió que las dos reformas se necesitan,
aunque no necesariamente deben tramitarse simultáneamente. “En ambos sentidos
es necesario un trabajo armónico y colectivo porque las dos transformaciones
resolverían problemas de fondo en el país”.
Finalmente, Llano anotó que dado
los altos niveles de informalidad, aquellos que no ahorren lo suficiente para
financiar una pensión deberán recibir un ingreso mínimo garantizado que cubra
la línea de pobreza, a través de los programas de Beps y/o Colombia Mayor.
EN
DEFINITIVA
Pese al afán por ampliar la cobertura
del actual esquema pensional, los fondos privados reconocen que el Gobierno
tiene otras prioridades y coinciden en querer competir con Colpensiones.
CONTEXTO DE LA NOTICIA
DICEN DE...
ENROLAMIENTO AUTOMÁTICO
En momentos en los que se buscan ideas para una reforma
pensional, Iván Jaramillo, investigador del Observatorio Laboral de la
Universidad del Rosario, propuso la implementación del auto-enrolamiento (auto enrolment), una figura que obliga a vincular al
sistema pensional a todas las personas en capacidad de trabajar. Según el
docente, el Reino Unido incorporó desde el año 2012, en forma gradual, el
mecanismo. “Han sido inscritas automáticamente nueve millones de personas, de
ellas nueve de cada diez han venido aportando en beneficio de la pensión de más
mujeres, personas de bajos ingresos y más jóvenes, que antes no podían
construir un activo para su pensión”, comentó Jaramillo. “Aunque las personas
son vinculadas automáticamente al sistema pensional, estas pueden optar por no
participar. Sin embargo, la experiencia es que el 99 % de los inscritos están
aportando”, concluyó Jaramillo.
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