Tributos sobre salarios son bajos en América Latina: 21,7 %, y en países de este grupo es de 35,9 %.
Colombia necesita recomponer los impuestos para equilibrar las cargas entre los tributos a la nómina, los de renta de personas naturales y los de consumo, de manera que aporten en proporciones similares, advirtió la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), tras presentar ayer el primer informe del estudio ‘Impuestos sobre los salarios en América Latina y el Caribe’.
El peso tributario sobre la nómina, pese a la reforma que se introdujo en el 2012 en Colombia, y que pasó algunas de las responsabilidades que tenían los empleadores (parafiscales y seguridad social de ciertos empleados) al Estado, sigue recayendo sobre el que contrata y el contratado.
Es más, Colombia es uno de los países que más grava la nómina como tal, pero la recaudación total es baja en comparación con los países de la Ocde, en parte, porque el impuesto de renta de las personas naturales lo aportan pocos y de manera inequitativa (la carga recae sobre los empleados formales).
Las cifras hablan por sí solas. El 30 por ciento del costo laboral de un empleado está asociado a la obligación de financiar su seguridad social, lo que, según la Ocde, desestimula la formalidad, tanto para las empresas, como para el empleado, que prefiere seguir en el mercado informal.
La repartición de la carga que implica pagar la seguridad social del trabajador, en Colombia, requiere que el empleador ponga el 24,7 por ciento del costo laboral y el empleado el 5,3 por ciento de su ingreso.
En los países de la Ocde, esta relación es de 14,3 por ciento para el empleador y 8,3 por ciento para el empleado.
“Esto no quiere decir que en Colombia haya que subirle el costo al trabajador, sino ampliar la base de aportantes, tanto por el lado del impuesto de renta, como por el de la formalización del empleo”, expresa Ángel Melguizo, director del centro de desarrollo de la Ocde en América Latina.
Hay que destacar que el promedio del costo en seguridad social, en América Latina, es del 21,9 por ciento (mucho más bajo que en Colombia) y en los países de la Ocde es de 35,9 por ciento.
La clave para lograr mayor equilibrio, según Melguizo, está en que el esquema tributario de los países de América Latina se acerque más al de la Ocde, en donde el impuesto de renta personal representó el 13,3 por ciento de los costos laborales del trabajador. Allí, el margen de recaudo es alto, teniendo en cuenta que, con excepción de México, en los demás países este costo es de cero.
“La mayor parte de la fuerza laboral tiene ingresos que quedan por debajo del mínimo imponible para el impuesto de renta”, explicó Melguizo.
El desafío, para que los países de la región logren incrementar el recaudo, generar equidad y no apretar ni al empleador ni al empleado es apuntarle a una reorganización integral de los esquemas tributarios. En general, se trata de ampliar la base de los contribuyentes del impuesto de renta a título personal, lo que tendría que combinarse con la creación de incentivos para que tanto empresas como empleados se interesen en formalizarse, porque esto no les representa altos costos. Y, definitivamente, en el caso de Colombia, Melguizo reitera la conveniencia de gravar los dividendos.
Frente a que la propuesta del informe parece indicar que lo ideal sería que el empleador solo pague al empleado el salario, el director regional de la Ocde dijo que “hay que equilibrar la relación de las contribuciones y acercarla a los niveles de la Ocde, donde un tercio de los ingresos fiscales provienen de la renta de las personas y las empresas, otro tercio de las obligaciones por seguridad social y otro tercio por impuestos sobre el consumo. Hay que ir hacia el equilibrio sin que sea una receta”.
Tributaria junto a la pensional
Ángel Melguizo, jefe de la Unidad Latinoamericana y Caribeña del Centro de Desarrollo de la Ocde, habló del caso colombiano.
Sobre impuestos a la nómina el empleado siente que tiene mucha carga y el empleador también. ¿Quién debe asumir el costo de la formalización?
Una reforma en pro de la formalidad tiene que estar coordinada con la reforma pensional y la reforma tributaria. Tienen que hacerse cuanto antes en Colombia, con un plan gradual, pero hay que hacerlo de manera combinada.
Hay márgenes en otros impuestos. Lo que se trata es que el empleo formal o bien las empresas o los trabajadores no soporten tanto.
¿Cuando hicieron el análisis de Colombia tuvieron en cuenta que la mayor parte de los trabajadores tiene bajo ingreso?
Los impuestos sobre la nómina encarecen el empleo formal, tanto para las empresas como para los trabajadores,
pero también hay que tener en cuenta el trabajador informal que muchas veces tiene un ingreso menor al salario mínimo. Cuando este trabajador es de clase media vulnerable, pasar a ser formal implica usar a veces el 60 por ciento de su salario. Hay que aumentar los incentivos para que los trabajadores y las empresas participen en el sector formal de la economía.
El estudio habla de aligerar cargas sobre el trabajo formal, pero aumentar contribuyentes del impuesto de renta. Ahí caen los trabajadores.
Un impuesto sobre la renta más fuerte no solo implica gravar rentas salariales sino dividendos. Se trata de cambiar las bases, aumentar el número de los que tributan.
ECONOMÍA Y NEGOCIOS
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