Pensionados “pordebajeados”.
Por Rubén Darío Barrientos G., rdbarrientos@une.net.co
Estaba releyendo la prensa de ayer, y me topé en El Tiempo (página 6), con un titular: “A sanción, ley contra la discriminación salarial”. Y en el encabezamiento advertí: “Todos los trabajadores y trabajadoras son iguales ante la ley, tienen la misma protección y garantías; en consecuencia, queda abolido cualquier tipo de distinción por razón del carácter intelectual o material de la labor; su forma o retribución, el género o sexo”. En efecto, ese es uno de los diez artículos del proyecto de ley contra la discriminación salarial que fue aprobado por el Congreso y que pasó a sanción presidencial.
Dos cosas se me vinieron a la mente: la primera, que sigue la frustración para el maestro Gabriel Escobar Gaviria (Abel Méndez o Sófocles, el de las sabias y leídas columnas idiomáticas “Vista de Lince” y “Gazapera”) porque no cesa la aplicación viciosa del horrendo “lenguaje incluyente”.¿Por qué decir en el proyecto de ley, trabajadores y trabajadoras? Basta decir, !Trabajadores!. Escobar, nos da permanentes cátedras acerca de que no tenemos obligación de infringir el § 2.2 de la Nueva gramática de la lengua española, titulado «El género no marcado». Nada, pues, de colombianos y colombianas; niños y niñas; amigos y amigas. Simplemente: colombianos, niños y amigos.
Y la segunda, es que es laudable que se trate de evitar la discriminación salarial, pero se omite que el país vive una discriminación infame: la de miles de pensionados. El tema es simple. Para los incrementos cada doce meses de las mesadas pensionales, se enfilan dos grupos: los que perciben un salario mínimo y los que están por encima de éste. Los primeros, modifican el monto en un porcentaje equivalente al incremento del salario mínimo que divulga el gobierno y que este año fue concertado (5.8%). Y los segundos, modifican es el ingreso con base en el IPC, que es muy diferente. Para esta ocasión, se proyecta un 3.5%, lo que deja a este grupo más de dos puntos por debajo del otro.
Y es más lamentable la situación (y más cruel la realidad de tantísimos pensionados, que no tienen eco en la opinión pública), que con un ejemplo ilustramos el hecho de afectación: un pensionado que reciba una pensión de salario mínimo, finaliza este diciembre con un valor percibido de $ 535.600. Y, supóngase, un pensionado que esté un tris por encimita: $ 550.000. La diferencia entre ambos arroja un valor de $ 14.400 y porcentualmente es del 2,68%. Pero para el 2012, el cuento será a otro precio. Veamos: el que recogía una mesada de $ 535.600 pasará a $ 566.700. Y el que viene recibiendo $ 550.000, con la proyección que se hace por los expertos, podría estar por el orden de $ 569.250. Veamos ya las nuevas diferencias finales: un valor –entre ambas- de $ 2.550 y un porcentaje del 0,44%.
Con un ejercicio cualquiera, como éstos, se da uno cuenta que hay una fatal discriminación, ya no salarial (que el proyecto de ley busca borrar), sino pensional. Y más grave aún su sustrato, porque es sabido y requetesabido que el IPC es un porcentaje que, además de estar por fuera de la realidad económica del país, cada año se sitúa por debajo del incremento del salario mínimo. No hay, pues, derecho a la igualdad ni principio de favorabilidad para los pensionados. ¿No habrá un congresista que se apiade de ellos? ¿No habrá nadie que piense, que un proyecto de ley que incluya un incremento para todos los pensionados igual al cambio porcentual del salario mínimo, sea apenas justo? ¿Es equitativo, rebajarle a los pensionados su calidad de vida, la de su familia y generarle rezago económico? Eso es lo que se llama estar “pordebajeados”. Ni más ni menos.
Excelente el articulo para difundir y que lo conozca los millones de colombianos interesados en el tema pensional.
ResponderEliminar