cronicadelquindio.com, jueves 19 Junio 2025
Juan José Orrego López
Dios quiera que ahora ante esa irresponsabilidad y abandono comprobado de sus labores legales “No las ilegales” de muchos congresistas, ojalá hayan tomado conciencia del inmenso daño que vienen dejando, el manejo y control del país en manos de intereses de terceros. Para salir de esa culpa o ineficiencia que atormenta a muchos, hoy se hacen los locos aunque en su interior no dejan esos odios, buscando lavarse las manos mostrarse limpios y honorables cumplidores de su cargo paro poder acusar y señalar cuando han sido tan negligentes e incapaces muchos como legisladores o congresistas de no evaluar ni valorar las consecuencias fiscales, financieras, sociales y empresariales al país y millones de colombianos.
Actúan para preservar sus intereses, sin querer ni tener la voluntad de escuchar a una población que está sufriendo pues parece y se muestra cada vez, que la mayoría de congresistas, no representan al pueblo que los eligió, pues muestran muchos por sus actuaciones ser congresistas elegidos para proteger favores de sus amigos, patrocinadores familiares y no del país.
A pesar del inmenso dolor y tristeza que sufre Colombia por ese silencio guardado en años por esa mayoría de Senadores y Representantes a la Cámara, que originaron como ya se siente, un inconformismo y malestar de ciudadanos que vienen pidiendo por diferentes formas y medios, solución a sus problemas hasta vendiendo su conciencia y voto para poder lograr algun dia vivir mejor, si acaso ellos lo permiten pues más que legisladores al servicio del país, son una especie de “Dioses Falsos e Inmaculados”. A pesar de que fueron elegidos para proteger un país sus instituciones, hacer un control eficiente y real entre otras labores mirar, corregir y proyectar la nación, han preferido quedarse quietos, no actuar ni oír esos llantos o el clamor ciudadano pero sí dispuestos a bloquear o parar el país.
Colombia con una Democracia supuestamente limpia y transparente es triste ver esa gran desilusión y engaños a un pueblo, pues con excepción, no existen todavía líderes o verdaderos congresistas que representen al país y millones de colombianos ese derecho y honor para estar en el Coliseo de la Democracia que puedan dignamente con orgullo defender al país, nuestra Democracia y Constitución, esa ética y valores perdidos pero ante todo la responsabilidad con el país lejos de esos intereses personales y políticos que hoy rodea a ese falso coliseo engañando a millones de colombianos.
Hoy ante ese escenario del congreso, lleno de intereses con reformas pendientes, que están más en el aire que mostrar soluciones, se les ha olvidado a los congresistas, que Colombia es un Estado Social de Derecho, que implica no solo proteger el orden jurídico, sino también impulsar el bienestar y la justicia social.
Con la claridad del artículo primero de la Constitución, ese concepto constitucional del Estado Social de Derecho está prácticamente perdido o en el aire, donde más que defender un derecho de la comunidad por esas deficiencias, se está es defendiendo patrimonios privados muchos aunque lo nieguen, fruto de esa corrupción, permitida libre y sin control alguno, con ejemplos que abundan.
¿Hasta cuando así?
El Estado Social de Derecho, se está perdiendo
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Juan J. Orrego L
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