Por. Francisco Luis Valderrama A.
Durante muchos años, dirigentes y partidos
políticos feriaron al Seguro Social y a Cajanal, utilizaron sus ingresos con
desparpajo, decretaron su muerte lenta con leyes dirigidas a menoscabarlos, los
repartieron en burocracia y corrupción, cohonestaron y permitieron la evasión en
pagos y cotizaciones e impulsaron reformas dirigidas a fortalecer fondos de
pensiones privados, dedicados en no pocas ocasiones a la intermediación y la
especulación financiera y solo marginalmente al sector productivo.
Esa dirigencia, esos partidos políticos,
esos empresarios que se niegan a generar empleo porque con ello sacrifican sus
sacrosantas utilidades, ponen el grito en el cielo por la situación pensional
que ellos mismos ocasionaron con su devastadora acción ó su cómplice omisión.
La evidente necesidad de corregir la
situación pensional y desmontar las extravagancias que puedan existir, no puede
llevarse por delante la dignidad de una mayoría de pensionados que lograron tal
condición con su esfuerzo de años al servicio de la patria, sacrificio que solo
parece reconocer el gobierno para sus fuerzas militares! Cómo duele ver esa
mayoría silenciosa expuesta casi que al escarnio público, para expiar en ella
lamentables casos de abusos de unos pocos y ceguera monumental de todos.
Ante un discurso reiterado que pone a los
jubilados en el papel de trompo pagador de un mal que no causaron y que por el
contrario están padeciendo, puesto que son sus recursos los que se han esfumado
por años de desgobierno, es necesario rescatar el respeto por tantas personas
que aportaron durante toda su vida para lograr un atardecer digno. Una inmensa
mayoría de pensionados ó en trance de serlo cotizaron por años con apego a
leyes que no hicieron ellos y en muchos
casos solo reciben como pago pensiones liquidadas en forma abusiva, con base en
interpretaciones extravagantes, que desconocen no solo principios
constitucionales sino también reiterados pronunciamientos de la Corte
Constitucional y del Consejo de Estado, como ocurre con la mayoría de
pensionados bajo el régimen de transición consagrado en la ley 100.
Tan grave es el asunto que el mismo señor
Procurador General de la Nación se ha visto obligado a expedir la circular 054
de noviembre de 2010, para conminar a las
entidades encargadas del reconocimiento de las pensiones del régimen de prima
media a revisar su posición jurídica, cumplir la normativa en materia
pensional, evitar que se sigan violando los derechos fundamentales de los
peticionarios, evitar el detrimento al patrimonio público, evitar la congestión
judicial, respetar los derechos adquiridos y aplicar en su integridad el
régimen de transición.
Nadie debe llamarse a engaño. El pasivo
pensional que tanto parece preocupar a la dirigencia pública y privada que lo
permitió, toleró y cohonestó, solo va a empeorar, por más sacrificios que nos pidan
ó impongan los que si pudieran hacerlos. Porque el verdadero
desangre del país nace de la evasión y elusión de impuestos, de la corrupción
rampante y desbocada, de los ingentes recursos que se dedican a la guerra y al
pago de la duda externa, esos perversos instrumentos de dominación sobre los
que calla pudoroso el establecimiento. Y en esos aspectos los pensionados no
tenemos absolutamente NIINGUNA RESPONSABILIDAD
De manera que así como los pensionados de
hoy, en vez de respeto y consideración por sus ejecutorias, deben cargar con el
estigma de ser calificados como un problema, los de mañana deben preparase para
servir de excusa cuando la aplicación de políticas impuestas desde la ceguera
les exija a su vez su aporte para llenar el barril sin fondo de la voracidad
financiera nacional e internacional.
SIN COMENTARIO ALGUNO, YA QUE SON VERDADES QUE NO SE QUIEREN DISCUTIR, POR PARTE DE LAS AUTORIDADES, GOBIERNO Y EL MISMO CONGRESO.
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