Aunque el 2015 no fue un año terrible para la economía colombiana, todas las alertas se encendieron, ya que los ingresos petroleros se fueron al piso, la inflación volvió a trepar y el dólar se convirtió en un elemento de carestía y preocupación para ciudadanos y empresarios.
Por ello, el 2016 no será un año fácil de sortear, aunque habrá nuevas oportunidades para el sector exportador, los negocios locales y la inversión si se cristaliza finalmente el proceso de paz con la guerrilla.
Preocupan el desplome de la renta petrolera y el bajón exportador a pesar de que la tasa de cambio es favorable para las empresas que tienen mercados en el exterior.
Pese a esos nubarrones, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, afirma que “Colombia se ubicará entre las cuatro economías latinas que más crecen, y también entre las de mayor proyección internacional” en el 2016.
Aún así los riesgos son varios sobre todo por el aumento del índice de precios al consumidor y que la tasa de desempleo, que está hoy en 9%, vuelva a aumentar por culpa de la pérdida de velocidad en el desempeño económico.
Como están las cosas el año próximo podría convertirse en uno de los más complicados luego de la crisis de finales de los años 90, cuando el país entró en una recesión que logró superar con creces.
Existe, asimismo, el temor de que haya alguna fuga de capitales por cuenta del reciente aumento de tasas de interés por parte de la Reserva Federal.
El posconflicto, ha dicho el presidente Santos, podría ser la mejor oportunidad para sostener el crecimiento a partir del sector agrícola, olvidado durante décadas.
El crédito se encarecerá
Por el fuerte aumento del consumo y la inflación, el Banco de la República hizo este año tres ajustes en sus tasas de interés.
El último incremento fue el pasado 18 de diciembre de 5,50% a 5,75%, según los analistas, todo apunta a que en enero habrá un incremento adicional hacia el 6%, un nivel que no se ve desde mayo de 2009.
Y así lo señala, Alejandro Reyes, director de Investigaciones económicas de Ultraserfiinco al señalar que “esos ajustes harán que el crédito se encarezca para los colombianos a partir del 2016”.
Un PIB en medio de riesgos
Pese a las adversidades y las nubes grises en el entorno internacional, el Producto Interno Bruto, PIB, creció 3,2% en el tercer trimestre, una cifra que los analistas esperaban un poco más baja.
Con base en dicho comportamiento, según el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, todo apunta que la economía crecerá 3,2% en 2015.
Pero el Fondo Monetario Internacional, FMI, es más optimista al calcular que el PIB del 2015 sería del 3,8%.
Para el 2016 el Gobierno proyecta un crecimiento del 3,6%, aunque Fedesarrollo estima que podría ser menor y apuntaría hacia un 2,8%.
Todo por cuenta de un menor aporte del petróleo a las finanzas públicas, lo que generaría un déficit fiscal del 3,6% del PIB, que el Gobierno deberá cubrir con una nueva reforma tributaria.
El gerente del Banco de la República, José Darío Uribe, también estima que la economía crecerá 3% en 2015, mientras para el 2016 se tiene prevista una meta similar, levemente superior, sobre 3,1% o 3,2%.
Dijo que “el 3,0% es una buena cifra para el momento económico mundial y sostuvo que será la más alta dentro de las siete economías más grandes de América Latina”.
La construcción será clave en el desempeño económico del año próximo por el impacto de los proyectos de la primera y segunda ola de autopistas de cuarta generación, en las cuales se invierten $55 billones.
El agro y la industria esperan su turno para impulsar un PIB que ha perdido velocidad.
Precios con más tendencia alcista
Los colombianos vieron este año un repunte de la inflación a niveles que no se registraban desde el 2008, y todo apunta que esas presiones sobre los precios seguirán en los primeros meses del año próximo.
Todo obedece al impacto del fenómeno de El Niño, que afectó numerosas cosechas, y al dólar alto que encareció importaciones, materias primas y alimentos.
Por ello, la meta del Banco de la República, que oscilaba entre 3% y 4%, con un promedio de 3,5% para todo el año, no se cumplirá.
Hasta noviembre el índice de precios al consumidor, IPC, llegó a 6,11%, siendo los alimentos (con un alza de 9,66%) lo que más afectó el bolsillo de las familias. Y todo apunta que el IPC año cerrará en 6,5%.
Para el 2016, dice Daniel Velandia, jefe de estudios económicos de Credicorp Colombia, la inflación seguirá presionando en los primeros tres meses, y luego empezará un descenso gradual.
“Será un fenómeno temporal que no debe asustar más, ya que para el segundo semestre se espera que la sequía haya desaparecido”, recalcó el economista.
Por su parte, Bancolombia en sus proyecciones del 2016, pone de presente que la inflación termine 2015 en 5,73 % y 2016 en 3,7 %.
En su análisis, el departamento económico de esa institución, recalca que “los riesgos por cuenta de El Niño, el traspaso de la depreciación del peso sobre el costo de vida y el aumento de las expectativas de inflación pueden hacer que el proceso de convergencia al rango meta tome más tiempo de lo previsto”.
Por ello, tal es la encrucijada en este campo, que negociar el alza del salario mínimo para el 2016 ha sido muy complicado. Las propuestas van desde un 7% hasta un 10%.
El gerente del Banco de la República, José Darío Uribe, dice “que es probable que el impacto sobre los precios de los alimentos sea fuerte en el primer trimestre de año, pero no es algo permanente, porque El Niño se acabará, vendrá una producción importante y la consecuente caída de los precios”.
Un dólar con alta volatilidad
La divisa estadounidense arrancó el 2015 en $2.392,46 y tras meses de altas volatilidades alcanzó el techo histórico de $3.003,35 el 19 de agosto, lo que marcó el fin del llamado ‘dólar barato’ en Colombia.
Carros, artículos tecnológicos, materias primas, insumos y vestuario, y hasta los planes de turismo, sufrieron el impacto de una divisa que se fortaleció mucho, al punto que las importaciones cayeron 14% a octubre último, y el consumo de esos bienes y servicios decayó.
Para el 2016 las condiciones están dadas para que la tasa de cambio siga al alza, y más cuando la Reserva Federal acaba de subir sus tasas de interés y el precio del petróleo continúa en caída libre.
Aunque es complicado predecir una cotización del dólar, los analistas estiman que el año entrante se moverá entre $2.850 y $3.000.
Si bien en 2015 habrá una devaluación cercana al 41 % respecto al dólar, esta se moderaría hacia el 7,8% en 2016.
Los analistas de Bancolombia mantienen la senda central de tasa de cambio en un promedio de $2.743 en 2015 y $3.056 en 2016.
Pero no todo será aumento de tasas ni escenario turbio en el inicio de 2016. Julián Villamizar, docente de la Universidad Externado de Colombia, explica que “la buena noticia será para los exportadores el próximo año, quienes seguramente van a presentar las mejores cifras, favorecidos principalmente por la devaluación del peso colombiano frente al dólar”.
Igual opina el analista Julio Escobar, quien señala que el 2016 puede ser un año de oportunidades, con tasa de cambio incluida, ya que los exportadores volverán a recuperar los mercados que perdieron.
El alto valor del billete verde “ha motivado una inclinación por las compras de productos nacionales, lo cual impulsaría a la industria manufacturera a recuperar terreno, recalca por su parte Gabriel Velasco, gerente de la Asociación Nacional de Empresarios, Andi, seccional Valle del Cauca.
Una renta petrolera en la encrucijada
El bajonazo en los precios del petróleo puso sin duda a la economía colombiana y a las finanzas públicas en apuros durante el año que termina.
La cotización del crudo, que empezó el 2015, en US$60 por barril, descendió hasta los US$34, lo que llevó a 20 empresas petroleras extranjeras a pedir el cobijo de a ley de insolvencia para sortear sus dificultades en Colombia.
Tal ha sido la crisis en este campo, que el propio ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, admitió que la renta petrolera se esfumó. Fueron $20 billones que por impuestos no se recibirán este año. Y para el 2016, el funcionario señala que esos recursos serán aún más escasos.
Hoy el mercado internacional de crudo presenta una oferta de 30 millones de barriles diarios, y el cartel de productores, liderado por Arabia Saudita, proyecta no bajar esa cifra para impulsar los precios.
El investigador de Fedesarrollo, Mauricio Reina, considera que “la caída de los inventarios de crudo desde inicios de diciembre en Estados Unidos supondría que los precios se deben recuperar, lo cual no está sucediendo”.
Para el 2016, algunos analistas estiman que el precio del petróleo podría caer a US$32 e incluso a $30 por barril.
“Esos precios bajos en el mediano plazo son insostenibles, por lo que podrían empezar a subir, pero nada está escrito”, subraya Reina.
Por ello, se estima que en los primeros seis meses del 2016 los precios del petróleo continuarán bajos.
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