lunes, 21 de diciembre de 2015

2016: un año complicado

elespectador.com, LUIS CARVAJAL BASTO 21 DIC 2015 

Luis Carvajal Basto









Si no suben los precios del petróleo el gobierno debe mantener y aumentar el gasto público, aunque no tenga “de dónde”. La regla fiscal no es más importante que el interés general.
El entorno internacional nada que mejora, pero para los gobernantes no hay disculpas. Ciudadanía e historia les evalúan por sus hechos y no por sus intenciones. El 2016 pinta difícil para el gobierno y todos esperamos que, advertido, se anticipe y cambie en lo que pueda el difícil panorama que hoy se ve.
China ha detenido su crecimiento; Europa todavía no se recupera, y en los Estados Unidos, al que le va mejor, comienzan a subir las tasas de interés, cosa que nos perjudica por cuanto un eventual flujo de capitales hacia allá deterioraría aún más la tasa de cambio, el más fuerte factor inflacionario en Colombia.
No sabemos si aumentando la tasa de interés, como lo hace ahora el Banco de la República, se pueda detener la inflación, pero, con seguridad, disminuirá la dinámica de gasto, inversión y crecimiento de la economía.
No se ve una mejora en los precios del petróleo pero tampoco, en el corto y mediano plazo, un aumento consistente de otras exportaciones. Un dólar fuerte compra más y tenemos TLC con Estados Unidos y otros países, pero nunca se había revelado tan débil nuestra oferta exportadora, diferente a Petróleo, como ahora. Su sustitución, como fuente de divisas, se va a demorar.
Para completar, la caída en los ingresos del Estado, consecuencia de los precios del petróleo, que llevará el déficit al 3%, se sentirá más en 2016, haciendo casi inevitable un aumento del IVA.
¿Qué podemos hacer?
Al Banco de la República se le creció la inflación y solo ante hechos cumplidos, llegando al 7%, se dio cuenta. Desde octubre y hasta el viernes ha pisado el acelerador a la tasa de interés tratando de contrarrestar un incremento de precios que no depende de desbordamientos en la demanda sino de una devaluación de 79% desde julio de 2014, y las malas expectativas del Niño. Trata de evitar una mayor devaluación ahora cuando, con menor riesgo para los inversionistas, los Estados Unidos subieron un cuarto de punto su tasa. Si es así, vale preguntar: ¿Subimos los intereses para contrarrestar la devaluación? Siguiendo esa lógica ¿Por qué el Banco no vendió dólares cuando empezó la espiral?
El argumento, entonces, fue que su objetivo era la inflación y no la devaluación. ¿Cambiaron, por fin, de parecer?
Pero falta ver lo que ocurre en Norteamérica porque nadie espera que en 2016 su tasa suba más de un punto en todo el año. No tienen un exceso de demanda y su inflación está más cerca de cero que de la fracasada meta de 2%.Los bajos precios del petróleo allí, enmascaran un aumento del índice de precios. Sus cifras de empleo son buenas (el desempleo está en un 5%) y las de crecimiento aceptables, pero se admiten dudas sobre una plena recuperación.
Con unas perspectivas externas desalentadoras e inciertas, al gobierno colombiano corresponde utilizar las herramientas de que dispone. Además de pedir prestado, cosa que hacemos (solo la semana anterior el Congreso aprobó un aumento del cupo de endeudamiento por 13.000 millones de dólares), para mantener y mejorar la dinámica del mercado interno le corresponde insistir e incluso ampliar sus programas de gasto e inversión. Aunque nuestro pronóstico de crecimiento para 2016 está en el 3%, peor que la amenaza de inflación, una recesión. En el tercer trimestre el gasto del gobierno fue importante, pero inferior a 2014.Ojo.
La crisis del petróleo ha recordado la necesidad de un cambio de modelo, pero eso es a largo plazo. En el entretanto, toca sobrevivir; mantener los empleos y la confianza en el país y la economía, aunque para ello debamos confrontar la camisa de fuerza de la regla fiscal. Esa no es una alternativa vergonzante: desde 2008, como en 1930, Estados Unidos no se paró en “peros” para aumentar el gasto y frenar el impacto de la crisis cuando lo necesitó. Europa lo entendió tarde y no logra, aún, salir del hueco.
@herejesyluis
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