¿SOMOS UNA SOCIEDAD CORRUPTA?
periodicoelsatelite, Editorial/El Satélite/Octavio Quintero
Mauricio Gómez, el investigador periodístico más ponderado que tiene el país, viene publicando en CM& TV, por sectores, la más cruda realidad de la corrupción en Colombia. Compunge el espíritu aguantar esos 12 o 15 minutos de espasmo informativo: el de la salud fue desgarrador y el de la justicia deprimente.
Quién sabe a qué honduras tendremos que caer hasta lograr una masa crítica de gente buena, si es que en verdad somos más los buenos, capaz de enfrentar con éxito la banda de delincuentes que se ha apoderado del país.
Es tan desolador el panorama que hasta el mismo proceso de paz, en el que se aúpa la ya escasa gobernabilidad del Presidente, está invadido de corrupción, con actores otrora de imagen incorruptible como el exalcalde de Bogotá, Antanas Mockus.
Y no es por falta de leyes que la corrupción nos corroe. Si alguien revisa el fundamento legal que debiera blindar al país de la corrupción, se encuentra con un entramado que difícilmente dominaría el más selecto bufete de abogados: 1). Constitución Política de Colombia; 2). Ley 42 de 1993 (Control Fiscal); 3). Ley 80 de 1993 (Estatuto de Contratación Pública); 4). Ley 87 de 1993 (Sistema Nacional de Control Interno); 5). Ley 190 de 1995 (Moralidad en la Administración Pública); 6). Ley 489 de 1998, art. 32 (Democratización de la Administración Pública); 7). Ley 599 de 2000 (Código Penal); 8). Ley 678 de 2001 (Acción de Repetición); 9). Ley 734 de 2000 (Código Único Disciplinario); 10). Ley 850 de 2003 (Veedurías Ciudadanas); 11). Ley 1150 de 2007 (Medidas de eficiencia y transparencia en Contratación); 12). Ley 1437 de 2011 (Código de Procedimiento Administrativo); 13). Ley 1474 de 2011 (Estatuto Anticorrupción); 14). Documento Conpes 3714 de 2011 (Riesgo Previsible en Contratación); 15). Decreto 019 de 2012 (Ley Anti trámites); 16). Decreto 734 de 2012 (Reglamenta Contratación); 17). Decreto 2641 de 2012 (Metodología Plan Anticorrupción)… ¡UF!
Preguntar el por qué, frente a tanto fundamento legal la corrupción no se detiene, la respuesta resulta obvia: porque ese fundamento legal está en manos de corruptos, desde el Congreso, que hace las leyes; el gobierno que las administra y la justicia que las aplica… Preguntar también el por qué el sector privado no se sacude, es admitir también que la empresa privada engorda a la sombra de la corrupción. Y lamentablemente algo ídem pasa con las instituciones de la sociedad civil: sindicatos, fundaciones, veedurías…
En síntesis, tenemos entonces corrupto al gobierno y corrupto al sector privado. ¿Y el pueblo, es también corrupto? Tenemos que pensar que la respuesta es NO, y creer, por el bien de la Patria que, uno a uno, los colombianos honestos somos más que los ladrones. Ahora, el asunto es explorar cómo movilizar esa masa crítica de honestos que sea capaz de sacar del gobierno y del sector privado a los corruptos que nos han impuesto una conducta permeada por la corrupción.
La catarsis hay que empezarla por el sector político. Me atrevo a pensar que entre nosotros tenemos identificados en el congreso, en las asambleas, en los concejos municipales a más de un político honesto; y así mismo, tenemos bien identificados en estos mismos espacios a los corruptos. El asunto se resolvería en pocos años votando por los honestos en vez de los corruptos… Parece tan simple, y todavía no entiendo por qué no lo hacemos… A no ser, no quiero ni pensarlo, que también el pueblo entero haya caído en las garras de la corrupción… Si fuere el caso, ¡apague y vámonos!
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