domingo, 24 de mayo de 2015

Las gracias del populismo.....

ELESPECTADOR.COM,  JOSÉ MANUEL RESTREPO 23 MAYO 2015 


José Manuel Restrepo
Vino a Colombia una mujer que logró su fama con una intervención fantástica en el Primer Parlamento Iberoamericano de Jóvenes, que se desarrolló en Zaragoza en 2014, bajo el título “Democracia y participación política.

La viralización por la internet de su discurso, aunado a la claridad y brillantez de su ponencia, llevaron a esta mujer a ser vista por más de seis millones de personas en Iberoamérica y Brasil. Se trata de Gloria Álvarez, quien en su planteamiento terminó debatiendo sobre una de las peores enfermedades de nuestra región: el populismo.
 
Señala esta guatemalteca que en América Latina, desde la izquierda, la derecha y aun el centro, venimos construyendo una cultura que se está acostumbrando al populismo. Anticipa que el populismo se ha incrustado en la economía, la política, la cultura, alimentando el odio de clases y fracturando a la sociedad, pues el populismo multiplica la marginalidad y, en sus palabras, “multiplica a los pobres porque ama la pobreza”. En síntesis, se convierte en una razón persistente de nuestro subdesarrollo.
 
Y tiene razón. Vivimos el populismo de quienes gobiernan basados en las encuestas; de la política social fundamentada en bajar la tarifa de servicios públicos (agua, transporte público, etc.) o aumentar desaforadamente el gasto público (Venezuela) sin darse cuenta si eso es sostenible, conveniente o no; de aumentar tributos basados en cuáles me afectan menos en una encuesta de popularidad; de entregar recursos desmedidos o el pescado mismo sin enseñar a pescar (poco importan las políticas de desarrollo de empresa y preocupan más las  simplistas del subsidio o beneficios tributarios de corto plazo); de la costosa y pesada estatización por encima de una  que promueva la competitividad.
 
Pero se queda corta esta versión de populismo. Hoy vivimos también el populismo clientelista de la política (en la que con prebendas o similares se adquiere un voto), o en el anuncio de medidas y políticas que por su improvisación deben corregirse porque no funcionan, o el populismo de quienes ejercen la oposición por el prurito de la oposición y no por los verdaderos intereses de nación, o el populismo de la justicia que acude al micrófono para investigaciones o medidas de aseguramiento en lugar de hacerlo a través de sentencias o fallos judiciales (perdiendo la dignidad y discreción que requieren estas decisiones), o el populismo de la salud cuando unos atacan una medida que esperábamos hace rato como la eliminación del uso del glifosato por sus efectos adversos en salud, pero también de quienes lanzan la medida con efectos parciales (sin incluir el uso en cultivos lícitos) y sin tener una alternativa para enfrentar el crecimiento de los cultivos ilícitos.
 
El riesgo del populismo es que sacrificamos el largo plazo por un efímero corto plazo, descuidamos la necesaria visión y responsabilidad que se necesita de las políticas públicas, impedimos que las sociedades maduren y prosperen, desmantelamos las instituciones y animamos la corrupción, y peor aun seguimos multiplicando la pobreza, la inequidad y la marginalidad.
 
Increíblemente, asuntos que por esencia son de largo plazo, como la educación y la cultura, no se eximen de esta enfermedad. En el primer caso aparece el típico profesor que regala la nota para ser mejor evaluado, o las migajas grandes o pequeñas que se reciben en una negociación sin debatir los asuntos de fondo en materia de calidad o sin comprometerse verdaderamente a recuperar la dignidad del maestro, o en general todo aquello que sabiamente describe Mario Vargas Llosa en su libro publicado en 2012, La civilización del espectáculo, cuando habla de una banalización de la literatura, de las artes, de la frivolidad de la política y de la entronización del periodismo amarillista. Se hace así de la cultura ya no una expresión de conciencia colectiva, sino un mecanismo de distracción y entretenimiento de corto plazo que anima una forma de populismo cultural (para no ir muy lejos, mida proporcionalmente cuánto dura la sección de entretenimiento en su noticiero favorito).
 
Nos corresponde a todos los actores presionar en nuestra sociedad menos populismo, menos civilización y espectáculo y más profundidad en política pública, en reflexiones de nación y en construcción verdadera de prosperidad y desarrollo. 
 
jrestrep@gmail.com / @jrestrp
    inserte esta nota en su página

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario