Jorge Sáenz v.
El director del DANE sostiene que el valor del Producto Interno Bruto no va
a variar porque esta cifra se construye a partir de encuestas económicas en los
sectores productivos.
Los cerca de cinco
millones de colombianos “perdidos” no van a provocar un sismo en las cuentas
nacionales de la economía colombiana, pero moverán algunas variables. “El
descache fue del reloj (poblacional), el descache no es del país, el descache
no es de la economía”, señaló el director del DANE, Juan Daniel Oviedo, a quien le ha tocado
sortear el mar de críticas por los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda. El
registro arrojó que somos un poco más de 45,5 millones de habitantes cuando las
proyecciones llegaban a 50 millones.
“Es un poco fuerte decirlo, pero a la economía no le pasa nada”,
dice Oviedo para explicar que la economía funciona de arriba abajo en la
descentralización y en los recursos públicos del Estado. Insiste en que “a la
economía, en una buena parte, no le pasa nada. Estoy seguro (de que) el Banco de la República
va a ser capaz de decirlo. Al PIB (Producto Interno Bruto) no le pasa nada,
porque no se ajusta por la cantidad de personas”, sino con variables como la
producción y las exportaciones, entre otras. Lo único que se hace con personas
es el PIB per cápita, “que no deja de ser un supuesto”, dice.
Para el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, la diferencia
de cifras en la población hace que “la economía colombiana sea más rica de lo
que se había estimado inicialmente”, por el hecho de que ahora no somos 50
millones sino un poco menos.
“El ingreso por habitante que resulta de
dividir el Producto Interno Bruto sobre el número de habitantes va a aumentar
en una cifra cercana a los US$1.000 por habitante y eso quiere decir que la
economía colombiana es más rica de lo que se había estimado”, indicó.
Esta explicación coincide con los argumentos del catedrático Jorge
Iván González, de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional. “El ingreso per cápita sube,
entonces Colombia entra en un ranquin de países más ricos”, dice, pues “al
subir el PIB per cápita, Colombia ya no es un país de ingresos bajos, sino que
se ubica en uno de (ingresos) más altos”.
El director del DANE sostiene que el valor del Producto Interno Bruto
no va a variar porque esta cifra se construye a partir de encuestas económicas.
“Vamos a preguntarles a las empresas cuánto están vendiendo”, no cuántas
personas tienen. Se les pregunta a sectores como el comercio, servicios,
agropecuario, petrolero y al productor de oro sobre la producción o las
exportaciones. “Pero en ningún momento les decimos cuánta gente hay o a cuánta
gente le están vendiendo”.
Oviedo considera que “acá hubo tres años
(en) que el reloj (de población) anduvo a la deriva y eso tiene un costo,
porque fueron tres años de 13 en los cuales Colombia cambió drásticamente su
estructura social: la mujer entró a trabajar e incrementó la jefatura femenina
de hogar”.
Mejía destaca que se requiere hacer “un
análisis sobre cuáles son las causas de una población menor a la estimada, muy
seguramente relacionado algo con una mayor emigración de colombianos al
exterior frente a lo que se había planteado inicialmente, pero también con
menores tasas de natalidad, y esto va a tener un impacto interesante en la
formulación de la política pública de los últimos años”.
Oviedo admite que el cálculo para medir la
pobreza va a cambiar. Cuando se habla de pobreza “lo hacemos de la monetaria y
la multidimensional”. El Plan Nacional de Desarrollo contempló que la pobreza
monetaria bajaría del 26,9 % en 2017 a 21,0 % en 2022, lo que significa que 2,9
millones de personas dejarán de ser pobres en el país. La pobreza extrema
monetaria bajaría de 7,4 % en 2017 a 4,4 % en 2022, esto es 1,5 millones de
pobres extremos menos. La pobreza multidimensional disminuiría de 17,0 % en
2017 a 11,9 % en 2022, con lo que se espera una reducción de 2,5 millones de
pobres multidimensionales.
“Todos los ingresos y gastos se calculan
sobre una muestra, pero la muestra, para ser representativa, se expande como
proporción del tamaño de la población”, destaca el funcionario. Aclara que
cuando un país hace un censo toca mandar al Banco Mundial o al Fondo Monetario
Internacional (FMI) los datos oficiales del censo. “Entonces tenemos que
corregir el sistema de reporte internacional de la población. Eso es normal”,
explica.
Una mirada al gasto social
El director de Fedesarrollo señala que la
menor población “va a tener impacto desde el punto de vista del gasto. El
Gobierno va a tener que hacer unos cálculos para reestimar la distribución
municipal de la población multidimensional. También las distribuciones que se
hacen del Sistema General de Participaciones (SGP) en los recursos que les
llegan a las regiones por concepto de agua potable saneamiento básico y
educación, entre otros”. También habría variación con la distribución de
regalías.
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En el SGP, sostiene el director del DANE,
“tenemos que revisar el dato de Valle, Nariño y el Chocó, para que estemos
tranquilos de que no estamos cometiendo ninguna injusticia”.
Cundinamarca muestra una población mucho
más alta de la esperada. De pronto Bogotá creció, pero hay que tener en cuenta
que la gente pudo haberse ido a vivir a los municipios vecinos.
Para educación, por otro lado, los
recursos se estiman con base en las matrículas que suministra el Ministerio de
Educación. Del DANE, lo único que se utiliza es el índice de necesidades
básicas insatisfechas, para poder balancear la asignación de recursos por tema
de equidad.
En salud, los dineros se reparten por lo
que está en la Base Única de Afiliados a la Seguridad Social (BDUA), que
actualmente suma 46,8 millones de colombianos. “Los giros en salud no se hacen
por población, se hacen por la gente que está en la BDUA”, explicó Oviedo.
El docente de la Nacional destaca que por
primera vez la pirámide poblacional se transforma de manera dramática.
“Cuando
se compara la pirámide poblacional de 2005 con la de ahora, lo que uno ve es
que la parte de los jóvenes se frena, la base se debilita y se amplía el flujo
de personas de más de 40 años. Eso va a llevar a replantear la política social
de atención a la vejez y el tema de reforma pensional, que se pone en primer
orden”, dice.
Las cifras de Bogotá
Sobre Bogotá, el director del DANE insiste
en que hay “un argumento en el aire diciendo que no es posible que Bogotá no
haya crecido tanto porque las conexiones de acueducto residenciales pasaron de
1,3 millones a 1,8 millones en 2018”.
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en Colombia?
Los funcionarios de la administración
distrital no estarían teniendo en cuenta que “en la Bogotá de 2005 había cuatro
personas por hogar, ahora hay tres”. Cuando se multiplican las conexiones por
el tamaño promedio del hogar el número de personas creció 3,8 % entre 2005 y
2018. El dato muy preliminar señala que en 2005 había 6,8 millones de
habitantes en Bogotá y en 2018 por lo menos 7,2 millones.
“Bogotá tiene a sus alrededores a
Cundinamarca, que registra un crecimiento poblacional muy alto. Mucha gente de
Bogotá se fue a municipios de Cundinamarca”, sostiene Oviedo.
El Censo Nacional de Población y Vivienda
está diciendo preliminarmente que en Cundinamarca hay 2,83 millones de
residentes. El censo del año 2005 decía que había 2,28 millones de habitantes.
“En Cundinamarca hay más gente, incluso de
la de las proyecciones. No hay que descartar que mucha de la gente que el
secretario de Planeación Distrital cree que vive en Bogotá lo hace en Madrid,
Mosquera, Chía, Zipaquirá o Funza”, explica el director del DANE.
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