cronicadelquindio.com jueves, 1 mayo 2025
Juan José Orrego López
Una democracia como la colombiana al conmemorar el 1° de mayo día internacional del trabajo sirve para recordar la infinidad de frustraciones o engaños de reformas o ajustes prometidos por partidos políticos, congresistas o ex presidentes que ante la realidad de intereses personales detectados y comprobados de muchos congresistas, este 1° mayo del 2025 aumentan las reformas o proyectos incumplidos ya en el olvido, bloqueadas o archivadas, ejemplos sobran.
Acabar con esa herramienta o juego falso, de anunciar, presentar reformas de todo tipo en una democracia como la colombiana, es casi que imposible, que para volver a recuperar esa esperanza de poder realizar cambios o reformas claras que pide la sociedad y requiere el país, por esos intereses dañinos, en las elecciones 2026, corregir, no eligiendo los mismos o más de esos inútiles congresistas, muchos sin la adecuada preparación, pero sí con mucha información, que de ser elegido saben cómo usar su poder para beneficiarse mediante procedimientos inaceptables.
Ante tantas frustraciones de cambios o reformas no realizadas, pudiendo hacerlos sin afectar las finanzas del país, pregunta, ¿Es ahora más fácil usar el mismo juego de burlas y engaños como la estrategia electoral ideal para ser elegidos a futuro o el 2026 ?
Mentir, engañar o burlarse de la sociedad usando ese juego falso como herramienta electoral que ya es parte de la cultura de nuestra democracia que se usa y se sigue empleando por muchos políticos, anunciando reformas atractivas solo para manipular y atraer a la ciudadanía. Es incalculable el daño al país ¿ hasta cuando así ?
Luchar por los demás es una labor que en una sociedad donde parte de ella o de sus miembros están comprometidos con ilegalidades e infinidad de interés que disfrutan, viven y son socios de muchos actores políticos, la mayoría de ellos, sin ganas de corregir sin voluntad ni con las ganas de servir al país, hacen más difícil e imposible eliminar esas barreras intocables billonarias, que protegen ese Río Dulce de Privilegios y Beneficios que ante las inmensas desigualdades e injusticias, por defender sus intereses los congresistas, será más difícil lograr cambios o reformas claras, pues vale más el interés de ellos que mirar la realidad del país.
Soñar cambios o ajustes claros, mientras siga igual la estructura que se tiene y aunque se anuncie la presencia de candidatos presidenciales supuestamente con formación de alto nivel, personajes o profesionales de grandes élites sociales, de partidos políticos nuevos o tradicionales, de toda clase de ideología o pensamiento o esos por firmas, para poder mejorar o enderezar el país como lo anuncian, si no se cambia o no se renueve parte de esos congresistas comprometidos con ilegalidades, Colombia jamas cambiara, pues de seguir con muchos de esos legisladores que hoy están, es más que imposible, proyectar o transformar al país.
Congresistas teniendo en sus manos los medios legales para solucionar, conociendo las necesidades del pueblo y sociedad que pide ajustes, es lamentable como en años se han hecho los locos, sin importarles el dolor y angustia, ocultándose, prefiriendo gritar como lobos hambrientos para no oír el clamor de un pueblo con hambre.
Mienten juegan y engañan
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