Sergio Clavijo - anif@anif.com
*Con la colaboración de Juan
Sebastián Joya y Andrea López
Se
ha venido deteriorando de forma preocupante el mercado laboral de Colombia,
pasando de un desempleo promedio de 10% durante enero-julio de 2018 a uno de
10,9% durante ese mismo período de 2019. El Gobierno dice no tener una
explicación al respecto. Pero es apenas obvio que, frente a una desaceleración
del ciclo económico global-local, lo peor que pudo haber hecho la actual
Administración fue incrementar los costos de contratación de mano de obra a
través de un ajuste exagerado del SML (+3 puntos reales) para este 2019.
Sumado a lo anterior, la
Administración Duque no ha expresado aún su rechazo a iniciativas
parlamentarias (de su propio partido) que pretenden agravar esta situación
laboral. En efecto, ahora el Congreso pretende aprobar cargas laborales sobre
las empresas a través de “primas” adicionales, por encima de las ya existentes.
Además de este problema estructural de los elevados costos de contratación
laboral en Colombia, en la coyuntura actual se tienen dos agravantes: i) la
presión sobre la oferta laboral de cerca de 1,5 millones de inmigrantes
venezolanos; y ii) la baja dinámica en la generación de empleo (cayendo durante
enero-julio de 2019 a ritmos de -0,6% anual vs. +1% de años anteriores). Si
bien la migración ha tenido un impacto, es importante contar con un diagnóstico
acertado de la situación laboral, pues si se piensa que el problema son los
inmigrantes, es porque no se ha entendido bien que se trata de un elevado Costo
Colombia y que lo que se requiere es abaratar estructuralmente la contratación
de mano de obra.
En efecto, a pesar de los
inmigrantes, resulta sorprendente que la tasa de participación laboral registre
un descenso de -0,5% en lo corrido del año, lo cual amerita un estudio, pues su
reversión sorpresiva agravaría aún más la situación laboral. Además, debe
estudiarse la baja generación de empleo sectorial, donde se observa una
desaceleración industrial a nivel del PIB y agropecuaria.
Soluciones
estructurales
Colombia
ha venido avanzando en materia de formalización laboral, donde cabe destacar un
marco regulatorio algo más flexible, a saber: i) Ley 1429 de 2010, que
reglamentó el subsidio en parafiscales laborales para Pymes; ii) Ley 1607 de
2012, que desmontó 13,5 puntos porcentuales (pp) de costos no salariales; y
iii) Decreto 2616 de 2013, que habilitó las cotizaciones a la seguridad social
por semanas. Sin embargo, los indicadores oficiales de informalidad laboral
todavía bordean 50% y, al referirnos a la densidad de las cotizaciones, se
tiene que tan solo 15% de la Población Económicamente Activa (PEA) contribuye
todos los meses a la seguridad social.
Si Colombia continúa abaratando los costos no laborales de contratación de mano
de obra, tendríamos los siguientes beneficios: i) creación de cerca de 175.000
nuevos puestos de trabajo al año (1,8 millones en la siguiente década); e ii)
incremento de la formalidad en cerca de 300.000 nuevas personas al año (tres
millones en una década).
Esto
se lograría a través de: i) establecer un mecanismo de protección al cesante,
limitando el monto del retiro de las cesantías en función del salario y el
valor acumulado, de manera que funcionen como un verdadero seguro al desempleo,
y cuyos desembolsos sean mensuales, para evitar desahorros innecesarios en
casos de rápido reenganche al mercado laboral; ii) aplicar topes a los costos
de despido, replicando lo implementado en la Reforma Laboral de España de 2012;
iii) atar el ajuste del Salario Mínimo Legal (SML) a la Regla Universal, de
manera que los incrementos reales no superen las ganancias en Productividad
Laboral (PL); iv) implementar un SML diferencial para los jóvenes menores de 25
años en período de aprendizaje (equivalente al 75% de 1SML); v) instaurar un
sistema de escrutinio de las incapacidades médicas para evitar su
falsificación; y vi) crear alternativas profesionales en la secundaria para
promover la opción vocacional-técnica.
Nuestra
propuesta de reforma laboral también incluye la eliminación de: i) 4% de cargas
no salariales hoy destinado a las Cajas de Compensación Familiar; y ii) los
intereses de las cesantías (equivalentes a 1% del valor de la nómina), dado que
sus inversiones en AFPs ya reconocen intereses reales que han venido
promediando un 3% anual en 2005-2018. Nuestras estimaciones señalan que este
tipo de reducciones de 5pp en costos no salariales ayudaría a elevar la
formalidad laboral en cerca de +1,2pp, al tiempo que reduciría el desempleo en
-0,64pp.
Impacto
macroeconómico
Nuestro
modelo de simulación econométrico incluye, además de los costos no salariales,
variables de control como el crecimiento del PIB-real y el SML real. Lo
anterior muestra que la tasa de desempleo está determinada por: i) el
crecimiento económico observado un año atrás; ii) los desbordes del SML de la
Regla Universal; y iii) los costos no salariales.
Nuestras
estimaciones muestran cómo en el caso de la formalidad, si no se hubiera
realizado la Reforma de 2012, el nivel de formalidad hubiera sido solo de 39,4%
en la relación Cotizantes PILA/PEA en 2017 (vs. 42,4% observado). Mientras que,
bajo el escenario propuesto por Anif, dicha formalidad habría alcanzado valores
de 43,6% en 2017.
¡Ojalá que la Administración
Duque entienda que detrás del deterioro laboral existen urgentes problemas de
Costo Colombia que requieren ajustes legislativos y prontos!
Reflexiones al tema pensiones
Twitter: @orregojj
Será valido que lo peor que pudo haber hecho la actual Administración fue incrementar los costos de contratación de mano de obra a través de un ajuste exagerado del SML (+3 puntos reales) para este 2019, generando mayor desempleo.. https://jujogol.blogspot.com/2019/09/desempleo-en-colombia-y-ajustes.html?spref=tw
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