www.cronicadelquindio.com, OCT 29 2020
Por: Juan José Orrego López
Con la
variedad de problemas, sumado el de la pandemia, ya 4.063 empresas solicitaron
autorización para despidos dando como resultado un desempleo, según el Dane,
del 19.6 %, una población inactiva de 16.3 millones, una informalidad que
llega al 55 %, pobreza para 17.4 millones de colombianos, pérdida de ingresos
laborales por aproximadamente $21.6 billones —fuente Anif—. Lo que se
espera con el presupuesto de 2021 es que sea el inicio o una de las vías que
lleva a las soluciones. Miremos el presupuesto.
En
los $314 billones en gastos del presupuesto continúan rubros costosos, visibles
e intocables, creciendo con destino para las nómina y gastos varios por $184.9
billones; $70.5 billones para deuda y $58.5 billones para inversión. Muy
llamativo, amerita revisiones urgentes, pues con una población inactiva de 16.3
millones, con convenios por regalías y giros sin control o para esos pagos de
los inamovibles e inaplazables, Sistema General de Participaciones $47.7
billones; $42.5 billones en pensiones y $33.3 billones para intereses de la
deuda, son giros o pagos que mientras los gastos suben y suben, los ingresos
quietos y rodeados de excepciones. Jamás habrá dinero que alcance mientras
sigan esos rotos y privilegios sin control.
Del
total de ingresos también hay dudas en los recaudos reales por los vacíos que
vienen de años, que requieren correctivos, pues si las excepciones valen $92
billones, con la urgencia de recursos y una informalidad creciente, se
justifica estos regalos o es mejor cobrar a todos lo justo que regalar más
tributos. Es incomprensible ese manejo, pues de los $154.24 billones que
recaudarán queda libre un 40 %, que, si no fuera por los créditos, más otras
fuentes $35.61 billones y recursos de capital $124.13 billones, existirían
apuros en el pago de nóminas y otros giros.
Hace
falta mucha claridad en la proyección de los ingresos, donde incluyen por venta
de varios activos $12 billones, que de no venderlos aumentarán las dudas de los
ingresos, generando un incremento no cuantificado del déficit para la vigencia
2021 y ante el cual de seguro se corregirá con otros o más tributos. Increíble,
teniendo dónde poder ajustar y excluir en varios rubros de gastos que por su
inflexibilidad y mandato constitucional son intocables, premio para funcionarios
del alto gobierno, barreras injustas por la urgencia para fomentar y reducir el
empleo y la informalidad. ¿Cuánto será lo que la evasión y paraísos fiscales
aportarán al 2021?
Por
el temor, miedo e incapacidad del presidente y Congreso a las reformas posibles,
prefieren esconderse, huir y no atender a la sociedad, reflejando con eso la
realidad de lo que hoy vive el país: un desorden económico, abandono,
inseguridad y malestar ciudadano.
El
doctor Juan C. Restrepo, en su artículo Sustos y regaños, escribió y recordó al
doctor Abdón Espinosa Valderrama, que solía decir a sus colaboradores: “No
olviden que gobernar es apurar”. Sabio consejo que hemos ignorado por completo.
Presupuesto y dudas