sábado, 28 de febrero de 2015

Pensiones y mujeres

ELESPECTADOR.COM,  Por: Stefano Farné*,  28 FEB 2015 

Hace una década, la OIT se había pronunciado a favor de la igualdad.
¿Qué tan sostenible es el modelo pensional para las trabajadoras que están ahorrando para su vejez? ¿Debería el país acatar la recomendaciones de la OECD y equipararlas con los hombres?


La recomendación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) de equiparar la edad de pensionamiento de hombres y mujeres —es decir, de elevar en cinco años el mínimo de edad requerido para que estas últimas puedan acceder a una pensión de jubilación—, ha despertado un encendido debate en el país.
Por extraño que pueda parecer, la OECD no es ni el único ni el primer organismo internacional que aboga por la paridad de género en el momento de pensionarse.
Ya hace más de una década la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se había pronunciado en favor de la igualdad de género: “una edad de jubilación inferior para las mujeres constituye una discriminación formal contra los hombres”. Y proponía que cuando hubiera discriminación “la edad de jubilación (de las mujeres) debería aumentarse en vez de reducirse (la de los hombres)”.
La OIT reconoce que “en general, las mujeres se han opuesto a las propuestas de aumentar su edad de jubilación”, sin embargo sostiene —¡sorpréndanse!— que “para las mujeres que han dejado la actividad laboral para ocuparse de sus familias esto puede ser una verdadera ventaja”, porque les permitiría permanecer más tiempo en un empleo y afianzar así sus derechos a una pensión.
A la hora de la verdad, la propuesta de la OIT contempla dos advertencias. La primera es que la igualdad de género se debe alcanzar mediante una transición suficientemente larga. A este respecto aporta como ejemplo la formula aplicada en los países de Europa central y oriental que llevó a un aumento de cinco años de edad sobre un período de tiempo de veinte años.
La otra advertencia tiene que ver con la necesidad de conceder a las mujeres unos créditos de pensión como reconocimiento a su labor de cuidado de otras personas, labor que, aunque socialmente muy valorada, no es remunerada y tampoco es cubierta por los sistemas de seguridad social. Por ejemplo, podría pensarse en un bono de maternidad que garantice las cotizaciones por un año, después del nacimiento de cada hijo. Naturalmente, estos créditos también serían “aplicables a los maridos que cuidan de los hijos mientras sus mujeres prosiguen sus carreras”. Estas son medidas que ya se aplican en países como Alemania, Suecia, Suiza y, más cerca de nosotros, en Bolivia y Chile.
Con frecuencia, quienes se oponen a la igualación de edades sostienen que las mujeres son discriminadas en el mercado laboral, reciben remuneraciones más bajas, detentan empleos inestables y no cubiertos por la seguridad social. La posibilidad de jubilarse más temprano las compensaría de estas injusticias. Irónicamente, el anterior argumento implicaría que para compensar un mal funcionamiento del mercado laboral se justificaría un mercado pensional con distorsiones.
En promedio, según los cálculos actuariales de la Superintendencia Financiera —a los cuales los fondos de pensiones deben obligatoriamente atenerse— a la actual edad de jubilación de 57 años, las mujeres colombianas viven casi 30 años más. No se necesitan conocimientos de matemática avanzada para hacerse una idea del descuadre financiero existente. De hecho, para poder pensionarse a los 57 años una mujer debe haber cotizado 1.300 semanas, es decir, debe haber cotizado, conjuntamente con su empleador (si lo hay), un 16 por ciento de su sueldo por 25 años. Ahora bien, es importante recordar que si bien el aporte que mensualmente pagan empresas y trabajadores es de 16 por ciento, efectivamente, en las cuentas de los afiliados llega solo un 11,5 por ciento. El resto de la cotización, correspondiente a 4,5 por ciento, tiene como destino primas de seguros, fondos de solidaridad y comisiones de administración. ¿Cómo es posible ahorrar solo el 11,5 por ciento de su propio sueldo por 25 años y recibir una pensión por 30 años? Inevitablemente, el actual sistema implica que las pensiones de las mujeres colombianas o bien deberán ser fuertemente subsidiadas (en el régimen de prima media) o bien darán lugar a mesadas irrisorias (en el régimen de ahorro individual).
A diferencia del pasado, la reciente dinámica demográfica no garantiza el cubrimiento total de las mesadas de los jubilados con el trabajo y las contribuciones de las generaciones más jóvenes. Según Fedesarrollo, para 1990 la razón “contribuyentes por pensionado” llegó a ser de 13 a 1 y actualmente es apenas de 2 a 1. Hoy en día la financiación de una pensión requiere la acumulación durante la vida activa de cada trabajador de un capital suficiente para ser gastado en los años de inactividad. Este es un proceso financiero, independiente de cuestiones de género.
Y mientras discutimos si igualar la edad de jubilación de hombres y mujeres colombianos, tomamos nota de que entre los 20 países de América Latina para los cuales se reportan datos en el cuadro anexo, 11 ya contemplan una edad de jubilación idéntica para hombres y mujeres. Y en 16 de ellos la edad de jubilación de las mujeres es mayor de lo que establece en nuestro país la legislación colombiana.

* Observatorio del Mercado Laboral, Universidad Externado de Colombia.
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Pensionados, preocupados por disminución de las mesadas en los últimos años

noticiasrcn.com,  Economía - Enero 19 de 2015,




En los últimos años la mesada de los que devengaban más del mínimo ha perdido casi el 18%. 


Los pensionados que ganan más del mínimo aseguran haber recibido un aumento inferior, generando una menor capacidad de adquisición para sus hogares.
El ajuste del salario mínimo que se realiza anualmente es favorable para los que devengan esa cantidad, sin embargo, los pensionados que ganan más de un mínimo se han visto afectados por  la continua disminución en su mesada debido a que reciben un aumento inferior. 
Este es el caso de varios pensionados que ven afectado su poder adquisitivo debido a que lo que reciben de mesada se ajusta a la inflación, cifra que generalmente es inferior con respecto al aumento del salario mínimo. 
"En el 2013 el aumento del salario mínimo fue del  4.5% y a los pensionados nos correspondió solamente el 1.9%. Ahí ya hay un desfase en los ingresos de los pensionados", dijo John Jairo Díaz, presidente de la Federación de Pensionados.
En los últimos años la mesada de los que devengaban más del mínimo ha perdido casi el 18% frente al ajuste del salario mínimo.  
Para Gustavo Sosa, vocero de la consultora de recursos humanos Mercer, el incremento a los pensionados no permite que su capacidad de adquisición se afecte. "En cualquier país de América Latina, la pensión siempre va a ser menor al  salario mínimo", dijo.
No obstante, para Díaz, la situación de los pensionados en Colombia es preocupante. "¿Será que a nosotros los pensionados nos tasan políticas diferentes para coger transporte o para que los productos de la canasta familiar sean más bajos?", cuestionó.
Los pensionados pidieron al Gobierno solucionar esta situación, que también afecta a muchos trabajadores activos.
NoticiasRCN.com

jueves, 26 de febrero de 2015

La jubilación, una meta casi imposible para los latinoamericanos

El 50% de los Latinoamericanos no podrá jubilarse (Foto del Banco Mundial)

La crisis de los sistemas de seguridad social y de pensiones que es común en los países desarrollados también es un problema en América Latina, donde según estudios del Banco Mundial mucha gente no podrá aspirar a un ingreso de retiro en su vejez.
"La mitad de la población en América Latina no podrá acceder a una jubilación", dijo a Yahoo Finanzas Rafael Rofman, especialista líder en protección Social del Banco Mundial.
Esto es según Rofman una consecuencia de los altos niveles de pobreza de la región y de que a pesar de las diferentes reformas pensionales que se han hecho aún hay un serio problema de cobertura y de sostenibilidad de los sistemas de seguridad social.
Y los que logran una pensión en la región reciben muy poco. Según cálculos del Banco Mundial del 2011, una pensión mensual promedio en Argentina es de apenas 442 dólares, en México es de 110 mientras en Colombia Perú no pasa de los 270. En Brasil la pensión promedio mínima es de 300.
La falta de cobertura y los bajos valores de las pensiones son consecuencia del mismo problema: la pobreza. Los trabajadores no forman parte de sistemas de seguridad social porque son muy pobres y trabajan en el sector informal. Y al no formar parte de un sistema de seguridad social no tienen la posibilidad de recibir un ingreso de jubilación ya sea porque ahorraron lo suficiente o porque el estado les garantiza el beneficio.
Aumentan los abuelos
Cada vez hay más abuelos en América Latina (Foto del Banco Mundial)
Cada vez hay más abuelos en América Latina (Foto del Banco Mundial)
Pero el problema de las jubilaciones en América Latina es el producto de otro fenómeno que afecta a todas las sociedades modernas: el cambio en la población o el aumento en la cantidad de personas mayores en los últimos años.
La gente vive más como resultado de muchos factores positivos como la mejora en los sistemas de salud y el control de enfermedades.
Sin embargo, para un sistema de pensiones vivir más es un desafío. Según el libro "Más allá de las Pensiones Contributivas" publicado por el Banco Mundial en 2013, mientras en 1950 en América Latina la expectativa de vida al nacimiento era de 52 años, en el 2010 alcanzó los 74 años y para el 2100 se espera que llegue a los 85 años.
El envejecimiento de la población causa un problema grave en cómo una sociedad financia a sus ancianos: el deterioro de la relación entre personas laboralmente inactivas y su población joven y activa.
En 1950 había 6 adultos mayores por cada 100 adultos en edad activa. En el 2010 esa relación era de 10 adultos mayores por cada 100 activos. Y en el 2100, el Banco mundial proyecta que serán 50 adultos mayores por cada 100 en América Latina.
Esa tendencia es preocupante especialmente en una región donde muchos países tienen sistemas de jubilación que dependen de los trabajadores activos y de sus aportes económicos para mantener al creciente grupo de jubilados. Según Rofman, se han hecho diversas reformas en las últimas décadas pero el tema de las jubilaciones sigue siendo un problema aún por resolver en América Latina.

miércoles, 25 de febrero de 2015

La ‘manada de micos’ que colgaron en el Plan Nacional de Desarrollo

Por:  febrero 19, 2015
Ministerios incluyeron minirreformas que deberían tramitar por separadoPlan Nacional de Desarrollo

Inició en el Congreso de la República la discusión del Plan Nacional de Desarrollo 2014 – 2018, y con él también comenzaron las polémicas por los supuestos ‘micos’ que le colgó el Gobierno.
Sin embargo, los temores que habían expresado varios expertos y congresistas son bien fundados. Cada Ministerio incluyó una “minirreforma” con el fin de evadir el trámite una ley de manera independiente, y así evitar críticas y eventuales modificaciones. Kienyke.com hace un ABC de los ‘micos’ que el Gobierno le colgó al Plan Nacional de Desarrollo.
Transporte
En el tema de transporte, el Gobierno anunció con bombos y platillos el aporte hasta del 70 por ciento del costo total para el Metro de Bogotá.
En el texto de la iniciativa, el artículo que contempla esta posibilidad no solo para financiar el Metro de Bogotá, sino cualquier otra iniciativa en otra ciudad con más de 300 mil habitantes para un sistema de transporte masivo, dice: “La Nación y sus entidades descentralizadas podrán cofinanciar proyectos de asociación público privada para el desarrollo de sistemas de servicio público urbano de transporte de pasajeros o alguno de sus componentes o unidades funcionales con aportes de capital, en dinero o en especie. La cofinanciación de la Nación podrá ser de hasta el 70 por ciento”.
Sin embargo, lo que ha mantenido el Gobierno en completo hermetismo son los costos que trasladará al ciudadano común para el financiamiento de obras de infraestructura vial y mejoras en el transporte público.
Por ejemplo, autoriza a los alcaldes a aumentar el costo por uso de los parqueaderos y el cobro por congestión, que inicialmente había sido propuesto por el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, y que fue abiertamente criticado y rechazado.
En esa misma materia, el Plan Nacional de Desarrollo regulará los precios que se le están cobrando al usuario en los Centros de Enseñanza Automovilística y aquellos que realicen pruebas teórico prácticas para otorgar las licencias de conducción.
Comunicaciones
La Cartera de las Tecnologías de las Información y las Comunicaciones no se quedó atrás y también incluyó su propia clase de micos en el Plan Nacional de Desarrollo.
Por un lado autoriza la inversión extranjera hasta en un 40 por ciento en sociedades colombianas de televisión. De otro, también establece que la programación en la televisión colombiana los fines de semana debe incluir una mitad con programas producidos en el país y la otra con programas importados.
Sin embargo, uno de los temas que más expectativa ha generado es la creación de una plataforma digital que servirá como soporte para crear lahistoria clínica única electrónica, y la autenticación electrónica notarial.
El artículo 45 dice: “Uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones que contribuyan a la mejora de los trámites y servicios que el Estado ofrece al ciudadano (…) agendamiento electrónico de citas médicas, historia clínica única electrónica, autenticación electrónica”.
Este plataforma de la historia clínica única electrónica, evitará, explicó el Gobierno, los trámites engorrosos para la atención urgente de pacientes.
Minas y energía
Por su parte, el Ministerio de Minas y Energía decidió incluir en el Plan Nacional de Desarrollo duras sanciones y multas para los distribuidores de combustibles piratas o ilegales.
El artículo 24 dice: “Los agentes de la cadena de distribución de combustibles líquidos que transgredan las normas sobre el funcionamiento del servicio público que prestan dichos agentes o que incumplan las órdenes del Ministerio de Minas y Energía sobre el particular, serán sancionadas con la imposición de multas entre diez y dos mil salarios mínimos legales mensuales vigentes”.
Educación
El Ministerio de Educación no decidió incluir en una ley aparte la jornada única en los colegios, que ha sido uno de los proyectos banderas que ha anunciado el presidente Santos, sino en uno de los artículos del Plan Nacional de Desarrollo.
El artículo 53 establece que “el servicio público educativo se prestará en las instituciones educativas en jornada única, durante al menos siete horas al día. Tratándose de preescolar, será al menos de seis horas al día”.
Educación en Colombia, estudiantes escolares
De igual manera, el artículo 52 contempla que la “los niños entre los cinco y seis años de edad tienen el derecho a ingresar al grado obligatorio de transición”.
También se incluyó una de las promesas que hizo el presidente Juan Manuel Santos, meses atrás. “Los beneficiarios de créditos del Icetex y que estén registrados en el Sisbén, se les concederá una condonación de la deuda de los créditos, y como requisito deben haber terminado su programa educativo en el período señalado para el mismo”, dice el artículo 57 del Plan.
También hay varios reparos ante la cantidad de nuevas entidades burocráticas que se plantearían crear. El Plan Nacional de Desarrollo contempla la creación de un Sistema Nacional de Calidad de la Educación Superior, un Sistema Nacional de Educación Terciaria, un Marco Nacional de Cualificaciones, un Sistema Nacional de Acumulación y Transferencia de Créditos y un Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa.
Varios congresistas han expresado que la creación de más burocracia no significa el mejoramiento de la calidad en la educación que ha prometido el presidente de la República.
Salud
En el sector de la salud la iniciativa contempla unos de los ‘orangutanes’ más evidentes: la creación de la Unidad de Gestión, que “administrará los recursos del Fosyga”, en el que están incluidos “los copagos que por concepto de prestaciones no POS paguen los destinatarios de tales servicios”, que tendrán que asumir los usuarios pero que la Corte Constitucional ha prohibido.
Medio Ambiente
Sin citar al alcalde Gustavo Petro, el Plan Nacional de Desarrollo expone en uno de sus artículos que los mandatarios locales no podrán prohibir el acceso a los rellenos sanitarios, tal como pasó en el escándalo por las basuras en Bogotá.
Este tema lo contempla el artículo 86, el cual dice: “Las autoridades ambientales, personas prestadoras o entidades territoriales no podrán imponer restricciones sin justificación técnica al acceso a los rellenos sanitarios y estaciones de transferencia”.
Vivienda
El Plan Nacional de Desarrollo le entrega la facultad al Ministerio de Vivienda, según el artículo 87, para poder formular y ejecutar actuaciones urbanas integrales que se desprenden de los planes de ordenamiento territoriales. En otras palabras: el Gobierno tendría injerencia directa en la aplicación de los POT de las ciudades.
Agricultura
En la locomotora de la agricultura, el Plan Nacional de Desarrollo incluye algunos micos. El artículo 89 faculta a los alcaldes para que puedan “incorporar tierras ubicadas en zonas rurales como suelos urbanos para allí llevar a cabo programas de vivienda de interés social”.
Coffee plantations on a hill Colombia
El artículo 96 crea un Subsidio integral de reforma agraria,  “con cargo al presupuesto del Incoder, que podrá cubrir hasta el 100 por ciento del valor de la tierra o de los requerimientos financieros para el establecimiento del proyecto productivo agropecuario”, y cuyo beneficiario es el campesino pobre.
Sin embargo, el tema más polémico en el sector de la agricultura que propone el Plan Nacional de Desarrollo, tiene que ver con la delimitación de los páramos. El artículo 159 del Plan contempla que las explotaciones mineras en áreas de páramos, que son zonas protegidas por su diversidad e importancia ambiental, seguirán operando hasta el tiempo que lo permita la ley, aunque advierte que no serán prorrogadas.
Minería
El Gobierno decidió incluir un minicódigo minero en el Plan Nacional de Desarrollo, en el que contempla la devolución de terrenos aptos para la explotación minera en todo el país. Sin embargo, extrañamente no menciona por ningún lado la licencia ambiental o la presencia del Ministerio de Ambiente en el proceso de adjudicación de estos terrenos.
El artículo 18 reza así: “Devolución de áreas para la formalización minera: Entiéndase por devolución de áreas para la formalización minera, aquella realizada por el beneficiario de un título minero como resultado de un proceso de mediación adelantado por el Ministerio de Minas y Energía, la autoridad minera competente o por decisión propia, con el fin de contribuir a la formalización de los pequeños mineros que hayan llevado a cabo su explotación en dicha área”.
Esmeraldas, minería
De igual manera, dentro se establece que la Autoridad Minera Nacional establecerá qué clase de minerales se podrán explotar en el país.
Trabajo
En términos muy generales, el artículo 72 del Plan contempla la implementación del término trabajo decente. “Política nacional del trabajo decente, para promover la generación de empleo, la formalización laboral y la protección de los trabajadores”.
Además, otra de las curiosidades es que el Gobierno se comprometió en el Plan Nacional de Desarrollo subsidiar la alimentación de los desempleados, incluido en el artículo 75.
“Con el fin de facilitar y mejorar el enganche laboral efectivo de la población y para estimular la contratación de aprendices y practicante, el Ministerio de Trabajo podrá disponer anualmente recursos para el reconocimiento de bonos de alimentación a cesantes y a la promoción de la formación de empresa”, dice el artículo citado.
Facultades al Presidente
Uno de los artículos que ha empezado a generar más debate es el que otorga facultades extraordinarias al presidente de la República para “expedir decretos con fuerza de ley por un término de seis meses para suprimir o escindir entidades del sector agropecuario ejecutoras de las políticas de tierras y desarrollo rural, modificar el Sistema Nacional de Crédito Agropecuario y modificar las funciones del Invima”.
Las críticas radican en que se le está dando carta blanca al jefe de Estado para que, sin ninguna clase de control, pueda reformar a voluntad propia las entidades que velan por el bienestar del agro en Colombia.
Algunos congresistas como el senador liberal, Luis Fernando Velasco, han advertido que harán una férrea oposición a la intención de los ministros del gabinete de introducir minirreformas de sus respectivas carteras en el Plan Nacional de Desarrollo.

Así afectará su bolsillo el controvertido Plan Nacional de Desarrollo

kienyke., Por:  febrero 24, 2015
Expertos han alertado de la inclusión de otra reforma tributaria

Bolsillo vacio
El Plan Nacional de Desarrollo, que es la hoja de ruta del Gobierno en los próximos tres años para aplicar sus políticas en todos los sectores productivos, parece más una nueva reforma tributaria, en la que desde varios ministerios se pretende recaudar dinero tal vez por el hueco fiscal que dejó la estrepitosa caída internacional de los precios de los combustibles.
Esta es la posición sobre el tema de varios expertos en temas económicos. El senador de Cambio Radical, Antonio Guerra de la Espriella ha mostrado su inquietud. “Me preocupa que le están metiendo asuntos tributarios a este Plan Nacional de Desarrollo, que no corresponde a una política pública, sino a asuntos de coyuntura que se quieren corregir, que se quedaron por fuera de la pasada reforma tributaria o se le olvidó al Gobierno incluir”, dijo.
Kienyke.com hizo un análisis del Plan Nacional de Desarrollo y encontró impuestos, gravámenes y tarifas o incremento de los mismos en sectores como el de transporte, el servicio de recolección de basuras, parqueaderos, licores y hasta para acceder al servicio de la salud.
El sector al que el Gobierno le puso sus ojos en materia fiscal fue al gremio de transporte público y privado, de donde aspira a sacar una buena tajada presupuestal para la inversión en obras viales, pero obviamente del bolsillo de los usuarios de los sistemas de transporte público y de las principales vías urbanas. Los colombianos han de prepararse para pagar en promedio unos tres mil pesos por un peaje que se llamará cobro por congestión.
Trancones
Ahora, si usted no tiene carro, no crea que está a salvo, estos cobros también están dirigidos al transporte público, por lo que sin duda alguna esta tarifa se verá reflejada en un aumento de los precios de los pasajes.
Cabe recordar que ésta propuesta la hizo hace unos meses el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, pero la idea fue desechada por el Concejo Distrital.
Este tema está ampliamente desarrollado en el artículo 32 del Plan Nacional de Desarrollo que contempla otras fuentes de financiación para el sistema de transporte público.
Cobros por congestión y contaminación: “Los municipios o distritos de más de 300 mil habitantes podrán establecer tasas por uso de áreas de alta congestión, de alta contaminación. Los recursos obtenidos por concepto de las tasas adoptadas por las entidades territoriales se destinarán a financiar proyectos y programas de infraestructura vial, transporte público y programas de mitigación de contaminación ambiental vehicular.
(…) Para efectos de cobro de tasas por uso de áreas de alta congestión el sujeto pasivo de dicha obligación será el conductor del vehículo y la tarifa será fijada teniendo en cuenta el tipo de vía, el tipo de servicio del automotor, el número de pasajeros o acompañantes y los meses, días y horas determinadas de su uso (…) La tarifa que se cobrará no puede exceder el valor de dos pasajes en promedio del servicio que se presta en el municipio o distrito”.
En Bogotá, el cobro sería de unos tres mil pesos por cada vehículo, teniendo en cuenta que el pasaje en transporte público promedio en Bogotá está rondando los 1500 pesos.
Ahora, éste no es el único incremento que tendría el pasaje en el sistema de transporte público, pues en el artículo 35 del Plan Nacional de Desarrollo se establece una tarifa que deberán pagar las empresas de toda clase de transporte, destinado a sufragar los gastos de funcionamiento de la Superintendencia de Puertos y Transporte, por lo que se encarecerá no sólo el pasaje del transporte urbano e intermunicipal, sino los víveres, bienes y productos que sean transportados por tierra.
El artículo 35 reza así: “Contribución especial de vigilancia para la Superintendencia de Puertos y Transporte: Una contribución especial de vigilancia a favor de la Superintendencia para cubrir los costos y gastos que ocasione su funcionamiento e inversión, la cual deberán cancelar anualmente todas las personas naturales o jurídicas que estén sometidas a su vigilancia, inspección y control
(…) Con base en los ingresos brutos que derivados de la actividad de transporte que perciba el sujeto supervisado durante el período anual anterior, la Superintendencia mediante resolución establecerá la tarifa de la contribución a cobrar, que no podrá ser superior al uno por ciento de dichos ingresos brutos y deberá cancelarse anualmente”.
Además, los propietarios de vehículo particular aparte de los tres mil pesos que tendrán que destinar para los cobros por congestión, también deberán sacar la misma suma para pagar el incremento que tendrán los parqueaderos una vez cobre vigencia el proyecto de ley.
Parqueaderos-03
El mismo artículo que contempla el cobro por congestión, también incluye el del incremento en el precio de los parqueaderos que podrán hacer efectivo los alcaldes.
“Contribución por el uso de garajes o zonas de estacionamiento: Cuando los alcaldes municipales o distritales regulen el cobro por el uso de garajes o zonas del estacionamiento, las entidades territoriales que cuenten con un sistema de transporte masivo, podrán incorporar en las tarifas al usuario de los estacionamientos, un factor adicional del cálculo que incentive la utilización de los sistemas de transporte público. El factor adicional se calculará así: La base gravable será el valor promedio de dos pasajes del servicio en el municipio o distrito”, dice el aparte de la iniciativa.
Otro de los servicios públicos que contempla gravar el Plan Nacional de Desarrollo es el del aseo.
El Plan contempla crear “un incentivo al aprovechamiento de residuos sólidos para aquellos entes territoriales en cuyo Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos se hayan definido proyectos de aprovechamiento viables. Los recursos provenientes del incentivo estarán dirigidos al desarrollo de infraestructura para la separación en la fuente, recolección, transporte, recepción, peaje y clasificación, así como de otras formas de aprovechamiento de residuos.
(…) El valor de dicho incentivo será pagado por el prestador al municipio donde se ubique el relleno sanitario (…) la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico definirá el mecanismo de inclusión del pago del incentivo en la tarifa del usuario final del servicio de aseo”.
Asimismo, en varios apartes del Plan Nacional de Desarrollo se habla de los famosos copagos que tendrían que hacer los usuarios del sistema por tratamientos y medicamentos no incluidos en el POS.
De otro lado, temas que al parecer son exclusivos de una reforma tributaria, hicieron su aparición por primera vez en un Plan Nacional de Desarrollo.
El artículo 182 establece bases para la liquidación del impuesto predial en regiones y zonas donde antes no se había desarrollado, por lo que en pocas palabras pondrán en cintura a todos los propietarios de bienes inmuebles de poblaciones del país, y en consecuencia subirán los cánones de arriendo en regiones donde actualmente es bastante económico.
El artículo 182 dice: “Las ciudades con población superior a cien mil habitantes podrán establecer para efectos del impuesto predial unificado, bases presuntas mínimas para la liquidación privada del impuesto con los parámetros técnicos sobre precios por metro cuadrado de construcción o terreno según estrato”.
Por otra parte, el Plan Nacional de Desarrollo también tiene planeado imponerle impuestos a productos y actividades relacionadas con el esparcimiento y ocio. De esta no se salvaron ni los licores. Así que si su plan de los fines de semana es ir a tomar o bailar, tendrá que echar más platica.
Licores
El artículo 191 contiene las nuevas tarifas del impuesto al consumo de licores. “Desde el primero de julio del presente año los licores nacionales que tengan hasta 35 grados de alcohol deberán pagar una tarifa de 185 pesos, y si sobrepasan los 35 grados la tarifa aumenta a 300 pesos. Esta tarifa aumentará un cinco por ciento cada año”, expone la iniciativa.
“El parágrafo seis de este artículo se establece que del total recaudado por los departamentos de estos licores, un seis por ciento tiene que destinarse en primer lugar a la universalización en el aseguramiento en salud, incluyendo la primera atención a los vinculados según la reglamentación que para el efecto expida el Gobierno Nacional. En segundo lugar a la unificación de los planes obligatorios de salud de los regímenes contributivo y subsidiado”, dice el artículo, aunque lo claro es que ni siquiera hay una reglamentación actual de cómo se distribuirán y manejarán estos recursos.
Por último, los juegos de suerte y azar por internet también serán objeto de los mismos impuestos que pagan actualmente las loterías tradicionales o de billete.
Así lo contempla el artículo 92: “Juegos novedosos: Son cualquier otra modalidad de juegos de suerte y azar distintos de las loterías tradicionales o de billetes, de las apuestas permanentes. Hacen parte de los juegos novedosos las apuestas deportivas o en eventos, y todos los juegos operados por internet. Los operadores de estos juegos deberán aportar el 15 por ciento de los ingresos brutos. Además deberán pagar 811 salarios mínimos mensuales legales vigentes”

martes, 17 de febrero de 2015

El atropello a los pensionados

Editorial VANGUARDIA LIBERAL - Bucaramanga 17 de Febrero de 2015

La U confirma que promoverá proyecto de cadena perpetua para abusadores y agresores de niños


Colombia no trata bien a sus pensionados. Es desagradecida con ellos. A pesar de que es mucho lo que les debe, ya que durante décadas fueron la fuerza laboral que movió al país y soportó su estructura económica, ahora no les retribuye ese logro durante su vejez.

Desde la reforma a la ley que estableció que los incrementos anuales de sus rentas se calcularía de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor, IPC, y no al aumento del salario mínimo, que suele estar por encima de ese indicador, hasta la eliminación de la mesada 14, la pérdida de poder adquisitivo de este importante sector de la sociedad ha sido más que evidente.

Pérdida de poder adquisitivo que además, hay que insistir, golpea a millones de colombianos precisamente en sus años de mayor vulnerabilidad, cuando las posibilidades de conseguir un trabajo son mínimas y el deterioro de la salud es progresivo.

En otras palabras, Colombia ve a los pensionados como una carga y esa actitud más que reprochable es injusta, sobre todo cuando proviene del mismo Estado, que debería ser el que, como en tantos otros países, más vele por ellos. Y es que asegurar que sus ingresos mantengan la capacidad adquisitiva en el tiempo es apenas un aspecto entre muchos otros.
Como lo han hecho tantas otras naciones incluida Panamá para no ir más lejos, este país debería aprobar leyes que velen y ayuden a los pensionados en diversas facetas de su vida diaria.

En el Istmo, por ejemplo, existen leyes que se cumplen estrictamente y que disponen descuentos especiales para los pensionados en todo tipo de negocios incluidos restaurantes y lo mismo ocurre con la obligatoriedad para que establezcan filas de atención preferencial en bancos e instalaciones oficiales de atención al público.

El trato que se les da, entonces, es el de agradecimiento y consideración, en lugar de descrédito y desdén, como ocurre a este lado de la frontera. Porque como se decía párrafos arriba, no es solo el deterioro de sus ingresos, sino la actitud con la que se les trata en general, cuando el mismo hecho de ir a cobrar su pensión es a veces todo un calvario.


En síntesis, la manera en que una sociedad trata a las personas de edad y particularmente a sus pensionados, dice mucho de sí misma y para el caso colombiano ese balance es la verdad, vergonzoso.

lunes, 16 de febrero de 2015

El Congreso de la República quiere ver cómo se financiará el Plan Nacional de Desarrollo

LA REPUBLICA.COM.CO , Viernes , Febrero 6, 2015

Hoy el gobierno presenta en el Congreso el Plan Nacional de Desarrollo (PND) para el periodo 2014-2018. Aunque los congresistas están receptivos ante una iniciativa que parece ambiciosa, los legisladores quieren ver cómo se financiará el PND, y qué cambios habría que hacerle para que no se estanque en la ejecución del presupuesto.



Tras la reunión del Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes), el director del Departamento Nacional de Planeación, Simón Gaviria, explicó que este plan de desarrollo será histórico, y estará basado en tres pilares: educación, paz y equidad. Para llevar a cabo los objetivos propuestos en la iniciativa, Gaviria había revelado a LR que el monto total de las inversiones sería $760 billones de 2014, distribuidos de la siguiente manera: minas y energía tendría 16%; vivienda, 15%; educación, 14%; transporte y comunicaciones, 12%; salud, 8%; agricultura, 7%; inclusión social 6%, y trabajo tendría 2% de la inversión.
Sin embargo, las alarmas se encendieron cuando el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, recordó que la situación fiscal del país no es actualmente la más cómoda por la caída en los precios del petróleo, y afirmó que este plan de inversiones será, ante todo, fiscalmente responsable. Tras estas palabras de Cárdenas, el nuevo plan de desarrollo habría quedado de $703 billones en la reunión del Conpes.
Ante esto, el Congreso está expectante, y el senador del Partido de la U Ángel Custodio Cabrera indicó que lo primero a lo que va a estar muy atento el legislativo es a las fuentes de financiamiento del Plan. “El eje de políticas ya más o menos lo conocemos, que es inclusión social, todo preparado para la paz, y educación es el pilar fundamental. La preocupación está en el plan plurianual de inversiones. Casi el 30% o 40% de las cosas que se querían hacer, hay que anunciarle al país que no hay la certeza de que se puedan llevar a cabo por los problemas financieros. Hay que insistir mucho es en la financiación, de dónde vamos a sacar el dinero. No creo que vayan a poner más impuestos, pero hay que ver qué políticas van a permitir el cambio de las finanzas del Estado, para hacerlas mucho menos dependientes del petróleo”, dijo. De la misma manera, el representante a la Cámara por el Partido Liberal Fabio Arroyave explicó que ante la situación fiscal del país es posible que el plan de desarrollo tenga recortes. “Hemos inspirado un plan en unas condiciones optimistas, porque con su regla fiscal el país ha aprendido a manejar sus finanzas, pero hay decisiones que tomar. Primero, reducir el gasto. Segundo, si tenemos un plan que tiene problemas con la renta minero-energética, sin duda habrá que hacer recortes, eso sí, sin tocar los temas de la educación y la paz”, afirmó.
Sin embargo, Arroyave se mostró confiado en lo que será el documento que presenta hoy Planeación Nacional, y destacó que la iniciativa se haya socializado en las regiones y que contenga elementos como el fondo para la región Pacífica.
A pesar del optimismo de Arroyave, no todo el Congreso piensa de la misma manera, y el senador del Centro Democrático, Iván Duque, aseguró que primero habrá que hablar de los problemas en la ejecución presupuestal. “Si usted mira lo que es la ejecución en minas, infraestructura e innovación, es baja. En el Ministerio de Vivienda, se ha ejecutado bastante, pero llama la atención que el FNA solo haya desembolsado 60% de lo que tenía disponible, y en agricultura, el 90% del dinero ejecutado han sido subsidios, como lo indica un estudio del exministro Junguito para Fedesarrollo”.
Finalmente, Duque indicó que desde su partido están receptivos a la propuesta del gobierno, a estudiarla, a enriquecerla, pero recordó que cada cambio que se haga en el Plan Nacional de Desarrollo debe hacerse con mucha responsabilidad, debido a la falta de recursos causada por la caída en la renta petrolera.
El Polo, crítico ante las bases del plan de desarrollo
Ad portas de conocer lo que es el articulado del Plan Nacional de Desarrollo, el Polo Democrático Alternativo ya se muestra crítico a la iniciativa. Así lo dejó saber el senador de dicha colectividad Iván Cepeda. “Lo que nosotros conocemos hasta ahora son las bases del plan, y ya lo vemos de manera muy crítica. Primero está el componente de paz, que no lo vemos con claridad en este plan. No vemos con claridad qué será del posconflicto. En segundo lugar, vemos que hay un deseo ilimitado por cumplir las recomendaciones de Ocde. Se habla de que habrá una cantidad muy grande de artículos que van a ser impuestos para entrar a este club. También vemos la persistencia de una serie de medidas que limitan una reforma rural, vemos una política muy regresiva en materia agraria”.
Las opiniones
Ángel Custodio Cabrera
Senador del Partido de la U

“Hay que insistir mucho es en la financiación, de dónde vamos a sacar el dinero parael plan. No creo que vayan a poner más impuestos”.
Iván Duque
Senador del Centro Democrático

“Todos vamos a llegar con un espíritu constructivo, pero también con un espíritu crítico de cómo ha sido la ejecución del gasto en este gobierno”.
Fabio Arroyave
Representante a la Cámara por el Partido Liberal

“De este plan destaco la importancia que se le ha dado al Pacífico, y el que el doctor Simón Gaviria lo haya presentado en todo el país”.
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Mario Chaves Restrepo

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Editor de esta nota:
Paula Medina
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'Justicia transicional para todos', pide César Gaviria

ELTIEMPO.COM, Por:   , 15 de febrero de 2015

César Gaviria Trujillo, presidente de Colombia entre 1990 y 1994.


Llama a 'blindar' a la Fuerza Pública para que no ocurra lo vivido en otros países de A. Latina.

'Algunos de los debates que se han dado en el Senado de la República sobre el proceso la paz me han llevado a concluir que el proceso está generando la idea de ser uno recortado e insuficiente, muy a pesar de que estoy seguro que esa no es la intención del Gobierno ni de la Comisión Negociadora.
El debate de Iván Cepeda mostró el indeseable nivel de polarización al que hemos llegado, pero también señaló algunos nuevos caminos que habría que explorar para alcanzar la paz. Tanto Claudia López como Antonio Navarro fueron explícitos en mencionar la necesidad de un perdón mutuo de los sectores que han estado en conflicto y la necesidad de moderar el lenguaje y atemperar el clima de confrontación. La paz se dificulta en medio de un lenguaje tan agresivo y polarizante. Estoy seguro de que ellos piensan en justicia transicional, y no en un simple perdón como el que se aplicó después de la guerra de los Mil Días, o el que se adoptó para poner fin al llamado ‘periodo de la violencia’, o la decisión asumida por la sociedad para el proceso que se dio con el M-19, a lo largo del siglo XX, para no hablar del indulto automático que se ha otorgado a todos los miembros de la guerrilla y paramilitares que se han desmovilizado en los últimos gobiernos. Fueron varios miles los que se beneficiaron de este mecanismo tanto en el gobierno del presidente Uribe, en sus dos períodos, como en el gobierno del presidente Santos. Y esto se ha estado haciendo en tiempos de plena vigencia del Estatuto de Roma, sin que nadie haya acusado a nuestros gobernantes y autoridades militares por actuar de esa manera. Creo, por lo tanto, que muchos coincidimos con las afirmaciones del Fiscal General que ha estado hablando de justicia transicional para todos los partícipes del conflicto.
Como está planteado, el proceso de paz da la impresión de que este puede dejar vivos muchos rezagos y conflictos insolutos de la guerra, que solo se van a resolver algunos de los problemas de los combatientes con la justicia y que se está prestando para que muchos colombianos crean que está únicamente dirigido a resolver los problemas de las Farc con la justicia, y no todos los que se han generado dentro de la sociedad colombiana durante la guerra a lo largo de más de cincuenta años. (Lea: El derecho no puede ser un obstáculo para la paz: Corte Suprema)
Cuentas pendientes
Comienzo por señalar que hasta ahora solo se ha hablado de justicia transicional para los integrantes de las guerrillas como para los miembros de la Fuerza Pública tanto por parte del Presidente de la República como de los negociadores. Tal decisión deja por fuera a los miles de miembros de la sociedad civil, empresarios, políticos, miembros de la rama judicial que de una u otra manera han sido también protagonistas de ese conflicto y que tienen muchas cuentas pendientes con la justicia colombiana. Ante esta situación, han surgido inquietudes sobre la necesidad de que la justicia transicional también cubra a los sectores no combatientes de las distintas ramas de la sociedad que de alguna manera fueron financiadores, auxiliadores o pactaron compromisos con grupos paramilitares o guerrilleros por beneficios electorales o por simple intimidación y con el fin de adelantar su tarea proselitista. Ellos no han tenido acceso a ninguna de las disposiciones de la ley de Justicia y Paz, creo que por imprevisión tanto del Ejecutivo como del Legislativo.
Sería altamente inconveniente que, después de que la Ley de Justicia y Paz omitiera darles a estas personas una consideración especial, incurramos de nuevo en tal omisión. Eso dejaría por fuera a muchos implicados civiles que hoy son juzgados con normas mucho más rigurosas que las que se aplican a los jefes paramilitares. Si a los jefes paramilitares, esos sí, sin duda, incursos en gravísimos delitos de lesa humanidad, se les ha tratado con normas laxas, es apenas justo que los no combatientes reciban indulto a cambio de su reconocimiento de los delitos cometidos, de su solicitud de perdón y de su voluntad de reparar a las víctimas. A mi juicio se ha ignorado el principio de igualdad que debe regir en nuestra justicia según lo manda la Constitución de 1991. (Lea también: Santos afirma que militares tendrán seguridad jurídica en posconflicto)
También se corre un altísimo riesgo de que en el futuro los propios miembros de la Fuerza Pública puedan verse acusados injustamente, cuando la Fiscalía General y las otras autoridades judiciales actúen para establecer responsabilidades por cuenta de las muchísimas denuncias que se darán ante la Comisión de la Verdad, o de denuncias presentadas por los ciudadanos en los estrados judiciales o en los medios de comunicación.
Tener en las décadas siguientes a nuestro sistema judicial cargado con todos estos procesos impediría que nuestra justicia se concentrara en las nuevas organizaciones criminales y en la investigación de los delitos que hoy se cometen, perpetuando una impunidad ajena a los propósitos colectivos de nuestra sociedad. No será posible tener una justicia penal pronta y cumplida si ella tiene que cargar con centenares de miles de procesos surgidos de las acciones violentas de la guerra a la que tratamos de poner fin.
Para los miembros de la Fuerza Pública esto implicaría que van a tener que estar pendientes de estas eventualidades por el resto de sus vidas, casi sin posibilidad real de saldar sus obligaciones frente a la justicia. Sería vivir bajo la perspectiva de que los guerrilleros cuenten con libertad y muchos de los oficiales de la Fuerza Pública que defendieron nuestro orden jurídico, aun los que cometieron excesos, vayan a la cárcel. Esa es una perspectiva inaceptable para la inmensa mayoría de los colombianos.
Uso legítimo de la fuerza Ya el presidente Santos ha dicho que las Fuerzas Armadas también van a tener acceso a otra forma de justicia transicional, pero falta por definir cómo se va a dar ese proceso que, de seguro, amerita características diferentes a las que tiene el que se adelanta con la guerrilla. Nuestra Fuerza Pública debe quedar blindada para que no se den en Colombia las vicisitudes a las que han estado sometidas en otros países del continente, donde se han reabierto los procesos después de que los militares habían sido cubiertos por medidas de indulto o punto final. Esto de una u otra manera ha ocurrido en Uruguay, Argentina, Chile y Guatemala. En algunos de ellos, luego de varias décadas después de haber finalizado el conflicto interno, han sido reabiertos los procesos que habían concluido las responsabilidades penales. También se oye que en Colombia muchos oficiales, sin procesos pendientes, tienen más temores por denuncias temerarias en el futuro que los que sí tienen casos abiertos, y ello es tremendamente perturbador para el trámite del proceso. Tampoco podemos, si de veras queremos poner fin al conflicto, elevar responsabilidades penales por cada denuncia que los no combatientes hagan frente a la Comisión de la Verdad. Ello impediría y dificultaría llegar a la verdad. Allí no llegaremos si a ella no acuden los no combatientes libres de temor.
Lo que hemos tenido en Colombia no es la represión propia de dictaduras militares durante la guerra fría, fundamentada en razones ideológicas. Lo que hemos tenido en Colombia son unas Fuerzas Armadas defendiendo las instituciones constitucionales con el uso legítimo de la fuerza que ella les otorga, así se hayan presentado algunos condenables abusos o violaciones a los derechos humanos, que muchas se han sancionado de manera ejemplar, como debe ser, por nuestros organismos de justicia, en particular por los jueces, las salas penales de nuestros tribunales y la Corte Suprema de Justicia, y por iniciativa de la Fiscalía General.
Debemos dejar claro que las responsabilidades de los miembros de las Fuerzas Armadas, a la hora de aplicar la justicia transicional, deben limitarse a las faltas por acción comprobadas y no por omisión. La teoría de los máximos responsables de que habla el Marco Jurídico para la Paz puede ser aplicada a la guerrilla, pero solo puede aplicarse en sentido muy restringido para la alta oficialidad de la Fuerza Pública. Si no actuamos en ese sentido restringido se pueden cometer muchas injusticias que los colombianos no queremos ver contra oficiales o miembros de nuestras Fuerzas Armadas.
Es muy importante que en el establecimiento de estos procesos de justicia transicional participen y decidan el Gobierno, el Congreso y todos los ciudadanos por la vía refrendatoria. Como es importante, también, escuchar a las autoridades judiciales y a las cabezas de organismos de control para facilitar su consistencia y la cabal ejecución de las políticas criminales, fruto de esta decisión política colectiva.
Todas las medidas de justicia transicional que se vayan a aplicar de manera diferencial a los distintos actores, protagonistas del conflicto, deben ir en un mismo artículo, en una ley que autorice un referéndum para que tengan no solo rango constitucional, lo cual es altamente conveniente, sino la legitimidad política que ellas requieren. La ley de referendo solo debe tener el control de constitucionalidad que manda la Carta. Nada de choque de trenes ni de interpretaciones disímiles por parte de las distintas autoridades con funciones judiciales. Solo así podremos verdaderamente pasar la hoja de este conflicto que por cinco décadas ha desangrado la nación colombiana.
La decisión fundamental que debemos tomar los colombianos es si le vamos a poner o no fin al conflicto armado. Si le vamos a poner punto final a la guerra mediante la negociación de la paz, debemos cerrar la puerta a actuaciones judiciales que sigan buscando responsables por las acciones de la guerra. De lo que se trata entonces es de ponerle fin a la guerra de manera definitiva y de definir de una vez por todas las responsabilidades judiciales de los distintos actores.
Como es de todos conocido, este es el primer proceso de paz que se da bajo las nuevas reglas que han significado la creación de la Corte Penal Internacional y la necesidad de castigar los delitos de lesa humanidad. Me preocupa, sin embargo, que, de buena fe o con la intención de dañar el proceso, muchos traten de ver delitos de lesa humanidad en todos los crímenes de guerra o en cada denuncia aún no investigada ni probada, y así no haya normas expresas que así los califiquen en el Estatuto de Roma, ni precedentes judiciales en fallos de la Corte Penal Internacional.
Decisión política
La paz que estamos buscando afanosamente los colombianos es una decisión política colectiva que debe adecuarse a las nuevas reglas internacionales, sin que ellas prevalezcan sobre nuestra voluntad y deseo de paz. El respaldo internacional unánime y generalizado que se da en este momento debe interpretarse así. Estoy seguro de que la Corte Penal Internacional será una aliada del proceso de paz colombiano y no un escollo insalvable, como algunos pretenden hacerlo creer, y como lo han sugerido algunos funcionarios de rango subalterno, que no son los jueces de la Corte. Nadie, ni en Colombia ni en la Comunidad Internacional, puede esperar que surjan precedentes de derecho internacional que hagan imposible la paz de Colombia o que ignoren las experiencias de otros países para poner fin a guerras civiles de larga data, particularmente después del fin de la guerra fría. Si aludiendo al derecho penal internacional se pretende impedir que nuestra justicia transicional consolide una paz estable y duradera en Colombia, lejos de proteger a las víctimas y a los ciudadanos, se estarían perpetuando las condiciones de la violencia en perjuicio de sus derechos, y minaría gravemente la de los ciudadanos colombianos que tienen derecho a vivir en paz.
Esta idea de justicia transicional para todos se podría entender como la decisión política que involucre a todos los sectores de la sociedad que vivieron el conflicto, directa o indirectamente, y que se exprese en un conjunto de decisiones que garanticen la restauración del orden, la seguridad jurídica y la armonía social y política, condicionado este tratamiento a la no repetición, a la verdad y a la reparación, en aras de reconocer el daño causado a los civiles que han sido víctimas del conflicto armado.
Espero que los escépticos y opositores al proceso de paz tomen estas reflexiones con desprevención y serenidad. Ellas no van dirigidas a generar nuevas tensiones sino, por el contrario, a hallar puntos de encuentro y coincidencias. Parto de la base de que ningún ciudadano se está oponiendo al proceso de paz con razones mezquinas o antipatrióticas.
He discutido estos temas con algunos dirigentes, políticos, miembros de los organismos de control y con los responsables del proceso. La responsabilidad de estas opiniones son exclusivamente mías y en nada comprometen al Gobierno Nacional.
No quiero menoscabar mi decidido apoyo al proceso que el Presidente adelanta con las Farc y a la sabiduría y buen juicio con los que ha conducido el proceso hasta el momento. Lo que expreso aquí son opiniones y no propuestas. El proceso de paz debe tener la guía del Presidente de la República y él sabrá llevarlo a buen termino. No pretendo ser contradictor ni ofrecer un camino alternativo, y concluiré la tarea que me impuse expresando públicamente estas ideas y reflexiones.
CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO

Respaldo a propuesta de Gaviria sobre justicia transicional para todos

http://www.eltiempo.com/politica/partidos-politicos/apoyan-propuesta-de-gaviria-sobre-justicia-transicional/15253499